Dinastía: Herederos

capitulo 7: Sin título.

Ni bien comenzó la música, las parejas que rodeaban la pista se lanzaron al movimiento, y Minju se colocó en posición para seguirlas. Pero a medida que los compases avanzaban, algo en la melodía no encajaba. Cada acorde sonaba diferente a lo que había practicado. Su mente revisó rápidamente la lista de canciones que había visto para el evento, y estaba seguro de que la siguiente debería ser una pieza rápida, no una lenta. Sin embargo, intentó adaptarse, empleando fragmentos de otras coreografías que recordaba.

—Te veías muy seguro bailando con tus anteriores parejas —se rió Del Toro, con una sonrisa ladeada que no ocultaba su burla.

Minju le dirigió una mirada filosa, intentando concentrarse en la melodía, esperando captar el ritmo adecuado. Sabía que estaba en el centro de la pista, bajo la atenta mirada de todos los presentes. Un solo paso en falso, y las revistas de chismes lo devorarían al día siguiente. Mientras tanto, Del Toro, al no recibir respuesta, continuó hablando.

—¿Qué pasa? —insistió con tono juguetón—. Te veo un poco fuera de confor—Del Toro arqueó una ceja—. Me has dado la impresión de ser más del tipo que siempre tiene la situación bajo control.

—Siempre hay excepciones —replicó Minju, mientras intentaba no perder el ritmo. Su mente seguía buscando la forma de encajar en la melodía, pero el comentario de Del Toro lo distrajo un momento—. Y tú pareces disfrutarlo. ¿Es un pasatiempo tuyo molestar a la gente?

Del Toro soltó una risa suave, claramente complacido por la observación.

—Bastante observador. Sí, me divierte ver cómo las personas reaccionan cuando las cosas no salen según lo planeado. Y tú, Minju, eres particularmente entretenido de observar.

—¿Entretenido? —Minju lo miró de reojo, sin detener su danza—. Soy el payaso principal de este show. Pero no pensé que también fuera parte de tu circo personal.

—No te subestimes—dijo Del Toro, inclinándose un poco más cerca—. Aunque en este caso, es más como ver a un equilibrista que intenta no caer de la cuerda floja. Fascinante, realmente.

Minju mantuvo su expresión serena, aunque sus pensamientos se movían rápido. Era evidente que Del Toro estaba disfrutando de la situación más de lo necesario, y Minju no estaba contento por lo que aprovechó uno de los acercamientos para darle un pisotón a Del Toro.

—Ups, lo siento —dijo con una sonrisa falsa que no llegaba a sus ojos.

Del Toro se tragó el dolor, entreserrando los dientes y apretando la mandíbula. —Ya veo, estás concentrándote en el baile. Ya entendí.

—Ah, no. —Minju se rió suavemente. —Hace un rato que me familiaricé con el baile, solo quería desquitarme —susurró, su sonrisa maliciosa apenas visible bajo las luces. —Me alegra saber que puedo entretenerte, aunque preferiría que te centraras en no perder el paso —dijo Minju, utilizando uno de los giros de la coreografía para apartar un poco a Del Toro.

—Oh, tranquilo, no suelo perder el paso. —Del Toro se acercó de nuevo, con su sonrisa de siempre—. Pero debo admitir que esta noche es más interesante de lo que esperaba.

Minju lo ignoró, sus ojos analizando los movimientos de las demás parejas, buscando sincronizarse de alguna manera. El silencio de la pista, roto solo por la música, parecía aumentar la presión sobre él.

—Dime, Minju —continuó Del Toro, con tono aparentemente casual—. ¿Siempre tienes todo tan bajo control? Porque esta noche, parece que la perfección se te escapa entre los dedos.

—No todo necesita estar bajo control para funcionar —respondió Minju, sus palabras afiladas pero calmadas—. A veces, dejar que las cosas fluyan tiene sus ventajas.