Capítulo 1: El inicio.

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El 1 de noviembre de 1999, los noticieros, las revistas y la prensa se disputaban el artículo sobre el nacimiento de Minju Moon, el futuro heredero de la empresa de construcción MID. En todo el país, la noticia circulaba sin cesar, pero lo que más llamaba la atención era que, exactamente cuatro días después, también nacería Elian Ligh, el heredero de la empresa de construcción LIT, la competencia directa de MID.

Ambas compañías siempre habían competido ferozmente en todos los aspectos. Cuando MID cerró uno de los contratos más costosos del país, al mes siguiente LIT respondió asegurando un acuerdo histórico para construir el primer edificio tecnológico con el apoyo del gobierno. Se convirtió así en la primera empresa privada en colaborar directamente con el Estado, un logro que no pasó desapercibido para la constructora MID, generando una rivalidad que escaló hasta convertirse en una auténtica guerra empresarial, transmitida de generación en generación; quienes curiosamente, en el pasado, los directores ejecutivos de ambas empresas habían estado vinculados amistosamente, pero con el paso de los años, ese vínculo se desvaneció, reemplazado por una enemistad alimentada por la implacable competencia entre las dos constructoras.

Minju fue criado por su abuelo tras la muerte de sus padres en un accidente de tránsito. Ellos se encontraban escapando de los paparazzis que intentaban obtener una exclusiva de la cara del futuro heredero de la constructora MID. El trágico accidente dejó a Minju como el único sobreviviente, con apenas cinco días de vida. Sin la presencia de sus padres y sus feromonas, el abuelo tuvo que ingeniárselas construyendo laboratorios y contratando médicos de todo el mundo para salvar a su nieto. Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos, la falta de feromonas provocó que el desarrollo de Minju no fuera completo.
A los ocho años, Minju comenzó a mostrar los primeros síntomas del segundo género.

El abuelo ya había sido advertido de la alta probabilidad de que el joven Minju se manifestara como Omega, debido a la ausencia de feromonas parentales. Esto le preocupaba mucho, pues el estigma en torno a los Omegas persistía a pesar de los avances en los últimos dos siglos. Aunque habían surgido organizaciones de apoyo y se habían construido escuelas y universidades para Omegas, los Omegas dominantes enfrentaban una realidad distinta.

Años atrás, un movimiento llamado "Donceles" había luchado por los derechos de los Omegas y había logrado un acuerdo con los gobiernos mundiales para concederles independencia total. Sin embargo, este acuerdo solo benefició a los Omegas completos y recesivos. Los Omegas dominantes, capaces de controlar sus feromonas y pasar desapercibidos como Alfas, no fueron contemplados en este acuerdo. Así nació "OCD" (Organización de Crianza Dominante), dedicada a educar a los Omegas dominantes para servir a los Alfas dominantes. Los Omegas criados en esta organización eran vendidos a la élite para concebir Alfas dominantes, quienes podían heredar empresas, obtener cargos en el gobierno y perpetuar apellidos prestigiosos.

Debido a la alta demanda de Omegas dominantes, se creó una ley de "Convocatoria" que permitía a "OCD" abrir sus puertas para que las familias de todo el mundo con hijos Omegas dominantes fueran educados para concebir, y como recompensa se les otorgaba a las familias de los Omegas considerables cantidades de dinero. Por esta razón, la mayoría de los Omegas dominantes enviados allí provenían de la baja cuna o de escasos recursos. Sin embargo, este no era el caso del nieto del presidente de la constructora MID, lo que influyó para que se abriera matrícula en el Colegio Internacional Elite, donde solo las familias con mucho dinero o influencia podían estudiar. Todo esto para asegurar que, en caso de que su nieto se manifestara como Omega, pudiera recibir una educación digna de su alta alcurnia.

Las estaciones cambiaron y, dos días antes de su cumpleaños número diez, Minju se manifestó como Omega.

—Señor presidente, ya le hemos hecho la prueba cinco veces. No podemos seguir extrayendo sangre al niño —dijo el médico, mientras extendía un papel.

Dinastía: HerederosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora