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Capítulo: La Torpe Mañana y el Baño Inesperado

La mañana comenzó tranquila en la torre de Vox. La luz del sol se filtraba a través de las cortinas, iluminando suavemente la habitación mientras Vox trabajaba en su laptop, revisando correos y planificando su día. Alastor estaba sentado en la mesa cercana, desayunando con algo de dificultad, aún acostumbrándose a la vida más "humana" que compartía con Vox. Todo parecía en orden... hasta que no lo estuvo.

Con un mal movimiento de sus manos, Alastor accidentalmente volcó su plato, derramando todo el contenido sobre su regazo y manchándose por completo. Los ojos de Alastor se abrieron con sorpresa mientras miraba la comida desparramada por su ropa, sin saber exactamente cómo reaccionar. Vox, al ver la escena, soltó un pequeño suspiro y dejó su laptop a un lado, caminando hacia él.

-Bueno, supongo que esto tenía que pasar en algún momento -murmuró Vox con una sonrisa comprensiva, mirando el desastre que se había formado.

Alastor levantó la vista hacia Vox, con una expresión de confusión inocente, como si no comprendiera del todo lo que había hecho mal. El pelaje suave de su pecho y su ropa estaban completamente empapados, y algunas migajas se habían quedado pegadas en su esponjosa cola. Vox supo en ese momento que había llegado el inevitable momento de bañarlo, algo que sabía que probablemente no sería fácil.

-Está bien, no te preocupes -dijo Vox con suavidad, acariciando las orejas de Alastor para tranquilizarlo-. Pero creo que va siendo hora de un baño.

Alastor parpadeó, confundido, mientras seguía sentado en su silla. Vox, no queriendo hacerle sentir más incómodo, comenzó a preparar todo para el baño con calma. Llenó la tina con agua tibia, buscó jabón suave y una toalla grande para secar su pelaje. Mientras lo hacía, se preguntaba si Alastor se dejaría bañar sin demasiados problemas, o si tendrían que lidiar con algún tipo de resistencia.

Una vez que todo estuvo listo, Vox volvió a la sala y llamó a Alastor con voz suave.

-Ven aquí, es hora de limpiarte -le dijo, extendiéndole la mano.

Al principio, Alastor dudó, pero cuando vio la mirada tranquila de Vox y sintió su mano acariciar su mejilla con ternura, decidió confiar en él. Aunque no entendía exactamente qué implicaba, se levantó de su asiento y lo siguió sin oponer resistencia. Vox lo condujo al baño, sorprendido de que no hubiera problemas. Parecía que las suaves caricias en sus orejas y el tono calmado eran suficientes para mantener a Alastor tranquilo.

Al entrar en el baño, Vox comenzó a desvestir a Alastor con cuidado, quitándole las prendas manchadas y sacudiendo las migajas de su pelaje. A cada movimiento, mantenía las caricias constantes para que Alastor no se inquietara. Una vez que estuvo listo, Vox lo ayudó a meterse en la tina, el agua tibia cubriendo su cuerpo suavemente.

-Esto no será tan malo -susurró Vox, sumergiendo las manos en el agua para mojar el pelaje de Alastor con cuidado.

Alastor se mantuvo quieto al principio, aunque sus orejas se movían de un lado a otro con nerviosismo. No parecía estar seguro de lo que estaba pasando, pero las suaves caricias de Vox lo mantenían tranquilo. Vox empezó a enjabonarlo lentamente, pasando sus manos por el suave pelaje y frotando con cuidado. Alastor se relajaba con cada movimiento, cerrando los ojos a medida que el tacto reconfortante de Vox lo rodeaba.

Todo iba bien hasta que Vox llegó a la cola de Alastor.

Con un suspiro de concentración, Vox comenzó a frotar suavemente alrededor de su pequeña y esponjosa cola, cuidando de no hacerle daño. Pero al hacerlo, Alastor emitió un gemido sorprendido, que resonó en la pequeña habitación. El sonido fue inesperado y provocó que Vox se congelara por un momento, sintiendo el calor subiendo a su rostro por la situación.

-¿Eh...? -Vox lo miró con los ojos un poco abiertos, tratando de procesar lo que acababa de escuchar.

Alastor, completamente ajeno al significado del gemido que había emitido, simplemente lo miró con inocencia, como si nada hubiera pasado. Sus ojos brillaban con la confianza ciega que le tenía a Vox, como si esperara que siguiera haciendo lo que fuera que estaba haciendo para dejarlo limpio.

Vox tragó saliva, sintiendo cómo el calor en su rostro aumentaba ligeramente. Claramente, Alastor no tenía idea de lo que estaba haciendo, lo cual lo hacía aún más embarazoso para Vox. Decidió continuar el baño con más cuidado, evitando cualquier movimiento que pudiera incomodar a Alastor o que pudiera hacer que volviera a emitir ese sonido... peculiar.

-Ya casi terminamos -dijo Vox con voz un poco más apretada, continuando con el baño pero evitando la zona de la cola con más delicadeza.

Alastor asintió, relajándose de nuevo en la tina, disfrutando del cuidado que Vox le brindaba. Una vez que terminó de enjuagar todo el jabón del pelaje de Alastor, Vox lo ayudó a salir del agua y lo envolvió en una toalla grande y suave, frotándolo con suavidad para secarlo. Mientras hacía esto, Alastor lo observaba con ojos llenos de admiración y confianza, completamente ajeno a lo que había causado.

Cuando finalmente estuvo seco, Vox le ayudó a ponerse ropa limpia y cómoda. Todo había terminado, y aunque el proceso había sido más largo de lo que esperaba, se sentía satisfecho de haber ayudado a Alastor a sentirse mejor.

-¿Ves? No fue tan malo -dijo Vox, acariciando una vez más las orejas de Alastor para asegurarse de que estuviera completamente tranquilo.

Alastor solo emitió un sonido suave en respuesta, acercándose más a Vox, buscando el calor de su cercanía. Vox lo dejó estar, aún tratando de procesar la extraña pero adorable escena que había vivido.

A medida que el día continuaba, ambos se acomodaron de nuevo en la sala. Alastor, ahora limpio y relajado, se sentó junto a Vox, manteniendo su proximidad. Vox, por su parte, decidió que tal vez sería mejor dejar el incidente del baño en el pasado, aunque sabía que probablemente lo recordaría con una mezcla de vergüenza y ternura por un buen tiempo.