Era una mañana tranquila, pero en la mente de Vox había una creciente inquietud. Hoy tenía que salir de casa por unas horas para atender un asunto importante, pero no tenía idea de cómo dejar a Alastor solo sin que se sintiera ansioso o asustado. Alastor, en su estado actual, se había vuelto extremadamente dependiente de Vox, siguiéndolo por la casa como una sombra silenciosa.
Mientras Vox se preparaba en la habitación, Alastor lo observaba desde la puerta, con esa mirada confiada pero ligeramente desconcertada que ya se había vuelto parte de su rutina diaria. Vox se dio cuenta de la situación rápidamente: no podría irse sin generar un problema si Alastor se quedaba solo, y la idea de dejarlo en ese estado le daba una sensación incómoda en el pecho.
-¿Qué voy a hacer contigo? -murmuró Vox para sí mismo mientras revisaba su agenda, sintiendo el peso de la responsabilidad.
En ese preciso momento, el timbre sonó, rompiendo la tranquilidad de la mañana. Vox dejó de hacer lo que estaba haciendo y caminó hacia la puerta, seguido de cerca por Alastor, que no se despegaba ni un momento de su lado.
Al abrir la puerta, se encontró con Valentino, de pie en el umbral con su típica sonrisa descarada y los ojos brillantes de curiosidad. Vox sintió una punzada de molestia de inmediato, sabiendo que la llegada de Valentino siempre traía problemas.
-¡Vox! -exclamó Valentino con una risa ligera-. Estás tan ocupado últimamente que apenas tienes tiempo para tus viejos amigos. ¿Listo para salir?
Vox resopló, cruzándose de brazos y mirando de reojo a Alastor, que seguía a su lado como un fiel compañero. Sabía que tenía que irse con Valentino para resolver unos asuntos de trabajo, pero dejar a Alastor solo no era algo que pudiera hacer a la ligera.
-Tengo un pequeño inconveniente -respondió Vox, tratando de mantener la calma-. No puedo dejar a Alastor solo.
Valentino levantó una ceja, observando con curiosidad al híbrido ciervo que lo miraba desde el pasillo con esos ojos grandes y brillantes. Alastor no parecía entender mucho de lo que estaba ocurriendo, pero instintivamente se mantenía cerca de Vox, buscando su presencia como una fuente de seguridad.
-¿Él? -dijo Valentino, dejando escapar una pequeña risa burlona-. ¿Por qué no me lo dijiste antes? ¡Yo puedo cuidar de él mientras tú estás fuera!
Vox se giró inmediatamente hacia Valentino con una mirada fulminante.
-Ni en sueños -replicó de manera cortante, recordando demasiado bien la última vez que Valentino se acercó a Alastor, y cómo lo había tratado.
Valentino levantó las manos en señal de paz, pero la sonrisa en su rostro mostraba que no se lo estaba tomando en serio.
-Vox, no te pongas tan protector. Solo es una pequeña ayuda entre amigos. Prometo no hacer nada... inapropiado -añadió, aunque la insinuación en su voz era inconfundible.
-No. -Vox se mantuvo firme, sin querer siquiera considerar la idea de dejar a Alastor bajo el cuidado de Valentino. La mera sugerencia de Valentino provocaba que una sensación de malestar se instalara en su estómago.
Valentino soltó una risita.
-Como quieras -dijo, encogiéndose de hombros-. Pero te vas a quedar sin opciones, y tú sabes lo ocupada que es la gente. No todos pueden cuidar de un ciervo como él.
Vox apretó la mandíbula, frustrado. Sabía que Valentino no era una opción, pero eso no resolvía su problema inmediato. Necesitaba una solución y rápido. Se giró hacia Alastor, que lo miraba con esa misma expresión de incertidumbre. La idea de dejarlo solo en casa lo hacía sentir culpable, pero sabía que tenía que encontrar la manera de que Alastor estuviera tranquilo durante su ausencia.
-Alastor... -empezó Vox, tratando de explicarle-. Tengo que salir un rato, pero no puedo llevarte conmigo esta vez.
Alastor ladeó la cabeza, evidentemente sin entender la situación. Vox suspiró, sabiendo que las palabras no serían suficientes.
Mientras pensaba frenéticamente en una solución, una idea se le ocurrió de repente. Se giró hacia su teléfono y lo tomó con determinación. Si Alastor no podía acompañarlo físicamente, tal vez podía hacerlo de una manera más... moderna.
-Espera -dijo Vox, mientras comenzaba a configurar una videollamada en su teléfono. Llamó a Alastor y le mostró la pantalla-. Vamos a hacer algo diferente esta vez.
Alastor se acercó curioso, mirando la pantalla con interés mientras Vox le explicaba su plan.
-Voy a dejar esta llamada activa -dijo Vox, sonriendo mientras le acariciaba la cabeza-. Así podrás verme todo el tiempo mientras estoy fuera. Estaré contigo de alguna manera, y si necesitas algo, solo tienes que llamarme.
Alastor parpadeó, mirando a Vox, y luego de nuevo a la pantalla del teléfono. No entendía del todo cómo funcionaba, pero el simple hecho de saber que Vox estaría ahí, de alguna forma, parecía tranquilizarlo.
-Confía en mí -dijo Vox suavemente, tomando la mano de Alastor por un momento para reforzar el mensaje-. No estarás solo.
Alastor finalmente asintió, con la mirada fija en la pantalla del teléfono, aceptando la solución propuesta por Vox. Era lo más cercano que podían estar sin que él se sintiera abandonado.
Vox, con un suspiro de alivio, se giró hacia Valentino.
-Vamos -dijo Vox, aún molesto-. Tengo lo que necesito.
Valentino, al ver que su plan de quedarse con Alastor no había funcionado, solo se rió entre dientes mientras caminaba junto a Vox hacia la salida.
Antes de irse, Vox se detuvo en la puerta y miró a Alastor una última vez. El ciervo híbrido lo observaba desde la pantalla del teléfono, como si intentara asegurarse de que realmente no se iba a ir del todo.
-No te preocupes -dijo Vox con una sonrisa-. Estaré de vuelta antes de que te des cuenta.
Y con eso, cerró la puerta, dejando a Alastor con la videollamada activa, sabiendo que aunque no estuviera presente físicamente, Alastor no se sentiría solo.
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‧˚꒰ ℂ𝕚𝕖𝕣𝕧𝕠 ꒱༘ [𝓈𝓉𝒶𝓉𝒾𝒸𝓇𝒶𝒹𝒾💗 ]
RomanceVox estaba de cacería cuando escucha el sollozo de un ciervo a lo lejos. Vox: CEO de Voxtec, pasa la mayor parte de su tiempo en su torre y casi siempre viste trajes elegantes, no se pone perfume. Alastor: Cuerpo con pelaje, no usa ropa. Créditos de...