Capítulo: El Regreso

80 9 0
                                    

Vox se ajustaba la chaqueta mientras miraba a Alastor, que lo observaba con esos grandes ojos llenos de curiosidad y confusión. El hombre-ciervo estaba a su lado, siguiéndolo como lo había hecho desde que había llegado a la torre. Vox sabía que tenía una reunión importante y no podía llevarlo con él. Alastor no entendería el mundo exterior, ni las personas que vería. Además, necesitaba tiempo para estar solo y centrarse.

-Escucha, Alastor... -Vox comenzó, inclinándose un poco para quedar a la altura de los ojos de Alastor-. Tengo que salir un rato, pero volveré pronto, ¿de acuerdo?

Alastor ladeó la cabeza, claramente sin comprender del todo, pero Vox esperaba que al menos captara el tono. Con un suspiro, Vox dejó algunas cosas a la vista en la habitación, juguetes y objetos que podrían entretener a su compañero, y luego, antes de salir, cerró la puerta con llave. Miró una última vez a través de la rendija, sintiéndose un poco culpable, pero sabía que era lo mejor. Alastor no entendería el mundo fuera de esas paredes.

Tres horas pasaron, y la reunión fue larga y tediosa, pero Vox apenas podía concentrarse. Pensaba constantemente en Alastor, preguntándose cómo estaría. Finalmente, al regresar a la torre y llegar a su habitación, notó algo raro tan pronto como abrió la puerta.

Todo estaba hecho un desastre.

Los objetos que había dejado en el cuarto estaban esparcidos por el suelo. Papeles, libros, e incluso algunas de sus pertenencias personales tenían rasguños, como si alguien hubiera intentado encontrar algo que no estaba ahí. Vox caminó por la habitación, inspeccionando el caos. Algunos muebles tenían marcas de arañazos, y las almohadas estaban completamente desarmadas.

-¿Alastor? -llamó con voz calmada, aunque en su interior crecía la preocupación.

No hubo respuesta inmediata. Vox continuó inspeccionando el lugar, hasta que su mirada cayó sobre el armario, cuya puerta estaba entreabierta. Se acercó lentamente y, al abrirla del todo, lo encontró.

Alastor estaba acurrucado dentro, enrollado en posición fetal como si fuera un cervatillo asustado. Sus orejas temblaban levemente y su cuerpo se sacudía con pequeños sollozos silenciosos. Al notar la presencia de Vox, sus grandes ojos se levantaron para mirarlo, llenos de tristeza y miedo. Sin esperar un segundo más, Alastor se lanzó hacia él.

Vox apenas tuvo tiempo de reaccionar cuando Alastor lo abrazó con fuerza, sus brazos rodeándolo con una necesidad desesperada. Alastor no parecía tener intención de soltarlo nunca más, aferrándose como si temiera que Vox volviera a desaparecer de su vista.

-Shh... estoy aquí, tranquilo... -murmuró Vox, pasando una mano con suavidad sobre el pelaje que cubría las orejas de Alastor.

Comenzó a acariciarlas lentamente, con movimientos delicados y repetitivos, intentando calmarlo. Al principio, Alastor temblaba, incapaz de contener sus sollozos, pero poco a poco, a medida que sentía el toque cálido de Vox, empezó a relajarse. Las sacudidas de su cuerpo disminuyeron, y el sonido suave de sus sollozos fue reemplazado por respiraciones más calmadas.

-Lo siento por dejarte solo... no quería asustarte -susurró Vox, continuando con las caricias, sintiendo cómo el cuerpo tenso de Alastor se relajaba más con cada minuto que pasaba.

Alastor no dijo nada, pero el modo en que seguía aferrado a Vox hablaba por sí solo. No quería volver a sentirse solo, no después de haber estado encerrado y separado de la única persona en la que confiaba. Mientras seguía acariciando el pelaje de sus orejas, Vox se dio cuenta de que Alastor no solo era un ser curioso y explorador, sino también profundamente dependiente de él, de una manera que nunca había anticipado.

-Está bien, estoy aquí ahora -repitió Vox, mientras Alastor finalmente se recostaba sobre su pecho, en silencio, confiando en la seguridad que él le ofrecía.

‧˚꒰ ℂ𝕚𝕖𝕣𝕧𝕠 ꒱༘    [𝓈𝓉𝒶𝓉𝒾𝒸𝓇𝒶𝒹𝒾💗 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora