Capítulo: La Voz del Ciervo

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Vox despertó lentamente, sus párpados pesados como si llevaran el peso del mundo. Parpadeó varias veces, tratando de ubicarse, y lo primero que vio fue la figura de Alastor frente a él, sentado a su lado, mirándolo con preocupación. Todo parecía tranquilo, pero había algo en el aire que lo inquietaba.

"¿Qué fue lo que pasó?", pensó, su mente aún nublada por el desmayo repentino de antes. Se incorporó con cuidado, sintiendo la ligera presión en su cabeza. Recordaba vagamente un sueño extraño, una mezcla de confusión y emociones intensas que no terminaba de comprender. Al ver a Alastor allí, su preocupación se desvaneció momentáneamente y soltó una risa nerviosa.

-Vaya, creo que lo soñé todo... -dijo entre risas, frotándose los ojos. El recuerdo de Alastor hablando, el calor en la habitación, el desconcierto... "Todo fue un mal sueño", se repitió mentalmente. Después de todo, Alastor nunca había hablado, no podía hablar. Era solo una ilusión, fruto del cansancio.

Pero entonces, algo rompió su burbuja de calma. Alastor lo miró fijamente, sus grandes ojos reflejando una mezcla de preocupación y frustración, y de repente, la voz que Vox creyó imaginaria volvió a llenar el espacio, clara y nítida.

-¿Estás bien, Vox? -preguntó Alastor, con esa suavidad característica, pero ahora cargada de un genuino temor por el estado de su compañero.

Vox lo miró, paralizado. Su risa se cortó bruscamente, y el color desapareció de su rostro. El aire en la habitación pareció espesarse de golpe, y su corazón empezó a latir a toda velocidad, como si su cuerpo no pudiera soportar la realidad que se le presentaba. Alastor... había hablado. De nuevo. No lo había imaginado. ¡Alastor estaba hablando!

-N-no... no puede ser... -balbuceó Vox, retrocediendo un poco en la cama, el pánico tomando el control.

Pero no había escapatoria. Alastor estaba justo ahí, frente a él, hablándole como si fuera lo más natural del mundo. No era un sueño, no era una ilusión. Vox intentó racionalizarlo, pero la realidad lo golpeó con demasiada fuerza, y antes de que pudiera asimilarlo, su cuerpo reaccionó de nuevo de la única manera que sabía ante el shock.

Sus ojos se pusieron en blanco y, por segunda vez en el día, Vox se desmayó.

Alastor lo observó con una mezcla de sorpresa y frustración. Había intentado hablar porque estaba genuinamente preocupado por Vox, pero al parecer su voz había causado el efecto contrario. Vox no podía soportarlo, o tal vez no lo entendía. Sin saber qué más hacer, Alastor suspiró profundamente y se dejó caer a su lado, resignado.

Con cuidado, se recostó junto a él, apoyando la cabeza en el costado de Vox. Estaba frustrado, no por la reacción de Vox, sino por no saber cómo calmarlo. Era evidente que su voz, algo que jamás había usado en su presencia, había roto una barrera que Vox no estaba listo para atravesar.

Con el rostro apoyado en la cama y sus orejas agitadas, Alastor cerró los ojos, esperando pacientemente a que Vox despertara una vez más. Sabía que esta vez las cosas serían distintas, pero también sabía que no podía forzar la situación. Sólo le quedaba esperar, con la esperanza de que, cuando Vox abriera los ojos de nuevo, entendiera que nada había cambiado entre ellos.

‧˚꒰ ℂ𝕚𝕖𝕣𝕧𝕠 ꒱༘    [𝓈𝓉𝒶𝓉𝒾𝒸𝓇𝒶𝒹𝒾💗 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora