Capítulo: Un Corazón en Duda

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La mañana había comenzado con una luz suave que se filtraba a través de las cortinas, pintando el cuarto con tonos dorados. Vox estaba agotado, con las ojeras marcadas y una expresión de preocupación en el rostro. Desde que Alastor había empezado a dormir más tiempo del que Vox consideraba normal, la inquietud se había apoderado de él. A pesar de sus esfuerzos por asegurarse de que todo estuviera bien, no podía evitar preguntarse si había algo que estaba pasando desapercibido.

Alastor aún estaba acurrucado en el armario, enredado en su pelaje y envuelto en un sueño profundo. Vox se acercó a él con delicadeza, observando el rostro sereno del ciervo mientras respiraba lentamente. La preocupación de Vox era palpable, y sus pensamientos se dirigían inevitablemente hacia las sugerencias de Valentino. Aunque no quería considerar la idea de devolver a Alastor a su hábitat natural, la idea de que algo estuviera mal lo atormentaba.

"¿Qué hago, Alastor?" murmuró Vox, sin esperar respuesta. Se sentó en el borde de la cama, sintiendo el peso de la decisión que tenía que tomar. Había tratado de encontrar una solución, buscando en libros y en línea, pero nada parecía explicar el cansancio constante de Alastor.

El recuerdo de la conversación con Valentino le seguía pesando en la mente. Valentino había insinuado que quizás Alastor no estaba hecho para una vida en cautiverio, que tal vez lo mejor sería devolverlo a su entorno natural. Vox había rechazado de inmediato esa idea, sabiendo que no podía soportar la idea de perder a Alastor. Sin embargo, no podía ignorar el problema que tenía delante: Alastor parecía estar en reposo más de lo que debería.

Después de un rato de contemplación, Vox decidió que lo mejor sería buscar un lugar seguro para Alastor fuera de las cuatro paredes del apartamento. No quería que el ciervo se sintiera atrapado ni forzado a permanecer en un entorno que claramente no era su hogar natural. Vox entendía que debía encontrar un equilibrio, algo que le permitiera a Alastor estar más cómodo y, al mismo tiempo, asegurarse de que su bienestar estuviera protegido.

Decidido, Vox preparó un plan. Salió a la calle con la determinación de encontrar un lugar adecuado, un refugio donde Alastor pudiera pasar tiempo al aire libre sin estar en peligro. Durante el día, recorrió varios lugares, hablando con expertos en vida silvestre y explorando áreas que podrían ofrecer un entorno adecuado para un ciervo como Alastor.

Mientras tanto, Alastor despertó lentamente, mirando a su alrededor con una expresión confusa. Cuando sus ojos encontraron a Vox, una sensación de calma pareció invadirlo. Aunque no podía entender por completo las preocupaciones de Vox, sentía la calidez y la dedicación que emanaban de él. Alastor se acercó a Vox con cautela, como si intentara entender la razón detrás de la actividad frenética de su cuidador.

Vox se inclinó hacia él y le acarició la cabeza con ternura, sintiendo un pequeño consuelo al ver la reacción tranquila de Alastor. Aunque no podía comunicar sus pensamientos con palabras, el gesto era suficiente para transmitir su afecto y su deseo de asegurarse de que todo estuviera bien.

Al final del día, Vox regresó a casa con una lista de lugares que podrían ser adecuados para Alastor. Había encontrado algunos refugios y reservas naturales que ofrecían entornos controlados, donde Alastor podría tener acceso a espacios al aire libre sin estar completamente fuera de un entorno seguro.

Cuando llegó a casa, encontró a Alastor esperando por él, con una mirada expectante y una ligera sonrisa en su rostro. Vox sintió una oleada de ternura y alivio al ver a Alastor tan animado. Se acercó a él y lo abrazó, disfrutando de la compañía del ciervo mientras el sol se ponía en el horizonte.

"Vamos a encontrar un lugar adecuado para ti," le dijo Vox con suavidad, acariciando el pelaje de Alastor. "Quiero que te sientas bien y que tengas un lugar donde puedas estar feliz."

Alastor, sintiendo el cariño y la determinación en la voz de Vox, se acurrucó junto a él. Aunque no podía comprender completamente las palabras, comprendía el afecto que Vox le estaba mostrando y eso era suficiente para darle una sensación de seguridad. Vox se sentó con él durante la noche, disfrutando de la compañía tranquila y preparando mentalmente su próximo paso.

Mientras se acurrucaban juntos en la cama, Vox sabía que el día siguiente traería nuevas decisiones y desafíos. Pero por ahora, disfrutaba de la simple tranquilidad de estar con Alastor, sabiendo que cada momento compartido era una oportunidad para fortalecer su vínculo y asegurarse de que, pase lo que pase, su amigo ciervo tuviera el mejor cuidado posible.

‧˚꒰ ℂ𝕚𝕖𝕣𝕧𝕠 ꒱༘    [𝓈𝓉𝒶𝓉𝒾𝒸𝓇𝒶𝒹𝒾💗 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora