capítulo 5

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Pov Samantha
-Entonces... ¿Cómo estuvo la noche de la señora esposa? -preguntó mi hermano Osvaldo, a la mañana siguiente-. Quiero todos los detalles.

Lo observé fijamente desde el otro lado de la mesa, a tiempo que Ronny, mi jefe de seguridad, torturador de enemigos y probablemente el único amigo que tenía en la vida, le lanzó una mirada dura.

Mi hermano sonrió divertido.

-¿Qué? ¿Acaso no puedo saber cómo mi hermana consumó su matrimonio?

-¿Quieres detalles sobre mi esposa desnuda? enarqué una ceja-. Porque si es así, debo advertí que, perderás la lengua y después la vida solo por sugerir e imaginar tal cosa.

Osvaldo se burló de mí una vez más, atiborrándose de comida e ignorando mi amenaza, porque claramente era consciente de que jamás le haría algo.

Osvaldo, Vicky y Natalia eran la única familia que realmente tenía. Los únicos por quienes daría mi vida si llegaba el caso.

-En todo caso -continuó mi hermano. ¿Es muy tímida no?

No sabía si la manera correcta de describir a mi esposa era «tímida», podía ver en la profundidad de sus ojos avellana que existía una fuerza y carácter que ella quería explotar, pero su miedo era más grande que cualquier otra cosa.

-Su padre la maltrataba -dije con toda la certeza -. Está reprimida. Teme hasta respirar sin pedir permiso.

La mirada cafe de Osvaldo perdió brillo ante aquel tema y dijo con voz seca.

-Escuché por ahí que de todas sus hijas, fue Abril con quien fue más estricto.

Asentí lentamente, mientras un instinto asesino se encendía dentro de mí.

-¿Qué más averiguaste?

Mi hermano Osvaldo era un hombre conocido por su buen humor y personalidad sociable, siempre decían que era la cara buena de la hermandad, aun así, nadie era tan estúpido como para ignorar la letalidad y maldad que había detrás de su sonrisa encantadora, ya que todo mundo era consciente de que no existía absolutamente nada que se escapase de las manos y la mente de Osvaldo Rivera.

No por nada era mi mano derecha y segundo al mando.

-Escuché a los guardias de la mansión hablar de hermanas mayores de Abril: Alana, Rocio y Molly viven por fuera de la mansión hace mucho tiempo, así que cuando las cosas iban mal, Abelardo solo tenía a su esposa y a Abril para desquitarse.

Guardé en mi cerebro con sumo cuidado todas y cada de las cosas que dijo mi hermano. Él habló de castigos llenos de humillación y golpes. Castigos que ninguna mujer y mucho menos una tan delicada y hermosa como Abril debía recibir.

-Nadie volverá a ponerle una sola mano encima a ella-mi voz fue calmada, pero la amenaza estaba dentro de mí-. Da igual que sea mi esposa hace menos de veinticuatro horas y pertenezca inicialmente a la mafia mexicana. Ahora, Abril es mi esposa y quien la toque a ella, inmediatamente se convierte en mi enemigo.

Mi hermano asintió y fue Roier quien habló.

-Ya todos nuestros hombres aquí y en Rusia saben quién es tu esposa y les advertí que deben mostrar respeto apenas la conozca.

Lo miré y asentí.

-También diles que tienen prohibido hablar con ella sin que yo esté presente y que si se les ocurre mirar más de dos veces hacia su dirección, voy a romperles la garganta con una barra de hierro.

Roier enarcó una ceja ante mi amenaza, pero fue Osvaldo el que se rio.

-Tengo una opinión sobre esto -sonrió-. Estás siendo posesiva porque de una u otra forma te obsesionaste con ella desde el primer segundo que la viste o, por otra parte... ¿Es muy buena en la cama?

black death (rivari g¡p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora