POV Samantha
Después de lo que parecía una eternidad envueltas en ese instante mágico, la cena continuó con una sensación de paz indescriptible. Era como si con cada palabra y cada sonrisa compartida, estuviéramos construyendo algo aún más fuerte. Abril se veía más relajada, sus dedos jugueteando con la copa de vino mientras reía por algo trivial que había dicho el mesero al pasar. Su risa, su forma de mover el cabello detrás de la oreja, cada gesto suyo me tenía completamente cautivada.
Decidí arriesgarme un poco más. Después de todo, si había algo que esta noche me había enseñado, era que no debía dejar nada sin decir. Tomé aire y solté las palabras con suavidad, sin apartar la mirada de ella:
—Abril, quiero hacerte una pregunta. Algo que he pensado mucho, y creo que este es el momento.
Sus ojos se clavaron en los míos, expectantes, y noté que su cuerpo se tensó ligeramente, como si supiera que lo que iba a decir era importante. Me incliné un poco hacia adelante, acortando la distancia entre nosotras.
—¿Qué pensarías si... —comencé, luchando por encontrar las palabras correctas—, si construimos algo más juntas? Algo más que solo nuestras vidas compartidas, nuestro hogar. He estado pensando en nuestro futuro, en lo que nos espera, y no puedo evitar imaginarme una familia contigo y con Vicky.
Vi cómo sus ojos se agrandaron, reflejando sorpresa, pero también una chispa de emoción. Mis palabras no parecían haberla asustado, lo que me dio el valor para continuar.
—Quiero una vida contigo, Abril, completa. Quiero compartirlo todo. Y eso incluye formar algo más grande, quizá... tener hijos, si es lo que también quieres. Sé que es un paso grande, y no estoy diciendo que sea inmediato, pero... no puedo dejar de imaginar ese futuro contigo —mi voz salió más baja hacia el final, temiendo haber ido demasiado lejos.
Ella me miró en silencio durante unos segundos, procesando lo que acababa de decir. Pero antes de que pudiera adivinar lo que pensaba, una sonrisa lenta, genuina, apareció en su rostro. Tomó mi mano entre las suyas, sosteniéndola con fuerza.
—Samantha... —su voz era un susurro cálido—, no tienes idea de lo que significa para mí escuchar eso. Porque he pensado lo mismo. Sé que tal vez suene precipitado para algunos, pero cuando estamos juntas, siento que podemos con todo. Yo también quiero una familia, contigo.
Mi corazón latió con fuerza ante sus palabras
El corazón me dio un vuelco cuando escuché esas palabras salir de los labios de Abril. Era como si todo lo que había soñado, todo lo que había imaginado para nosotras, finalmente estuviera cobrando vida. La forma en que me miraba, con esa mezcla de amor y seguridad, me dejó sin aliento. No era solo que quisiera lo mismo que yo, sino que en su mirada vi la misma certeza que sentía en lo más profundo de mi ser: estábamos listas para dar ese paso juntas.
Apreté su mano un poco más fuerte, inclinándome hacia ella. Mi mente era un torbellino de emociones, pero al mismo tiempo, todo se sentía increíblemente claro.
—Abril, no sabes lo feliz que me haces —dije, mi voz casi un susurro, como si decirlo más alto rompiera la magia del momento—. No tengo ninguna duda de que, juntas, podemos construir la vida que ambas hemos soñado.
Ella sonrió, esa sonrisa suya que hacía que todo en mí se iluminara. En ese momento, vi algo más en sus ojos, una chispa de esperanza, de emoción, algo que me decía que todo esto no solo era un sueño mío, sino algo que ella también había estado deseando en silencio.
—No quiero apresurarnos, Sam —respondió Abril suavemente—, pero cada vez que pienso en nuestro futuro, no puedo evitar imaginarlo lleno de risas, de momentos compartidos... de una familia. Y no hablo solo de nosotras dos, sino de un hogar lleno de amor, lleno de nuevas experiencias, de hijos que crezcan rodeados de ese amor.
Sentí un nudo formarse en mi garganta, de emoción, de felicidad. Me incliné hacia ella, acercando mi frente a la suya. Cerré los ojos por un segundo, dejándome llevar por el momento, sintiendo la calidez de su piel contra la mía, el ritmo de su respiración que se sincronizaba con el mío.
—Abril, nunca he estado tan segura de algo —dije finalmente, mi voz temblando ligeramente por la emoción—. Si esto es lo que queremos, lo que ambas deseamos, vamos a hacerlo. No ahora, no mañana, pero cuando llegue el momento, sabré que estoy lista porque será contigo.
Ella asintió suavemente, y una lágrima rodó por su mejilla, pero esta vez, era de pura alegría. La limpié con el pulgar, sin dejar de mirarla a los ojos. Era increíble pensar en todo lo que habíamos vivido para llegar a este punto, todo lo que habíamos superado juntas.
—Me haces tan feliz, Sam —susurró Abril, apretando mi mano con más fuerza—. Lo único que necesito para sentirme completa eres tú.
Nos quedamos así, mirándonos, mientras el mundo a nuestro alrededor parecía desvanecerse. Ni siquiera el mesero que nos trajo el cheque fue capaz de romper ese momento. Todo se sentía tan natural, tan perfecto.
Finalmente, salimos del restaurante, caminando juntas bajo las estrellas. El aire fresco de la noche nos envolvía, y nuestras manos seguían entrelazadas, como si no pudiéramos separarnos ni por un instante. El silencio que nos acompañaba no era incómodo, era ese tipo de silencio que solo compartes con alguien que realmente conoces, alguien que entiendes a la perfección.
**POV Abril**
Mientras caminábamos hacia el coche, no podía dejar de sonreír. Cada palabra que Samantha había dicho en esa mesa seguía resonando en mi cabeza, cada promesa implícita, cada sueño que compartíamos. Era increíble cómo la vida había cambiado en tan poco tiempo. Nunca había imaginado que llegaría a este punto, donde no solo estaba enamorada, sino que también tenía una visión clara del futuro, de lo que realmente quería.
Cuando nos detuvimos frente al coche, me giré hacia ella, con el viento suave acariciando nuestros rostros. Samantha me miraba con esa intensidad que me dejaba sin aliento cada vez. Era como si me viera, no solo por fuera, sino por dentro, como si entendiera cada parte de mí sin necesidad de palabras.
—¿Sabes algo? —dije, mi voz casi quebrada por la emoción—. Nunca me había sentido tan segura, tan en paz como me siento contigo. Todo lo que hemos hablado esta noche... no sé, simplemente me hace sentir que todo es posible.
Samantha sonrió, esa sonrisa tranquila que siempre me hacía sentir protegida.
—Eso es porque todo es posible, Abril. Juntas, podemos lograr cualquier cosa.
Nos miramos por un momento más antes de que ella abriera la puerta del coche para mí, siempre tan caballerosa. Me subí y, mientras conducíamos de vuelta a casa, el silencio entre nosotras estaba cargado de promesas no dichas, de sueños compartidos, de una vida que ambas sabíamos que íbamos a construir.
La ciudad pasaba rápidamente por la ventanilla, pero todo lo que veía era un futuro lleno de posibilidades. Un futuro que, por primera vez en mucho tiempo, no me asustaba, sino que me emocionaba. Sabía que las cosas no siempre serían fáciles, que tendríamos desafíos por delante. Pero ahora, con Samantha a mi lado, sabía que podíamos con todo.
Cuando finalmente llegamos a casa, ella apagó el motor y se giró hacia mí, su mirada suave pero intensa.
—Abril, lo que sea que venga, lo enfrentaremos juntas. Y nunca olvides que te amo. Siempre.
Asentí, incapaz de hablar en ese momento por el nudo en mi garganta. Solo pude inclinarme hacia ella y besarla de nuevo, esta vez con todo el amor, la gratitud y la certeza de que, pase lo que pase, estaríamos bien.
Porque nos teníamos la una a la otra.
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black death (rivari g¡p)
Randomsamantha rivera la mafiosa más peligroso y temerario que existe. Como abelardo de la mafia rusa, todos desean ser sus aliados y muy pocos -solo los dementes- samantha lo es todo, menos una mujer acta para el matrimonio y el cuidado de una mexicana...