Abril despertó aquella mañana sintiéndose un poco más fuerte, aunque el peso de la situación seguía presente. Sabía que no podía detener su vida, no cuando tenía una razón tan importante para seguir adelante: su bebé, el fruto de un amor que ahora parecía distante, pero que seguía siendo parte de ella. Sin embargo, esa mañana no se sentiría tan sola. Iván, en su papel de apoyo incondicional, había insistido en acompañarla a la ecografía.
—¿Lista? —preguntó Iván con una sonrisa tranquila mientras se acomodaba junto a la puerta con las llaves en la mano.
Abril asintió, con una leve sonrisa en los labios. Aunque la idea de acudir a la consulta sin Samantha la llenaba de tristeza, también le reconfortaba saber que tenía a Iván a su lado.
—Sí, vamos —dijo, tomando su bolso mientras salían juntos de la casa de Rocío.
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En el consultorio, el ambiente era tranquilo. Abril llenó los formularios mientras Iván esperaba pacientemente en la sala. Cuando la llamaron, él se levantó para acompañarla, aunque al principio dudó.
—¿Estás segura de que no te molesta que entre contigo? —preguntó, tratando de ser respetuoso.
—Claro que no. Me hace bien tenerte aquí —respondió Abril con sinceridad.
La sala de ecografías era cálida, con luz tenue. Abril se recostó en la camilla, y la enfermera comenzó a prepararla para el procedimiento. Iván se quedó junto a ella, mirando la pantalla con una mezcla de curiosidad y emoción contenida.
Cuando el médico comenzó a mover el transductor sobre el vientre de Abril, una imagen comenzó a formarse en la pantalla. El sonido del latido llenó la habitación, un ritmo rápido y fuerte que hizo que Abril sintiera una mezcla de emoción y nerviosismo.
—Ahí está el corazón —dijo el médico con una sonrisa. Luego, frunció ligeramente el ceño, enfocándose más en la imagen—. Bueno... parece que no tenemos uno, sino dos corazones latiendo aquí.
Abril parpadeó, confundida.
—¿Dos? —preguntó, su voz temblando ligeramente.
El médico giró la pantalla para que pudiera ver mejor.
—Sí, felicidades. Vas a tener gemelos.
La noticia la golpeó como una ola de emociones, desde la sorpresa hasta la alegría y, finalmente, el temor. ¿Cómo iba a manejar todo esto? Su mente se llenó de preguntas, pero al mismo tiempo, una chispa de felicidad comenzó a encenderse en su pecho.
Iván, que había estado en silencio, dejó escapar una carcajada baja.
—Bueno, esto sí que no me lo esperaba. Dos pequeños a la vez... eres increíble, Abril.
Ella lo miró, con los ojos llenos de lágrimas, pero una sonrisa genuina comenzó a formarse en su rostro.
—Gemelos... —murmuró, llevándose una mano al vientre—. No puedo creerlo.
Iván le dio un apretón suave en el hombro.
—Vas a ser una madre increíble, Abril. No lo dudes ni por un segundo.
El médico continuó explicando los detalles de la gestación y asegurándose de que todo estaba en orden. Aunque la noticia la había tomado por sorpresa, Abril comenzó a sentir una conexión más profunda con esos pequeños seres creciendo dentro de ella. Por primera vez en días, sintió algo de esperanza.
Cuando salieron del consultorio, Iván miró a Abril con una sonrisa amplia.
—Creo que esto merece una celebración. No todos los días uno se entera de que va a ser el apoyo moral de una futura mamá de gemelos.
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black death (rivari g¡p)
Aléatoiresamantha rivera la mafiosa más peligroso y temerario que existe. Como abelardo de la mafia rusa, todos desean ser sus aliados y muy pocos -solo los dementes- samantha lo es todo, menos una mujer acta para el matrimonio y el cuidado de una mexicana...