capitulo 10

438 33 10
                                    

Pov Samantha

Escuché el informe que Relver Mozarov le dio a Osvaldo sobre las nuevas rutas hacia África que los italianos nos habían cedido y, al mismo tiempo, dejó en claro que las bandas de Odessa y Kiev estaban intentando otra vez recuperar el control que teníamos de la heroína y las armas que salían hacia Ucrania y países cercanos.

-Eso no es todo, las mafias Georgianas quieren ganarnos de nuevo territorio en Europa.

Tamboreé mis dedos sobre mi escritorio, mientras mi cabeza trabajaba a mil por hora y trataba de encontrar la respuesta a la pregunta que me estaba haciendo.

-Vamos a volar a todos esos hijos de puta de Odessa. Ya les hemos dado los suficientes ultimátums como para permitir que continúen jodiendo nuestra mierda -gruñó Osvaldo.

-Sería prudente que tomáramos las cosas con calma -dijo Relver, mirándome a mí-. No queremos comenzar una guerra ahora cuando estamos en medio de un trato pacífico con los ingleses.

Mi hermano no estuvo muy de acuerdo en ello. Si fuese por Osvaldo, él asesinaría a medio mundo sin

miramianto o pausa sin alguna.

-Rivera, hay que saber escoger las guerras y en este momento el comenzar a masacrar esas bandas no es lo ideal.

Había muchos asuntos alrededor de mi cabeza y una intuición que no me fallaba, porque era lo suficientemente inteligente para saber cuando algo se estaba saliendo de la ruta y haciendo que mis fichas de dominó cayeran una tras de otra.

Relver continuó explicando quién sabe qué, pero no presté atención, tomé mi teléfono del escritorio y revisé llamadas entrantes, pero, como lo supuse, no había nada.

Ni una sola llamada de Abril

Aquello me molestó, pese a que jamás dejaba prever cuando algo me molestaba lo suficiente como para sacarme de mis casillas. Era conocida por ser una mujer que jamás demostraba gran cosa alrededor de cualquier tipo de suceso, aún así, la molestia picó con fuerza mi ser cuando descubrí que ella no llamó en todo el transcurso del día.

Le había dado la orden explícita de hacerlo. No me gustaba ordenarle cosas a Abril porque no quería que se sintiera como se sintió en su casa, aún así, en aquello no iba a ceder, no cuando sabíaque ella quería irse de mi lado y tomaría cualquier primera opción para hacerlo.

Era buena con ella, pero no dejaría que olvidara la clase de mujer perversa que podía llegar a ser cuando tenía que serlo.

No había olvidado que intentó escapar el día que nos casamos. ¿Cómo podía estar seguro de que no lo haría de nuevo?

Abril estaba custodiada por varios de mis hombres, no solo por su seguridad, sino también porque me negaba a darle oportunidad alguna para que escapara de mí, por eso mismo, le pedí que me llamara cada una o dos horas. Qué lo hiciera para saber que estaba bien y si necesitaba algo.

No llamó.

Había salido del penthouse desde la mañana y no sabía nada de la boca de ella, pese a que había obligado a que los hombres que la cuidaban me dieran un informe cada hora.

-Se terminó la reunión -me puse de pie y Osvaldo y Relver me siguieron-. Hablaremos de esto después.

-Señora...

Con una única mirada silencié a Relver, dejándole en claro que no estaba de humor para terminar de hablar de aquel tema.

-Seguiremos después entonces.

Tras una inclinación de cabeza vi al anciano abandonar mi oficina y no dije nada. Solo lo observé en silencio.

Relver era el mediador de la mafia. Sus años y trayectoria trabajando para los diferentes Rivera que habían estado en el poder; por ejemplo, mi padre. Le daban el conocimiento y la habilidad para desenvolverse en cualquier campo y poder no solo recolectar información, sino también transformarla en beneficio de la organización.

black death (rivari g¡p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora