capitulo 18

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Pov Samantha
Llegué a casa después de un día agotador, con esa mezcla de tensión y poder que solo el negocio podía ofrecer. Todo estaba siempre en constante movimiento, como una pieza de ajedrez donde cada decisión que tomaba podía ser el último golpe o la victoria definitiva. Pero aquí, en casa, con Abril, todo se sentía diferente, más tranquilo. Era mi refugio, el único lugar donde podía dejar de ser la temida Samantha "Sam", la líder de una de las organizaciones más poderosas del bajo mundo.

La casa estaba en silencio, excepto por el suave sonido del agua corriendo en la ducha. Abril estaba allí, y aunque las cosas entre nosotras habían tenido sus momentos tensos, últimamente habíamos encontrado una nueva forma de equilibrio. Pero hoy, algo era distinto. Sentía la presión en mi pecho desde que recibí ese maldito correo en la oficina.

—Osvaldo, ¿quién demonios me ha enviado esto? —grité más temprano, cuando vi el mensaje aparecer en mi bandeja de entrada privada.

Osvaldo, siempre imperturbable, me tranquilizó de inmediato. Pero la paranoia siempre estaba presente. Sabía que no podíamos confiarnos. La D.E.A., los rivales, siempre estaban acechando, y cualquier descuido podía costarnos todo.

—Sam, es imposible que nos rastreen —me aseguró Osvaldo, su tono firme y frío—. Les hemos pagado lo suficiente para que cierren la boca. Además, Ronny trajo una invitación de Guarnizo. Parece que hay un evento esta noche.

**Guarnizo.** Ese imbécil seguía pensando que podía compararse conmigo. No entendía que, aunque estábamos en el mismo mundo, él nunca estaría a mi altura. Pero como siempre, esas reuniones eran obligatorias para mantener el control. Guarnizo podía ser un competidor, pero también era útil para ciertos tratos.

—¿A qué hora es el evento? —pregunté sin demasiado interés.

—Esta noche —respondió Osvaldo—. Deberíamos estar allí antes de las diez.

Asentí, mientras un plan comenzaba a formarse en mi mente. Tenía que hablar con Abril. Ella sabía quién era yo, qué era lo que hacía, y aunque trataba de mantenerla fuera de la mayoría de los asuntos oscuros, sabía que no podía ocultarle todo.

Al llegar a casa, la vi, mi hermosa y dulce esposa, en la ducha. Sin pensarlo dos veces, me quité la ropa y entré con ella, dejando que el agua me envolviera mientras me acercaba. Cuando mis manos tocaron suavemente su cintura, la sentí sobresaltarse, el pequeño susto que me recordaba lo vulnerable que podía ser en este mundo.

—Hola, princesita —susurré en su oído, mi voz baja y seductora, mientras la atraía hacia mí.

Abril se relajó en mis brazos después de ese pequeño sobresalto, su piel cálida bajo el agua. Me volví hacia ella, sintiendo esa mezcla de amor y culpa que siempre acompañaba nuestra relación. Ella sabía quién era yo. Sabía lo que hacía. Y aún así, seguía aquí, conmigo, a pesar de todo.

—Sam, me asustaste —dijo en tono de reproche suave, pero con una sonrisa en sus labios—. No te oí llegar.

—Lo siento, amor. Solo quería disfrutar un momento contigo antes de la locura de esta noche —respondí, besando suavemente su cuello. Sabía que lo que estaba por decirle no sería fácil, pero era necesario.

Nos quedamos un momento así, en silencio, dejando que el agua cayese sobre nosotras mientras nuestras respiraciones se sincronizaban. Sentí sus manos sobre mi espalda, dibujando lentamente círculos, y por un momento me olvidé del mundo, de Guarnizo, de los correos y de la D.E.A.

Pero sabía que tenía que hablar.

—Esta noche tenemos que ir al evento de Guarnizo —le dije, finalmente, rompiendo el silencio. Ella se tensó ligeramente, como siempre lo hacía cuando mencionaba a cualquier persona asociada con mi vida criminal.

black death (rivari g¡p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora