capitulo 36

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La tranquilidad en casa de Rocío se rompió una noche cuando un olor a humo comenzó a invadir las habitaciones. Abril, medio dormida en el sofá, abrió los ojos confundida, olfateando el aire y sintiendo un calor extraño. Fue entonces cuando se dio cuenta: algo no estaba bien.

—¡Rocío! —gritó, poniéndose de pie con dificultad

Rocío apareció corriendo desde la cocina, donde el humo ya comenzaba a espesarse. Aldo también bajó las escaleras en pánico.

—¡El cuarto de calderas! ¡Algo explotó! —gritó Aldo, corriendo hacia la puerta trasera.

Rocío ayudó a Abril a levantarse completamente, pero el humo llenaba el lugar con rapidez. Las llamas comenzaron a extenderse por la planta baja, bloqueando la salida principal.

—¡Por aquí, por la ventana! —gritó Rocío, pero Abril se detuvo, tosiendo y poniéndose una mano en el vientre. No podía moverse tan rápido como los demás.

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**Mientras tanto, Samantha llegaba a la casa.** 
Había decidido ir a ver a Abril para llevarle unas cosas que había comprado para los bebés, esperando otra oportunidad de hablar con ella. Al estacionar el auto, notó algo extraño: humo salía de las ventanas. Su corazón se paralizó.

—¡Dios mío! —susurró, saliendo corriendo hacia la casa.

Al llegar, escuchó los gritos de Rocío y Aldo afuera, pero lo único que pudo pensar fue en Abril. Sin dudarlo, cubrió su boca y nariz con la manga de su camisa y entró por la puerta trasera.

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**Dentro de la casa** 
El calor era sofocante, y el humo hacía casi imposible ver más allá de unos pocos pasos. Samantha gritó el nombre de Abril mientras avanzaba a tientas por la sala. Las llamas lamían las paredes y el techo, y cada paso que daba parecía más peligroso.

Finalmente, la vio. Abril estaba apoyada contra una pared, tosiendo y tratando de proteger su vientre con los brazos. Su rostro estaba cubierto de hollín, y los ojos se le llenaban de lágrimas de miedo y desesperación.

—¡Samantha! ¿Qué haces aquí? ¡Sal, es peligroso! —logró gritar Abril, pero su voz sonaba débil.

Samantha ignoró las palabras y corrió hacia ella, tomando su rostro entre las manos para asegurarse de que estaba consciente.

—No voy a dejarte aquí. Vamos, tengo que sacarte.

Abril intentó protestar, pero Samantha ya estaba rodeándola con un brazo, sosteniéndola con fuerza mientras buscaba una salida. La ventana por la que Rocío había salido estaba parcialmente cubierta de llamas, pero era su única opción.

—Confía en mí, ¿sí? —le dijo Samantha, mirándola con una determinación feroz.

Con un esfuerzo casi sobrehumano, ayudó a Abril a subir al marco de la ventana. Las llamas se acercaban rápidamente, pero Samantha logró empujar a Abril hacia afuera justo cuando el fuego consumía la cortina. Rocío y Aldo la atraparon del otro lado.

—¡Samantha, sal ahora! —gritó Abril desde afuera, desesperada, pero Samantha quedó atrapada por una viga que cayó detrás de ella, bloqueando la ventana.

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**El rescate** 
Por un instante, todo parecía perdido. Abril gritaba desde el exterior, con lágrimas corriendo por su rostro. Rocío intentó entrar de nuevo, pero Aldo la detuvo. Las llamas ya habían consumido gran parte de la planta baja.

Entonces, como si el destino le diera una oportunidad más, Samantha apareció en la ventana, tosiendo y con una quemadura leve en el brazo, pero con vida. Aldo y otro vecino que había llegado corrieron a ayudarla a salir. Cuando finalmente estuvo afuera, Abril la abrazó con fuerza, temblando y llorando.

black death (rivari g¡p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora