capitulo 11

512 41 4
                                    

Pov Abril

Estaba sorprendida de mí misma.

Demasiado.

Nunca en mi vida me había detenido a pensar que quería y como haría para tenerlo.

Ser la último hija de una relación me había quitado muchas oportunidades para decidir alrededor de mí y, era por eso, que me había acostumbrado a recibir las sobras que siempre me daban.

Pero ahora era diferente.

Yo quería que fuese así. Al menos en aquel matrimonio y lo había descubierto justo cuando vi a esa mujer acercarse a mi esposo y sonreírle como si fueran los confidentes de toda la vida.

Nuvia.

No era de hablar de las personas sin conocerlas, pero, no me gustaba ella, ni siquiera su nombre o la familiaridad con la que había mirado a mi Sam. aún así, iba a confiar en ella ,y... En aquel matrimonio.

Quería que funcionara.

El día siguiente después de nuestra conversación, era sábado. Me desperté muy temprano y organicé toda mi habitación, para después darme una larga ducha y vestirme con un lindo vestido rosa que Mikhel me había comprado y un abrigo largo.

Me miré en el espejo y sonreí suavemente ante la imagen que tenía al frente. Mis ojos avellanas estaban brillosos y mis mejillas más sonrojadas que nunca. Iba atribuir aquello a lo sana y alimentada que estaba, pero la verdad era que no podía sacar de mi mente la conversación de la noche anterior y la osadía que tuve para decirle que quería que fuese solo mía.

Quería tener algo solo mío por primera vez en la vida y ese algo era Samantha.

Sí, la quería a ella.

Daba igual si aún me daba un poco de desconfianza o me sentía tímida, yo solo... Quería intentarlo y ella dijo que sí.

¡Parecía jamás querer negarme nada!

La sonrisa creció en mis labios y suspiré, lo hice como una tonta enamorada y me reprendí porque sabía que jamás en mi vida me había enamorado de nadie y probablemente aún tampoco lo estaba, pero... Quizás si podría enamorarme de ella en el futuro.

-¿Crees que voy muy rápido? -le pregunté a rocío, cuando la llamé.

-La otra semana cumplen un mes de casadas,Un mes.

No podía creer que llevara un mes por fuera de las garras de mi padre. Casi un mes estando con Samantha.

-No sabías que alguien podía ser así de atenta y amable contigo -dijo mi hermana-. Es normal que te guste su compañía porque te hace sentir segura.

Mordí mi labio inferior y asentí.

-Pero también es algo posesiva -susurré-. Dice que jamás podré dejarla.

Mi hermana soltó una risita, sorprendida.

-Si eso te escandaliza, me gustaría que escucharas cuando Aldo se pone demente murmuró-. Amenazó con erradicar la mitad de la población masculina en Italia si alguno de ellos me miraba por más de dos segundos.

-No sé cómo puedes amar a ese hombre, Rocio-me quejé-. Es un monstruo.

Suspiró.

-Es una relación de amor y odio, que puedo decirte.

Traté de no presionarle en aquel tema porque yo no era la mejor dando consejos de amor yo tampoco era como si tuviera un matrimonio perfecto.

Quedamos en hablar al día siguiente y me hizo prometerle que le contaría cualquier cosa que pasara.

black death (rivari g¡p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora