capitulo 35

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Abril sujetó las rosas con cuidado, sintiendo su fragancia mientras intentaba calmar las emociones que inundaban su pecho. La serenata aún resonaba en el aire, pero en su mente las palabras de Samantha eran lo único que importaba. ¿Podía realmente confiar en ella otra vez? El amor seguía ahí, lo sentía en cada latido acelerado, pero el dolor también estaba presente, como una herida que apenas empezaba a sanar.

Samantha dio un paso hacia ella, manteniendo una distancia prudente.

—Abril... no quiero presionarte. Solo quiero que sepas que estoy aquí. Siempre estaré aquí. —Su voz sonó temblorosa, pero había determinación en sus ojos.

Rocío, que observaba la escena desde la ventana junto a Aldo, dejó escapar un suspiro.

—Es demasiado pronto, pero al menos Samantha parece dispuesta a luchar —murmuró Rocío. Aldo, que estaba sentado junto a ella, asintió.

—Abril tiene la última palabra. Siempre la tendrá —respondió él, sin apartar la mirada de la escena.

Abril alzó la vista hacia Samantha. Durante unos segundos que parecieron eternos, dejó que el silencio hablara por ella, intentando discernir si había algo más allá del arrepentimiento en la mirada de su pareja.

—No es tan fácil, Samantha. No puedes venir con rosas y canciones y esperar que todo esté bien —dijo finalmente, su voz firme pero quebrada al final.

Samantha asintió, aceptando la dureza de esas palabras.

—Lo sé. No espero que me perdones ahora, ni siquiera sé si podré ganarme tu confianza otra vez... pero estoy dispuesta a intentarlo todos los días de mi vida si me das esa oportunidad.

Abril miró las rosas en sus manos y luego su vientre, redondeado por los gemelos que pronto llegarían. Ellos serían la razón principal de cualquier decisión que tomara, pero también sabía que no podía ignorar sus propios sentimientos. Tenía que cuidar de su corazón tanto como del de ellos.

—Necesito tiempo, Samantha. No puedo simplemente olvidar lo que pasó. Pero... si quieres demostrarme que realmente estás arrepentida, tendrás que hacerlo con hechos, no solo palabras. Y no será fácil.

—Haré lo que haga falta —respondió Samantha, con una mezcla de esperanza y tristeza.

Abril asintió lentamente, sintiendo el peso de su decisión. No estaba lista para volver con Samantha, pero tampoco estaba lista para cerrarle la puerta por completo.

—Por ahora, quiero centrarme en los bebés. Eso es lo único que importa. Si de verdad te importa nuestra familia, lo demostrarás. Día a día.

Samantha dejó escapar un suspiro aliviado, pero no triunfante. Sabía que este era apenas el primer paso de un camino largo y lleno de incertidumbres.

—Lo haré, Abril. Por ellos, por ti... por nosotros.

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**Días después**

Samantha comenzó a involucrarse más en el embarazo de Abril, sin forzar su presencia pero estando disponible siempre que ella lo permitiera. La acompañó a otra ecografía, donde escucharon juntos los latidos de los gemelos. En ese momento, Abril sintió una mezcla de emociones tan intensas que casi no pudo contener las lágrimas. A pesar de todo, había algo innegable en la forma en que Samantha miraba la pantalla con los ojos llenos de emoción.

Por otro lado, Ivan seguía siendo un apoyo constante. Nunca cruzó la línea, respetando el espacio emocional de Abril y entendiendo que su corazón aún pertenecía a Samantha, aunque estuviera roto. Sin embargo, su compañía era un recordatorio de que Abril no estaba sola, y que siempre habría personas que la valoraran, independientemente de las decisiones que tomara.

black death (rivari g¡p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora