16. Intimidad y la luna

13 9 3
                                    

El silencio entre nosotras es profundo y cargado de significado, pero esta vez es un silencio cómodo, uno que lleva consigo la tranquilidad de habernos revelado todo lo que habíamos guardado. Pam me mira con una calma que no había visto en ella antes, como si toda la tensión de mantener su secreto finalmente se hubiera disipado. El brillo de la luna sobre su piel perlada y sus escamas me hipnotiza, y me siento conectada a ella de una manera que no había experimentado nunca.

Entonces, de repente, algo hace clic en mi mente. Un pensamiento que ha estado flotando en el fondo finalmente cobra sentido. Me río suavemente, como si todo se iluminara de golpe.

—Ahora entiendo —digo, mirándola con comprensión—. Eso explica por qué dejé de ver a la sirena cuando comencé a pasar más tiempo contigo. —La sonrisa en mis labios crece mientras observo su reacción.

Seraphina se sonroja, su piel adquiere un suave tono rosado bajo el brillo plateado de la luna. Sus ojos verdes brillan con un toque de vergüenza, y puedo ver que mis palabras la han dejado un poco tímida.

—Sí... bueno —dice, riendo nerviosa, y puedo notar cómo evita mi mirada por un segundo, aunque su sonrisa sigue presente—. Dejé de aparecer como sirena porque... bueno, ya me estabas viendo como "Pam". —La dulzura de su tono me hace sonreír aún más—. No tenía mucho sentido seguir apareciendo como sirena cuando ya habías comenzado a conocerme de otra manera. —Su risa es suave, pero puedo sentir el peso de la verdad en sus palabras.

Mis pensamientos comienzan a retroceder, a repasar todos esos momentos en los que busqué a la sirena en el mar, pero no la encontré. El día que me dejó la nota en la mesita de noche, el día en que nuestro vínculo comenzó a crecer de forma más humana, empecé a sentir su ausencia en el mar. Todo encaja ahora.

—Eso fue muy listo de tu parte —digo en broma, pero mi tono está lleno de afecto—. Estabas conmigo en la tierra, y yo aún te buscaba bajo el agua. —Mis palabras hacen que Seraphina baje la mirada, pero puedo ver que está sonriendo tímidamente.

Respira hondo, y entonces se inclina un poco hacia mí, como si fuera a decirme algo importante, algo que había estado guardando en su corazón.

—La verdad es —comienza, su voz baja y cargada de emoción—, que la vez que te dejé esa nota en la mesita de noche, esperando verte de nuevo, dejé de ir al mar a buscarte porque... —hace una pausa, como si recordar esos momentos aún le provocara una ligera incomodidad—, creí que te vería en la tienda de antigüedades. —Su voz es casi un susurro ahora, y sus ojos brillan con un toque de vulnerabilidad.

Mi corazón se acelera al escucharla. Ese día en que encontré la nota, cuando me desperté sola y la extrañé, Pam había hecho una elección. Había elegido esperar por mí en la tienda, en la tierra, en lugar de seguir apareciendo en el mar. El amor que estaba creciendo entre nosotras, aunque no lo sabíamos entonces, ya estaba transformando nuestras vidas.

—Así que ese día —continúo, conectando los puntos en mi mente—, en lugar de estar bajo el agua, tú me esperabas en la tienda. —Mis labios se curvan en una sonrisa, y siento una calidez que se extiende por todo mi cuerpo—. No podía encontrarte bajo el mar porque estabas... esperándome en tierra.

Seraphina asiente, aunque sus mejillas siguen ligeramente sonrojadas. Su risa es tímida, pero también hay algo dulce en ella, algo que me llena de alegría.

—Sí —admite, bajando un poco la cabeza, como si todavía le diera vergüenza confesarlo—. Pensé que me verías en la tienda y, sinceramente, estaba un poco nerviosa de que no lo hicieras. —Se muerde el labio, pero su sonrisa sigue ahí—. Estaba ansiosa por verte, pero no quería parecer desesperada.

Mis pensamientos vuelven a esa primera vez que la vi, a cómo nuestra conexión se profundizó poco a poco, sin que yo supiera que la sirena que había estado buscando todo ese tiempo estaba justo frente a mí, como Pam.

SIRENAS: El legado perdido de La Atlántida. | [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora