De regreso en el hostal, el silencio de la habitación parece abrumador. Los ruidos del pueblo a lo lejos, el murmullo de la brisa marina, todo parece quedar fuera de mí mientras me siento frente a la mesa con el códice extendido. Mis dedos rozan la superficie rugosa de las páginas, y mis ojos se clavan en las antiguas inscripciones que llevo semanas estudiando. Pero algo ha cambiado ahora. No soy la misma persona que leyó estas palabras por primera vez.
He visto lo que antes solo consideraba una posibilidad remota, un mito relegado a las profundidades del folklore. Me siento abrumada por la idea de que lo que antes parecía una mera leyenda, ahora tiene una forma tangible, una forma que roza lo místico.
Respiro hondo. La luz que entra por la ventana ilumina las palabras del códice, haciendo que los símbolos antiguos parezcan brillar con un brillo casi etéreo. Tengo que volver a descifrarlo, pero esta vez, con otros ojos. Debo entender lo que significa realmente.
Me inclino sobre el texto, mi respiración se ralentiza mientras mi mente se sumerge en las palabras. Seraphina. Su nombre aparece, claro y simple, pero hay más. Algo que no había notado antes. Unas líneas antes de su mención, hay símbolos que parecen hablar de poderes ocultos, de habilidades que las sirenas poseían y que las conectaban de manera directa con el destino de La Atlántida. Mi corazón se acelera al leer detenidamente estas palabras.
En mi primera lectura, no le di demasiada importancia a esa parte del texto. Parecía una adición mítica, adornos que los escribas antiguos habrían incluido para dar dramatismo a la historia. Pero ahora... después de haber visto a una sirena con mis propios ojos, sé que estos adornos pueden contener más verdad de la que me atreví a creer. Mi mente se agita, intentando unir los puntos.
Los símbolos son complejos, enrevesados, como si hubieran sido escritos para ocultar algo, más que para revelar una verdad directa. Sin embargo, una parte de mi subconsciente parece empezar a captar el significado detrás de las palabras. El códice no es solo un relato de la caída de Atlántida, es un testimonio de la conexión entre las sirenas y la catástrofe que arrasó con esa civilización. Y Seraphina parece estar en el centro de todo.
—¿Qué estás ocultando? —murmuro para mí misma, sintiendo el peso de la incertidumbre.
Sigo descifrando cada línea, cada símbolo. Los poderes de las sirenas no eran simples habilidades mágicas como las leyendas románticas las describían. No era solo la capacidad de nadar en lo profundo o atraer a los hombres con su canto. Había algo más profundo, algo que, según el códice, jugó un papel clave en la desaparición de la Atlántida. Eran guardianas de algo, y al mismo tiempo, su existencia parecía ligada al destino de la ciudad.
Una frase que había pasado por alto antes ahora me golpea con una claridad inquietante:
"Las sirenas, en su conexión con el mar, controlaban no sólo las corrientes, sino el equilibrio de las fuerzas que mantenían la armonía entre la tierra y el agua."
Mi corazón late con fuerza al leer esas palabras. Las sirenas no eran solo criaturas de leyenda. Eran guardianas de algo más grande, de un poder elemental que iba más allá de la comprensión humana. El códice menciona a Seraphina como una de las sirenas más poderosas, un ser encargado de mantener ese equilibrio. Y cuando ese equilibrio se rompió, el mundo de los humanos y el de las sirenas colapsaron, y con ellos, la Atlántida fue arrasada.
Sigo leyendo, mis dedos pasan de una página a otra con creciente ansiedad. Las palabras comienzan a tomar un sentido más oscuro:
"Cuando los atlantes, cegados por su ambición, intentaron controlar el poder de las profundidades, las sirenas, lideradas por Seraphina, lucharon por mantener el orden. Pero incluso ellas, guardianas de los secretos del mar, no pudieron detener lo inevitable."

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SIRENAS: El legado perdido de La Atlántida. | [COMPLETA]
FantasíaBajo las aguas del Mediterráneo, la arqueóloga Elena Irazusta está a punto de hacer el descubrimiento de su vida: un antiguo códice que podría contener las claves para desenterrar la Atlántida, la civilización perdida que ha obsesionado a generacion...