La luna brilla intensamente sobre el océano, su reflejo es recortado y distorsionado por el movimiento constante de las olas. Estoy sola en la costa, las piernas enterradas en la arena húmeda, con los brazos rodeando mis rodillas, mientras el mar parece respirar a mi alrededor, en un ritmo eterno que me recuerda la vastedad de todo lo que está en juego. Cada latido de mi corazón se siente como un eco dentro de mi pecho, resonando con la misma pregunta, la misma súplica:
¿Vale la pena todo esto si la pierdo a ella?
Desde que empecé en el mundo de la arqueología, desde que me obsesioné con la idea de encontrar la Atlántida, siempre pensé que la verdad era lo más importante. Que traer a la luz el pasado oculto era mi deber, mi destino. Pero ahora, frente a las aguas oscuras, siento una claridad que nunca antes había experimentado. Las olas parecen susurrar a mi alrededor, como si estuvieran tratando de hablarme, y sé que tengo que tomar una decisión.
—¿Vale la pena? —murmuro, mi voz apenas audible por encima del murmullo de las olas—. ¿Todo este conocimiento, todo este sacrificio... ¿Vale la pena si pierdo a la persona que amo?
El viento sopla suavemente, acariciando mi piel como una mano fría y etérea. Siento el aroma del agua salada, y por un momento, cierro los ojos y trato de recordar cómo se sentía estar entre sus brazos, cómo sus labios sabían a sal y a algo más... algo antiguo y misterioso que me hacía sentir como si fuera la única persona en su mundo.
La única persona... y sin embargo, ahora estoy completamente sola.
—Por favor —susurro al viento, al agua, a la luna. A lo que sea que me escuche—. No puedo... no puedo seguir si ella no está aquí. —Siento cómo mi voz se rompe, cómo las lágrimas caen silenciosamente por mis mejillas, mezclándose con la sal del mar—. Si hay algo que puedas hacer... cualquier cosa... devuélvemela.
Las olas continúan moviéndose, ajenas a mi desesperación. Pero entonces siento algo... un cambio en la atmósfera, una presencia suave y tranquila que me rodea como un manto invisible. Es como si el océano mismo me estuviera mirando, escuchándome con una paciencia infinita.
—Por favor —repito, ahora más firme, aunque llena de dolor—. No me importa si nunca puedo demostrar lo que encontré, si nunca puedo decirle al mundo lo que he visto. —Las palabras salen como una confesión, arrancadas de lo más profundo de mi alma—. Rompí el códice, destruí cada pista, cada indicio. Nada importa ya. —Mis manos se hunden en la arena, los dedos crispados—. Porque si ella no está aquí... no tiene sentido. No puedo perderla.
El viento me golpea con más fuerza, y siento que mi cuerpo tiembla, pero mi voz no vacila.
—¿Es esto lo que querías? —le grito al mar, con una furia que no sabía que estaba oculta en mi interior—. ¡¿Es esto lo que querías desde el principio?! —Las lágrimas ahora corren libremente por mi rostro—. ¡Tomaste todo de ella! La condenaste a siglos de soledad, la convertiste en algo que no pertenece ni a tu mundo ni al mío, y ahora... —Mis sollozos son incontrolables, pero me obligo a seguir—, y ahora te la llevas de nuevo. —La ira en mi voz es casi insoportable—. ¡Devuélvemela!
Las olas responden. Un rugido, suave pero inconfundible, como un susurro cargado de viejos secretos y promesas olvidadas. La arena vibra bajo mis pies, y siento un escalofrío recorrer mi espalda.
—No te la devolveré, pequeña humana —parece decirme el mar, su voz resonando como un eco en lo más profundo de mi mente. —Ella es mía. Ha sido mía durante siglos. —Hace una pausa, y siento una presión invisible a mi alrededor—. Y tú... tú nunca deberías haberla conocido.
—Lo sé —susurro, con un dolor punzante en mi pecho—. Sé que no merezco su amor. Sé que ella no debería estar atrapada aquí por mi culpa. Pero... —mi voz se quiebra de nuevo—, pero no puedo vivir sin ella.

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SIRENAS: El legado perdido de La Atlántida. | [COMPLETA]
FantasyBajo las aguas del Mediterráneo, la arqueóloga Elena Irazusta está a punto de hacer el descubrimiento de su vida: un antiguo códice que podría contener las claves para desenterrar la Atlántida, la civilización perdida que ha obsesionado a generacion...