✵.｡.✰☪Moon's Heir: The dark side in pain.☪⋆ ✯. [Min YoonGi]

☆*.:｡29｡:.*☆

Ya no hay marcha atrás, aunque le duela el alma y muy probablemente lo último que recordará sea ese llamado de su nombre lleno de frustración. Una vez más, asegurándose de que YoonGi está bien encerrado ahí dentro, y tras apoyar ambas palmas de sus manos en la puerta, y su frente también, a modo de despedida, Ahry se aleja. Necesita correr, correr lo más lejos de ahí que pueda y atraer a los enemigos hacia ella. Incluso si es prácticamente un suicidio, tiene que hacerlo. Sin embargo no pudo irse muy lejos, tardó demasiado en convencer a YoonGi y el plan de fingir proteger otra puerta para engañar a esos malditos está simplemente descartado. Así que por ahora, y hasta donde sus fuerzas le alcancen, lo que le queda es pelear con la mayor cantidad de hombres que pueda.

A medida que pasa el tiempo, YoonGi sigue intentando salir de la habitación. Los sonidos de girtos, de espadas y de golpes filtrándose por las paredes de madera lo están volviendo loco, es una tortura saber que ella está ahí, que lo necesita y que la puede perder en cualquier momento. Pero esa jodida puerta no se abre, maldita arquitectura, maldito carpintero de la corte, maldito rey Kang y maldito el mundo. YoonGi está forzado a permanecer ahí, solo, y perdiendo la razón al imaginar lo que está sucediendo ahí fuera.

Pasa cerca de una hora, lo hace rápidamente para Ahry, quien ha acabado con una gran cantidad de enemigos, pero ni de broma son la mayoría; y pasa lentamente para YoonGi, quien está tal cual un tigre enjaulado. El cansancio pasa factura, es algo esperado, aunque Ahry quisiera que fuera de otra forma. Necesita seguir peleando, necesita matarlos a todos sin fallar, necesita hacerlo...pero no lo está logrando.

De alguna forma, la pelea la lleva de vuelta a la puerta de YoonGi. Los enemigos se dan cuenta de que es allí rápidamente, y comienzan a arremeter con más fuerza. Ahry trata de resistir, pero está perdiendo energía y concentración ya que de ninguna manera puede permitir que estos hombres tengan acceso al rey. Y en consecuencia de todo ello la castaña es herida.

—¡¡¡Aaaagh!!! —El dolor de una espada llegando a su muslo la hace gritar.

YoonGi escuchó aquello, e inmediatamente vuelve a gritar. —¡¡¡Ahry!!! —La llama con la fuerza que ella está necesitando. Es inútil patear la puerta. Y se vuelve mucho peor el miedo que crece dentro de su pecho cuando la vuelve a oír quejarse del dolor. —¡¡¿Ahry, estás herida?!!¡¡Abre, maldita sea!!

La soldado está, de hecho, muy herida. —¡¡Estoy...bien!! —Ni un niño se creería aquello, y no está siendo suficiente que mate a más enemigos, parecen brotar de la nada sin renunciar, y YoonGi golpea la puerta más fuerte. —¡¡¡Quédate...dentro!!! —Gritar de nuevo le valió otra herida, ya no en su muslo o en su brazo izquierdo, está vez es en su abdomen.

La espada de un hombre clavada en el estómago de la castaña la hace retorcerse de dolor, literalmente el hombre la empuja hasta estamparla contra la pared mientras sigue aferrada a su espada, blandiéndola de un lado a otro casi en estado delirante. La sangre brota sin detenerse y se está comenzando a sentir más cansada de lo normal.

Por ese alarido YoonGi explota en rabia. Estaba decidido a romper esa puerta en miles de trocitos si volvía a escuchar el sufrimiento de Ahry, y es justo lo que acababa de pasar. La desesperación y el enojo toman posesión de su cuerpo, golpea aquel pedazo de madera con todos los objetos del interior de la habitación, con sus manos y su cuerpo. Su respiración se va descontrolando hasta que escucha un leve crujido. Entonces intenta algo diferente: se va hasta el extremo de la habitación y corre con todas sus fuerzas para patear la puerta; repite aquello por tantas veces que le parezca, hasta que finalmente logra derrumbar parte de la puerta, gritando, o mas bien, gruñendo por todo el estrés y el cólera.

—¡¡Ahry!! —Sale a toda prisa, cortando hábilmente un par de enemigos hasta llegar a ella, recostada a la pared, pero bastaría el toque de una pluma para derribarla. —Ahry, por favor, no mueras... —Pide con tristeza en su voz temblorosa.