✵.｡.✰☪Moon's Heir: The dark side in pain.☪⋆ ✯. [Min YoonGi]

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Pasados los acontecimientos tan...peculiares de la celebración del cumpleaños del Rey Min todo volvía a la normalidad, en realidad, siempre estuvo en la cotidianidad ese tipo de crueldades por parte de la realeza, mucho más desde que YoonGi asumió el lugar de su padre tras largas discusiones que finalizaron con un "rito" hace 4 años atrás donde absolutamente nadie sabe lo que vivió el aquel entonces príncipe, que al regresar lucía la extravagante melena rubia que mantine en la actualidad, cubierto de sangre y, como mínimo esa escalofriante cicatriz sobre su rostro. Se desconoce a qué o quienes enfrentó por más de un año, ni dónde estuvo; pero fue tan impactante su regreso de las sombras que aún con esa cicatriz que va literalmente en contra de las normas de la realeza, su padre no tuvo más remedio que darle lo que por derecho había ganado.
El día siguiente de la fiesta, Ahry despertaba por costumbre, muy temprano. Era como si su cuerpo tuviese algún tipo de mecanismo automático que decidía jugarle la mala pasada de cuando las contadas veces que Min YoonGi la dejaba descansar por más tiempo, era cuando más temprano despertaba sin razón alguna. El cielo era una mezcla de naranja y rosa, y el Sol comenzaba a levantarse por el este mientras la joven se estiraba en su cama improvisada. Podía oír entre dormida los pasos de alguien y luego el golpe en la puerta.

—Soldado Lee, hora del entrenamiento —La voz del hombre se filtraba por las hendiduras de la madera.

—Enseguida, General

Era sagrado para ella, su padre, y el resto de las tropas de los Min el entrenamiento matutino, aunque a veces habían días que quisiera agarrar las doradas mechas de su "jefe" y tirarlo de su cómoda cama por no tener contemplación con la lluvia, el frío, el calor, o agotamiento. Si raro era ver al rey reír, mucho más raro era que los soldados fueran autorizados a saltarse el entrenamiento mañanero. Por eso era muy común verla a ella en su hanbok rojo cuando solo iba a usar el arco, pero mucho más cotidiano era aquel traje de cuero negro marrón, con un estilo un tanto diferente al resto, un estilo más como ella, no tan oriental. Siendo sinceros, ropa de batalla era lo que más abundaba entre sus pertenencias, y con toda la razón.
Después del entrenamiento iba al interior del palacio, es decir, a la morada de la familia real. Esperó como siempre, 10 segundos frente a la gran puerta de madera preciosa y barnizada que daba paso a los aposentos del rey, y antes de llegar al segundo número 11 él aparecía.

—Mi Rey —Hace una pausada reverencia, permaneciendo con la cabeza gacha hasta que él indicaste lo contrario.

—Vamos, Ahry, levántate. Tenemos trabajo que hacer. —YoonGi no es alguien a quien le importen mucho las formalidades y no se ve tan mal, solo cansado. Está listo para salir a prepararse para el viaje lo antes posible. —Andando

—Sí, vamos, señor.

Ella lo sigue hasta el exterior del palacio y pronto emprenden su viaje. El palacio de la familia Jung está un poco lejos de las tierras dominadas por los Mine, se trata de casi un día completo de viaje. Gracias a que solo iban los dos, la travesía era mucho más sencilla que de haber ido con más personal, por lo que fue una acertada y necesaria decisión ir ambos. En cuestiones de política, no había nadie mejor que Ahry para manejar con discreción cualquier situación en pos de proteger al rey. Además, siempre sería mejor pasar tantas horas en compañía de un amigo, alguien que supiera lidiar con las asperezas del rey, a correr el riesgo de perder a algún soldado que agotase la paciencia de Min.

Después de un día de duro viaje, ambos llegaron finalmente a su destino: el palacio de Jung. Aunque con el mismo "diseño" y materiales: madera de la más alta calidad, sobre grandes extensiones de tierra, la configuración del palacio era mucho más clara e iluminada que lo que era de donde provenía ese par. Antes de entrar al palacio, YoonGi hace que Ahry se detenga.