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El General Lee se adentra en el dormitorio del rey sin intenciones de preguntar por su permiso. Quería ver a su hija más que nada en el mundo, verla una vez más, aunque sabe que se le romperá el corazón por lo indefensa que ha quedado. Lo primero que captan sus ojos es la figura de Ahry, de ojos cerrados, cabello revuelto sobre las almohadas, y labios ligeramente abiertos, como si estuviera dormida, pero sabe que ese sueño es mucho más profundo de lo que debería. YoonGi está ahí también, luce triste, como si hubiese acabado de recibir el impacto de un huracán por su cuenta; apenas se mueve para darle al familiar algo de espacio. Nada se oye ahí dentro por unos minutos, bastaba con mirar a Ahry para que quien la conociera se sintiera desanimado.

—Eres muy fuerte, hija mía. —Susurra mientras se arrodilla al lado de ella, para sostenerle una de sus inmóviles manos. —Te daré un castigo de alguna manera cuando abras esos grandes y hermosos ojos tuyos, mi niña... —Se inclina para besar cálidamente la frente de la castaña, y luego deja reposar su mano cómodamente en su pecho.

Mientras el General se toma su tiempo para darle ánimos a su hija, para cuidarla y tratarla como muy pocas veces lo ha hecho, YoonGi observa toda la escena, devastado por ser el causante de este triste acontecimiento. Se sienta en una esquina de la habitación, y mira todo hasta que sus ojos humedecidos lo permiten. Se muerde los labios y las uñas tratando de no llorar.

Un sorbo ahogado del General le avisa que se está acercando. —Los médicos dijeron que necesita descansar. No quiero cansarla.  —Comenta seriamente, limpiándose las mejillas con el dorso de la mano. —Está viva así que...no te mataré por ahora, Rey Min. —Vuelve a dar un último vistazo a su hija. —Cuídala, por favor, señor. Volveré en unas horas.

—Tómese su tiempo, General. —Le responde con voz baja. —Le doy mi palabra que no volveré a permitir que nada malo vuelva a pasarle.

—De ser así... —Él asiente. —Me iré y volveré mañana.

—La cuidaré, no se preocupe.

YoonGi comprende los motivos del comportamiento del General antes e incluso ahora, y no es como que lo odiará por haber sido casual o amenazar su vida. Sabe que todo se debe al calor del momento, y que al menos, ahora le estaba confiando el cuidado de Ahry nuevamente. Esta vez lo hará de la mejor forma posible. Cuando finalmente el señor Lee se retira, por fin quedan Ahry y YoonGi solos en su habitación.

Finalmente YoonGi puede romperse sin ningún reparo. Ahry está allí, pero es como si no lo estuviese. Ya no necesita fingir que es fuerte, o que no está aterrado con la idea de que no sobreviva esta noche. Ya no puede disimular sus lágrimas que se acumulan más y más al verla en tan crítica condición. Llora en silencio, tratando de no precipitarse en lamentar algo que todavía no ha pasado. Solamente tiene energía para sentarse en la silla junto a la cama, y mirarla, mirar cada detalle de su inexpresivo rostro, cada pequeña cortadura en sus delicadas mejillas, los labios ligeramente agrietados. El sube y baja del pecho de la joven es apenas perceptible, demostrando que su vida prende un hilo.

—Ahry...

Agacha la cabeza, y sigue llorando, mucho más que antes por todos los sentimientos desbordados dentro de sí mismo. Es increíble, es inaceptable. Todo su cuerpo tiembla producto a sus sollozos que amenazan con hacer eco en la totalidad de la habitación. Lo único que desea es verla mejorar, verla levantarse de esa cama, verla sonreírle, verla vivir. Ya ni siquiera le importa que será la mujer de alguien más y que para él solo quedará verla de lejos, está dispuesto a aceptar cualquier cosa con tal de curarle sus heridas. Porque Ahry más que nadie debe ser fuerte y feliz. No puede dejarlo solo, y él lo sabe, no puede...pero lo está haciendo, y eso...le destroza el alma.

Después de un tiempo volviéndose loco con sus pensamientos, se seca las lágrimas e intenta calmarse. Llorar nunca ha resuelto nada. —Estoy aquí...me quedo contigo, Ahry... —Le dice un poco más tranquilo. Lentamente acerca una de sus pálidas y grandes manos al rostro de la muchacha, y le sonríe dulcemente. Ella amaría ver esa sonrisa. —Así que...tienes que luchar. Tienes que aferrarte a tu vida... —Con su mano libre toma una de las de ella.

✵.。.✰☪Moon's Heir: The dark side in pain.☪⋆ ✯. [Min YoonGi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora