Capítulo 16: Cansada de medias despedidas

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Unos minutos después me deja en la puerta de mi bloque de pisos. Mateo me coge de la mano y me mira durante unos segundos, que me parecen minutos; el tiempo se para. Siento el calor de su mano, que aún sostiene la mía con firmeza, y el leve roce de su aliento cuando, por fin, sus labios rozan los míos en un gesto suave, casi tímido.

El mundo desaparece a nuestro alrededor, todo ruido se desvanece

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El mundo desaparece a nuestro alrededor, todo ruido se desvanece. Solo estamos nosotros, bajo las luces tenues de la calle. Debería parar, lo más sensato sería apartarme y darle una bofetada, pero el caso es que ni puedo ni quiero. No recordaba lo bien que encajaban nuestros labios, es un beso que grita lo mucho que nos hemos echado de menos. Noto como una lágrima cae por su mejilla, así que decido apartarme.

—Oye... —quiero decir algo más, pero no me salen las palabras

—Mel, dime que no has notado como se te removía todo —posa su frente en la mía —dime que no se te ha acelerado el corazón y te has sentido más viva que nunca.

Mis pensamientos son un caos, pero la verdad se asoma en mi corazón: todo lo que dice es cierto. Y ahora soy yo la que empieza a llorar.

—Es que... —tropiezo con las palabras, mi respiración es entrecortada—. Es que esto no puede ser.

Mateo cierra los ojos un momento, como si intentara contener un torrente de sentimientos.

—¿Por qué no puede ser? —me dice mientras me seca las lágrimas con un gesto que consigue estremecerme— No volveré a hacerte daño jamás, te lo juro. —Su voz es firme, pero hay una vulnerabilidad palpable en él—. No puedo dejarte ir de nuevo, Mel.

—Tengo que irme, esto es demasiado para mí

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—Tengo que irme, esto es demasiado para mí.

Él asiente, comprensivo, su mirada fija en mis ojos, como si estuviera intentando leer cada una de mis dudas. Su sinceridad durante nuestra conversación me hace cuestionar todo lo que he construido en mi mente para protegerme.

Salgo del coche y entro corriendo a mi edificio, antes de que pueda seguirme, o antes de que se me acabe de ir la olla completamente.

Los pedazos que (me) dejaste [✅]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora