Terapia de Pareja

XXI

Un agudo pitido chillaba en sus oídos, su corazón latía peligrosamente rápido y su profusa respiración hacía eco en el interior de esa habitación. La imagen en la pantalla hacía minutos que había cambiado, la rueda de prensa con la directiva de Ferrari había terminado hacía un rato y en las noticias deportivas ahora hablaban de la rotunda respuesta de los jugadores de la selección española hacia el inaceptable comportamiento de Luis Rubiales hacia la jugadora española Jenni Hermoso. Conocía esos rostros, reconocía el jersey rojo de la selección de su país, pero no lograba escuchar nada ni enterarse de qué era lo que decían y es que aún se encontraba en shock. Su cerebro aún no terminaba de procesar el hecho de que en poco menos de temporada y media sería sustituido en la escudería nada más y nada menos que por Lewis Hamilton.

Su teléfono no había parado de sonar, entre alertas de mensajes y llamadas, seguramente de su padre, sus compañeros, amigos y esperaba que al menos Vasseur tuviese la decencia de estale buscando para darle una explicación. Tardó bastante en recuperar el control sobre sí mismo, en tratar de mitigar el torbellino de emociones que lo habían invadido, en poder activar su cuerpo y levantarse para ir a apagar aquella pantalla y atender de una buena vez su móvil. Efectivamente, como lo había supuesto, tenía llamadas perdidas de su padre, Vasseur, Lando, Checo, Fernando y…Charles…Charles, quien la noche anterior le había dicho de su renovación con Ferrari. De solo recordarlo el estómago le ardió y una furia incontenible estalló de él ¿Acaso Charles ya lo sabía? ¿Acaso ese pequeño bribón le había ocultado su despido de la escudería mientras le distraía con miradas coquetas y sonrisas mustias? Enojado como se encontraba, ignoró sus llamadas y mensajes, así como las de sus compañeros, solo atendió a su padre para tratar de tranquilizarlo, aunque él mismo no se encontraba en mejores condiciones, luego, atendió al director de Ferrari.

-Fred…¿Pero qué carajo está ocurriendo?- fue directo y sin amabilidad, él necesitaba respuestas.

-Carlos, lamento muchísimo que te enteraras de esta manera…- comenzó el francés, en su voz podía escuchársele realmente afligido y apenado ante la situación –Te aseguro que yo quería hablarlo contigo antes de…

-Antes de dejarme ridículo a nivel mundial- lo interrumpió -¿Pero qué mierda? ¡Que no podíais decírmelo antes! Al menos enterarme primero de mi despido antes de gritarlo al mundo ¿Por qué enterarme de esta manera? ¡¿POR QUÉ?!-

-No ha sido decisión mía, Carlos, te lo aseguro. Comprendo perfectamente cómo te sientes y te aseguro que estuve en total desacuerdo en hacerlo de esta manera, pero John quiso apresurarlo todo. Para nadie es secreto que el contrato de Hamilton con Mercedes finaliza con la temporada 2024 y no solo Ferrari mostró interés en él, hubo otras escuderías. John logró llegar a un acuerdo con él y al parecer no quería perder el tiempo en anunciarlo.-

Carlos se mantuvo callado durante algunos segundos que parecían hacerse demasiado largos, quizás procesando lo que estaba escuchando o quizás tratando de calmar sus emociones para que su voz no se quebrara al hablar. Después de un prolongado silencio, finalmente habló –Yo…entiendo, comprendo cómo son las cosas en este deporte. Sé que las negociaciones y la rotación de pilotos siempre suelen ser agresivas y frías, pero, en verdad…¿No encontraron cinco minutos para al menos decirme que seré reemplazado?...¿Cómo voy a salir y dar la cara al público? ¿Cómo se lo voy a explicar a mi padre?...

-Carlos…lo siento muchísimo…

-Sé que no puedo compararme con Hamilton, que yo no tengo un campeonato mundial y mucho menos siete, pero creo que el trabajo que he hecho para la escudería ha sido respetable. Sé que al menos me merezco ser tratado con cortesía por parte de ustedes, la directiva…me siento traicionado, Fred, lo tengo que decir…- para este punto, el nudo de su garganta era demasiado tenso y las lágrimas ya eran imposibles de contener.