Tic, tac...tic, tac...
El monótono sonido del reloj de péndulo que Neil tenía en su consultorio parecía hacerse cada vez más fuerte conforme avanzaban los segundos. Era mitad de la tarde y la ambarina luz del sol se filtraba a través de las blancas cortinas de gasa. El silencio resultaba solo un poco incómodo, Max se encontraba sentado en uno de los sillones, mirando a cualquier lado menos hacia el terapeuta que esperaba paciente a que comenzara a hablar. A diferencia de su compañero, el neerlandés parecía más inquieto e inseguro que en la primera sesión. Sus ojos esquivaban a toda costa los de Neil y su pierna rebotaba sobre el piso con rapidez, haciendo chocar su talón una y otra vez evidenciando lo ansioso que se encontraba.
Después de algunos minutos, al ver que la calma no llegaba a Max, Neil habló, rompiendo el silencio con su voz cálida y conciliadora –Y bien, Max ¿Cómo te encuentras hoy? ¿Cómo te has sentido después de nuestra primera sesión?
El rubio solo subió y bajó los hombros, como si quisiera mostrarse indiferente, aunque el resto de su cuerpo delataba su nerviosismo. La imagen que Neil veía, la de este Max consumido por la ansiedad, le parecía altamente contrastante con la cara de póker que había mostrado durante la primera sesión ¿Quién era este chico? ¿Qué era lo que en verdad sentía Max Verstappen? Aguardó durante algunos momentos, paciente a que el rubio verbalizara y no solo hiciera gestos que aparentaran desinterés, y, después de muchos segundos, finalmente recibió una respuesta –No lo sé...- comenzó a decir –Podría decir que me encuentro bien, pero la verdad es que no sé cómo sentirme después de lo que hablamos en la primera sesión...- sin ganas de mirar a Neil, Max posó sus ojos en sus manos que jugaban inquietas sobre su regazo
-Supongo que fueron muchas las emociones de ese día- dijo Neil, tratando de indagar el estado de su paciente -¿Cómo te sentiste al salir de aquí?
Max lo pensó durante algunos momentos, olvidándose al fin del insistente movimiento de su pierna –Me sentí enojado, mucho...pero también me sentí triste...impotente- finalmente elevaba la mirada para buscar la de Neil –Sergio me odia, me quedó claro...- de pronto sus hombros caían y sus normalmente fieros ojos, delataban por primera vez un atisbo de vulnerabilidad –Yo no quería que las cosas llegaran a este punto- confesó
-¿No querías lastimar a Sergio?
-¡Por supuesto que no! Nunca ha sido esa mi intensión- se apresuró a responder –Fueron solo las circunstancias y...y yo simplemente no pensé en lo que esto podría desencadenar
-Eso quiere decir que ¿Te arrepientes de haberlo hecho?
-Si...bueno, no...no del todo...no...arg...¡Es tan complicado!- dijo exasperado –Me arrepiento de haber hecho sentir mal a Sergio, de hacerle creer que no me importa, que no pienso en su dolor...pero es que en verdad, no podía dejarlo pasar...- terminó de hablar casi a susurros, intrigando a sobremanera a su interlocutor
-¿Por qué no Max? ¿Cuáles fueron esos motivos por los que te negaste a seguir las indicaciones de tu equipo?- interrogó con un inmenso interés
Max lo contempló y luego, tratando de huir de la analítica mirada de Neil, se puso de pie, caminando primero hacia un lado y luego hacia el otro, haciendo un esfuerzo por ordenar sus ideas y por elegir bien sus palabras -...un campeón no se hace nunca a un lado- sentenció –para llegar a la cima, para ser el primero, debes ir siempre adelante, siempre luchando...- en ese instante detuvo sus pasos, dándole la espalda a Neil, cerrando los ojos solo por breves instantes –un campeón no cede...un campeón compite hasta el final-
-¿Y qué hace un compañero?- cuestionó Neil, consiguiendo que Max se girara abruptamente, mirándolo con clara confusión en el rostro
-¿A qué te refieres?- cuestionó con el ceño fruncido, sabiendo muy bien hacia dónde e dirigía esa pregunta

ESTÁS LEYENDO
Terapia de Pareja
Romance|Después de lo sucedido durante la carrera en São Paulo durante la temporada 2022, la relación laboral entre Max Verstappen y Sergio Pérez se ve seriamente afectada, tanto así, que las constantes riñas y recriminaciones, comienzan a afectar al equip...