XIV

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Mónaco, 24 de mayo de 2023

Después de la suspensión del Gran Premio de Emilia Romagna, los pilotos viajaron a su siguiente destino: Mónaco. Ésta es quizás una de las competencias más difíciles dentro de todo el calendario de la F1; un circuito callejero en el que los espacios para rebasar son escasos y donde las curvas tan cerradas en medio del diseño urbano de la misma ciudad, ocasionan siempre accidentes y choques entre los pilotos, sin embargo, esa misma complejidad hace de esta carrera el sueño a cumplir de todo competidor.

Para los toros de Red Bull era una meta importante, después de una maravillosa racha de cuatro victorias al hilo con ambos competidores en podio en tres de ellas, las expectativas por conseguir también este trofeo, eran muy altas. El piloto mexicano ya había probado las mieles de la victoria en este lugar el torneo anterior, este año, esperaba repetir ese sueño, o bien, que el joven neerlandés, lo lograra por segunda ocasión.

Checo y Max habían viajado juntos desde Italia a Mónaco, bueno, en compañía de todo el equipo de Red Bull, claro, pero de igual manera, no se separaron desde el fin de semana que habían pasado en aquel chalet en Emilia Romagna. Claro que trataban de ser discretos y comportarse de la manera más normal posible, pero ciertamente les estaba costando demasiado trabajo, con frecuencia se olvidaban de dónde o con quiénes estaban ya que, como si no pudiesen resistirlo, tomaban cualquier pretexto para abrazarse, acariciarse el rostro, los brazos, dejando escapar sonrisas tontas o miradas cargadas de complicidad y ternura. Para la mayoría había resultado extraño, después del drama vivido desde el GP de Sao Paulo, para Horner era motivo de tranquilidad al pensar que las sesiones de terapia estaban dando resultados y, fuera del garage de Red Bull, para el piloto monegasco, Charles Leclerc, se habían convertido en un objeto de profundo estudio.

Desde las primeras ruedas de prensa y actividades previas al Gran Premio, Chales no había perdido oportunidad para analizar el comportamiento de sus rivales. Max y Checo eran los favoritos a ganar esta carrera, Charles era el piloto local, así que, en la mayoría de las entrevistas les tocó compartir micrófonos. En todas y cada una, los preciosos ojos verdes del monegasco observaron con atención la interacción entre el mexicano y el neerlandés. No perdió detalle de las bromas, los jugueteos, las sonrisas y los intensos sonrojos. En algún punto Max se percató de la manera tan insistente con que Charles los observaba, en más de una ocasión lo sorprendió mirándoles con sospecha para en seguida desviar la mirada al sentirse descubierto.

Esto puso de nervios al bicampeón del mundo, no entendía el porqué de tanto interés por parte del piloto de Ferrari y, en una de esas ocasiones en las que sintió su intensa mirada sobre su persona, no dudó en enfrentarlo –¿Y a ti qué te pasa?- le dijo de golpe, frunciendo el ceño y con la actitud tan combativa que a veces solía tener.

Charles abrió enormemente sus ojos, sorprendido ante el repentino enfrentamiento de Max -¿A mi? Na...nada...- respondió tartamudeando, aunque al instante se repuso, al recordar la razón por la que les observaba de esa manera -¿A ustedes qué les pasa?- le devolvió la pregunta, achicando la mirada y apretando las labios en una pequeña sonrisa burlona.

Eso descolocó al neerlandés, no entendía porque Charles le cuestionaba de esa manera -¿De qué hablas?- le preguntó, aunque no obtuvo respuesta porque en ese instante uno de los periodistas les interrumpía con otra pregunta, regresándolos a la entrevista.

-Max, tú y Checo han venido haciendo un magnifico inicio de temporada, compartiendo podio en tres de las cuatro carreras ¿Crees que podrán repetir la hazaña este fin de semana?-

Max dejó de lado la pequeña conversación con Charles y se enfocó en responder a la pregunta que se le hizo –Por supuesto, tengo plena confianza en el coche y en el grandioso trabajo que Checo ha venido haciendo. No me queda ninguna duda de que así será- respondió con total seguridad, ganando una sonrisa y un giño de ojo por parte de Checo que se encontraba un poco alejado de los otros dos.

Terapia de ParejaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora