peleas, en plural.

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HABÍAN pasado días, incluso semanas, y Miguel y Drizella ya estaban en casa

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HABÍAN pasado días, incluso semanas, y Miguel y Drizella ya estaban en casa.

Drizella iba aún con el yeso pero ya no necesitaba el tubo de respirar, y lo del golpe estaba solucionado.

El problema era Miguel. Y la silla de ruedas.

Drizella y Johnny se dirigieron a la puerta de Miguel.

—Venga, Correcaminos.—dijo Johnny mientras caminaban.—A ejercitar esas piernas tullidas como si no...—dijo Johnny y entró sin tocar para ver a Miguel en una camilla con el fisioterapeuta.—...hubiera un mañana.—dijo más tenso.—Perdón. Quedamos a las diez. Creía que estarías solo.

—A mi madre le ofrecen fisioterapia gratis en el trabajo y Brayden solo podía a esta hora.—explicó Miguel y Johnny miró a Carmen.

—Mahalo.—le dijo el hombre a Drizella y a Johnny. Quienes lo miraron un poco raro.

—Acabo enseguida, por si queréis esperar.—dijo Miguel.

—Oye, si notas algún dolor, hermano, dímelo.—le dijo Brayden mientras le movía la pierna.

—No. No notó nada.—negó Miguel mirando el techo.

—Tú tranquilo.—dijo el hombre relajado.—Pensamiento positivo, ¿recuerdas? Lo haces muy bien.

—¿Dejadse levantar las piernas?—le preguntó Johnny.

—Johnny, Brayden es experto en lo suyo.—le dijo Carmen.—Sabe lo que hace.

—Respira despacio y profundamente.—le dijo Brayden.—Exhala profundamente.—le dijo y ambos lo hicieron.—Inhala alegría y amor.

—Menuda gilipollez.—intervino Johnny.

—Johnny, ¿quieres venir un momento?—le preguntó Carmen y ambos se fueron.

Robby recibió una visita, esperaba a Drizella, cada día, pero estaba Kreese

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Robby recibió una visita, esperaba a Drizella, cada día, pero estaba Kreese.

—Quiero hablarte de tu padre.—empezó Kreese y Robby estaba de brazos cruzados recostado en la silla.—Siempre fue un broncas, pero me di cuenta de que era un crack en su primer campeonato All Valley.—explicó Kreese con tranquilidad.—Llegó a cuartos de final, pero le tocó con un tal Vidal.—dijo y alzó el dedo índice.—Cinturón negro de tercera generación, muy bueno.—aclaró y bajo el dedo.—Muy hábil. Mucho mejor que Johnny, por entonces.—explicó.—Tú viejo perdió.—dijo y se inclinó un poco hacia Robby.—Pero no se lo puso fácil. Y le vi en los ojos que no iba a dejar que eso se repitiera.

YOUTIFUL - Robby Keene.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora