Drizella Barker es una chica que vive en Reseda, sus padres y sus hermanos se fueron a vivir a las colinas, ya que los padres han montado una buena empresa y ahora se les considera ricos, no quieren seguir en Reseda, por lo que le manda a su hija c...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
JOHNNY y Miguel la ayudaron a levantarla y la llevaron a casa de Miguel.
Carmen, tomó un poco de ropa para Drizella del armario de la chica, y la ayudó a cambiarse para luego tumbarla en la cama de Miguel y la tapó con una manta.
—Voy a por hielo.—le dijo Carmen acariciando su cabello pero cuando se quiso ir Drizella la tomó de la muñeca.
—No...no...no quiero...es...estar sola...—dijo Drizella con la voz temblorosa.
Carmen apretó los labios y miró a la chica.
—Johnny.—lo llamó y este apareció rápidamente en la puerta.—Drizella no quiere estar sola, ¿puedes traer el hielo?
—Claro.—asintió Johnny y llegó con una bolsa de hielo.
Carmen se fue, dejándolos solos.
—Esto puede que te duela un poco.—dijo Johnny y le puso con cuidado el hielo cerca del ojo, la chica solo frunció el ceño un poco pero no más de ahí.
Miguel se apoyó en el marco de la puerta con dos móviles en mano.
—Sensei.—lo llamó y el rubio volteó.—Katie ha llamado cinco veces a Drizella y ahora me está llamando a mi.—dijo Miguel un poco tenso.
—No contestes.—negó Drizella y se sentó en la cama apoyando su espalda en la pared, pero Johnny le puso la almohada.
Miguel miró a su sensei.
—Haremos lo que diga Barker.—contestó Johnny.
—Bien.—dijo Miguel.—Dejare que hablen a solas.
—No.—negó Drizella.—Quédate.
Miguel entró a paso lento y se sentó en la silla de su escritorio. Johnny estaba sentado en la cama frente a Drizella.
—El señor LaRusso, le ha contado a mi padre todo lo que ha pasado.—empezó a decir Drizella.—Destapando todas mis mentiras que les he contado a mis padres.—comentó mientras tomaba el hielo y dejaba de ponérselo en el ojo morado.
Miguel no diría nada de lo que pasó en casa de los LaRusso, ya que el sensei Lawrence no sabía nada de lo de la Medalla.
—¿Por qué me llama Katie?—le preguntó Miguel.
—Porque siempre que me asustaba, siempre que pasaba algo así.—contestó Drizella.—La llamaba a ella, porque sabía que llegaría una vez mi padre terminase de desahogarse.
—No es la primera vez que pasa, ¿verdad?—le preguntó Johnny y Drizella negó.
Carmen apareció en la puerta y a su lado estaba Katie.
Johnny miró a Miguel para salir de la habitación.
—¿Qué haces aquí?—le preguntó Drizella tapándose el ojo morado con el hielo.
