Drizella Barker es una chica que vive en Reseda, sus padres y sus hermanos se fueron a vivir a las colinas, ya que los padres han montado una buena empresa y ahora se les considera ricos, no quieren seguir en Reseda, por lo que le manda a su hija c...
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DANIEL estaba de rodillas en la plataforma de entrenamiento, con el gi y su cinta en la cabeza, esperando a Johnny.
Los alumnos estaban ahí con cámaras.
Johnny se acercó sin el gi.
—Ya está aquí. ¡Está aquí!—excalmó Chris acercándose con la cámara y el trípode.—¿Quiere decirle algo a la cámara, sensei?—preguntó mientras Johnny le hacía caso omiso.—¿Quiere hacer unas declaraciones? ¿Quiere decir algo antes de empezar?
Daniel se puso de pie y Johnny subió a la plataforma de entrenamiento.
—¿Qué hacen todos aquí?—preguntó Johnny a Daniel quedando frente a frente.
—Es lo que pasa cuando publicas tu vida en las redes sociales.—le contestó Daniel.
—Oye, puede que haya otra solución.—dijo Johnny.
—La hay. Y no lo quieres reconocer.—asintió Daniel.
Johnny soltó una risa nasal.—¿Nunca piensas que tal vez te equivocas en alguna cosa?—le preguntó el rubio.
Daniel suspiró.—¿Qué hacemos aquí?—le preguntó Daniel.—¿Quieres replantearte tu absurdo argumento de anoche delante de estos chicos?
—No. Quiero lo mejor para ellos.—negó Johnny.
—Lo mejor para ellos es Miyagi-Do.—le aclaró Daniel.—Y, si luchar es la única forma de conseguirlo, acabemos cuanto antes.
—Muy bien, LaRusso. Pues acabemos.—dijo Johnny y fue a ponerse el gi.
Drizella llamaba a Halcón, no había aparecido.
—Demetri.—lo llamó Drizella.—¿Y Halcón?
—No lo sé.—negó Demetri.—Me dijo que se estaría cambiando el color de la cresta del tatuaje de la espalda.—explicó.—Pero no sabía que tardaban tanto en poner un poco de color morado.
En eso salió Johnny con el gi negro, de manga larga.
Miguel y Sam llevarían el tema de los puntos.
Ambos se pusieron en la plataforma con las banderas, una roja y otra blanca.
—De frente, saludo.—dijo Miguel firmemente y Johnny saludó a Miguel y Daniel a Sam.
—De frente.—dijo Sam y los senseis se pusieron frente al otro.—Saludo.—dijo Sam y los senseis saludaron sin dejar de mirarse a los ojos.
Ambos se pusieron en la guardia que fomentaba su estilo de karate.
Se sentía como en el 94.
Johnny saltando con los puños cerrados. Y Daniel sin saltar con las manos abiertas.
—¡Listos!—anunció Miguel.
—¡Hajime!—anunció Sam y ella y Miguel alzaron las banderas y retrocedieron para llegar a las esquinas.
