Drizella Barker es una chica que vive en Reseda, sus padres y sus hermanos se fueron a vivir a las colinas, ya que los padres han montado una buena empresa y ahora se les considera ricos, no quieren seguir en Reseda, por lo que le manda a su hija c...
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HABÍAN estado entrenando todos los días, y ya era oficial, Miguel ya no necesitaba la silla, ni las muletas, y Drizella no necesitaba el yeso, y lo tiraron todo a la basura
Estaban en casa de Johnny, ambos chicos de pie y Johnny sentado en el ordenador. Ali no había contestado.
—¿Qué tal "Johnny Lawrence Karate"?—preguntó Miguel.
Quería abrir un dojo, el siempre sería sensei.
—¿O "Karate Impacto"?—propuso Drizella.
Ambos se sentaron al costado de su sensei.
—Vamos, sensei, el nombre del nuevo dojo.—trató de animarlo Miguel.
—¿Cuánto tarda FaceBook en enviar los mensajes?—les preguntó Johnny sin apartar la vista del ordenador y los miró al acabar la pregunta.—Ali vive en Colorado. Tardará un poco, ¿no?
—Es instantáneo.—contestó Drizella y Johnny suspiró para cerrar el ordenador.
—¿Y "Karate lo mejor de América"?—propuso Miguel.
—No me convence.—negó Johnny.—Tiene que tener algo para que la gente vea que es el dojo más alucinante del valle.—dijo Johnny.
—Ya. "Cobra Kai" es muy alucinante.—opinió Drizella.
—¿Y si lo mantenemos, pero escribimos "cobra" con 'k'?—preguntó Johnny.—Seríamos la triple K.
—¿Cómo el Ku Klux Klan?—preguntó Miguel.
—Ya. Es mala idea.—dijo Johnny.—Ya se nos ocurrirá algo. Primero, los alumnos.
—Hoy volvemos al instituto. Podemos captar gente.—dijo Miguel y Drizella asintió, los tres se levantaron.
—¿Dónde entrenamos?—preguntó Drizella.
—De eso ya me ocupo yo.—contestó Johnny.
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Drizella llegó en su skate y cuando entró con Miguel les habían hecho un cartel en el instituto.
