Solarballs//one-shots

Amor mal visto

AU: SS 2 AU
Ship: Sol x Luna, Tierra x Marte
Palabras:
Perspectiva: narrador omnisciente

Esta es una segunda versión del SS AU, donde directamente solo cambio "pequeños" detalles 😉

Tierra estaba tranquilamente en su órbita, tarareando una canción y esperando a que su luna llegara de la "cita" que tuvo con su novio.

¿Quién era el novio de Luna?

Fácil, el Sol.

La relación de esos dos era complicada, no se sabía mucho de esta misma y todos la desaprobaban de alguna manera.

Tierra por un lado era demasiado protector e insistía que esa estrella solo jugaría con los sentimientos de Lunita.
Mientras que algunos otros planetas lo veían como una pérdida de tiempo.

¿Un satélite con una estrella?
Aún más importante ¿una simple luna con la estrella del sistema solar?

Mercurio desaprobaba la relación, Venus le hacía mala cara a Luna y Marte simplemente era indiferente.

Es como si todos odiaran el pequeño sentimiento que había surgido entre esos dos.

¿Pero como no odiarlo?
¡Si una luna está demostrando ser mejor que ellos!

Una luna es más cercana que el propio Mercurio a la fuente de luz del sistema ¿cómo es eso posible? Las lunas son tontas e insignificantes después de todo...

Tierra estaba tan hundido en sus pensamientos que no notó cuando su luna llegó.

–Tierra...ya llegué–

Dijo el pequeño algo apenado, se veía claramente sonrojado y con una sonrisa tonta.
Tierra alzó la ceja y volteó a mirar al Sol, notando como este cubría su rostro y movía sus pies como niño pequeño.

Algo había pasado entre esos dos.

–creí que fui claro cuando te prohibí andar con ese–

Hablo el planeta con irritación, su luna suspiró y rodó los ojos.

–muestra más respeto ante nuestra estrella–

Pidió el pequeño, cruzado de brazos y calmando su sonrojo.

–no me cambies el tema–

Regaño el planeta, atrayendo con su gravedad a su luna.
Los planetas tenían control sobre los objetos que los orbitaban, siendo que los pueden atraer o alejar a su antojo.

Luna supo que estaría castigado por un largo tiempo, pues no podía moverse con la facilidad de siempre.

–El Sol no es un mal chico...él es un chico amable y caballeroso–

Añadió Luna, insistiendo en cambiar la opinión de su planeta.

–Luna, el problema no es quien sea él, el problema es quien eres tú...eres una luna, no una estrella–

Y seguía el mismo problema, Luna estaba harto de esto.
No hay satélites bonitos en el sistema solar ¿qué querían que hiciera? La mejor opción era el Sol.

–¡Pero tú sales con Marte y nadie te dice nada!–

Gritó el pequeño, harto de la situación, Tierra rodó los ojos.

–ambos somos planetas–

Respondió Tierra, cruzándose de brazos y dándole la espalda a Luna.

El satélite iba a gritar algo, pero se detuvo al ver que su planeta no lo escucharía.
Con resignación se rindió y solo pudo apreciar desde lejos a la estrella que lo había cautivado.

Por otro lado, Sol, miraba fijamente a Luna, queriendo ir a su lado y tenerlo siempre cerca, pero eso no era posible, Tierra no lo permitía.

–¡Tierra!–

O quizás si era posible, es el Sol, la máxima autoridad.

–quítale el castigo a Luna y dile que venga a visitarme–

Dijo con una voz tranquila, el planeta miró con rabia a su estrella, era una orden y lo sabía.

–tienes dieciséis minutos y cuarenta segundos exactos–

Añadió Tierra en un susurro, Luna se quedó estático y fue lo más rápido que pudo.

Era el tiempo exacto que se demoraba en ir y volver.

¿Pero de qué se preocupaba?

A fin de cuentas, el Sol siempre lo libraba de su castigo.