Finalmente había llegado el día de la gran competencia. Todo lo que había entrenado durante meses, mis sacrificios, las horas interminables de trabajo, y las veces que casi pensé en rendirme, todo estaba a punto de ser puesto a prueba. Los nervios estaban a flor de piel, pero trataba de mantener la calma. Lo había hecho miles de veces en mis entrenamientos, ¿por qué debería ser diferente ahora?La arena estaba llena de vida, el bullicio de miles de gimnastas preparándose, todas con su propio propósito y metas. Entre ellas, se encontraban algunas de mis amigas más cercanas, como Simone Biles, Jade Carey y Suni Lee. Aunque competíamos en el mismo ámbito, sabíamos que éramos más que rivales: éramos un equipo, una familia. Habíamos entrenado juntas, compartido victorias y derrotas, y ahora estábamos aquí, listas para enfrentarlo todo.
Mi familia estaba en el público. Kendall, Kourtney, mamá, papá, todos allí, con sonrisas de apoyo y miradas de orgullo. Y al lado de ellos, Timothée, mi novio. Esta era la primera vez que venía a verme competir en vivo, y aunque siempre me había sentido fuerte en la competencia, su presencia añadía una capa extra de emoción y nerviosismo. Pero estaba lista. Lo sabía.
El sonido de los aplausos y los murmullos del público llenaban el aire, haciendo que la tensión fuera palpable. Recuerdo los consejos de mi entrenador resonando en mi mente:
—"Mantén la calma, confía en ti misma, confía en lo que has entrenado"
Pero con miles de ojos observando, las mariposas en mi estómago parecían más presentes que nunca.—¿Estás lista, Kate? —me preguntó mi entrenador, una sonrisa de confianza en su rostro. —Lo has entrenado una y otra vez. Este es tu momento.
—Lo estoy —respondí, intentando que mi voz sonara firme, aunque mi corazón latía a mil por hora.
Justo en ese momento, Jade se acercó a mí con su típica sonrisa traviesa.
—Oye, ¿vi que vino tu novio a verte? —dijo, mientras me miraba con una chispa en los ojos.
—Sí, está aquí —respondí, tratando de mantener la compostura. —Es su primera vez viendo una competencia en vivo.
—¡Qué emoción! Eso definitivamente añade un toque extra de presión, ¿no? —bromeó Suni, quien escuchó la conversación mientras ajustaba su equipo.
Me reí, aunque en el fondo sabía que no lo decía del todo en broma. Tener a Timothée allí, junto con mi familia, me hacía sentir que esta competencia tenía un significado mucho más grande. No solo quería hacerlo bien por mí, sino también por ellos. Todo lo que había logrado hasta ese momento había sido gracias a su apoyo incondicional.
—Lo importante es disfrutarlo —dijo Simone, con esa calma que siempre la caracterizaba. —Hemos trabajado muy duro, así que a disfrutar cada minuto.
Todas asentimos, y aunque los nervios seguían ahí, las palabras de Simone nos dieron esa sensación de unidad. A pesar de todo, estábamos juntas en esto.
El sonido del altavoz resonó, y la espera fue interminable. Las primeras pruebas serían en equipo, y aunque siempre me había sentido respaldada por mis compañeras, sabía que cada uno de mis movimientos también influiría en el rendimiento general. Este era un esfuerzo colectivo. Todo lo que habíamos entrenado hasta ahora dependía de esta prueba.
Nos reunimos en un pequeño círculo. Simone, como siempre, nos ofreció unas palabras de aliento, su calma y liderazgo ayudándonos a centrarnos. Jade, con su energía inagotable, no dejaba de moverse, estirando sus brazos y saltando de un lado a otro, lista para lo que venía. Suni, tranquila y enfocada, respiraba profundamente a mi lado. Me sentí conectada con ellas, más que nunca. Éramos más que amigas. Éramos un equipo sólido, invencible.
—Tenemos esto, chicas —dijo Simone, mirando a cada una de nosotras con una determinación inquebrantable. —Hoy es nuestro día.
Todas asentimos, sintiendo esa fuerza colectiva. En ese momento supe que no estaba sola. No importaba lo que pasara, lo haríamos juntas.
El escenario se sintió inmenso cuando fue nuestro turno. El público estalló en aplausos, y el rugido fue ensordecedor. Pero pronto, esa multitud se desvaneció para mí. Solo existían mis compañeras, el equipo. Miré a cada una de ellas, y nos dimos una última mirada de apoyo antes de que la música comenzara.
La rutina empezó, y mis movimientos fluyeron como si estuviéramos sincronizadas con la música. Cada salto, cada giro, cada aterrizaje se conectaba con el siguiente, y sentí que todo el entrenamiento, todo el esfuerzo, estaba allí, presente en cada gesto. El final de la rutina se acercó, y la última nota resonó en el aire. El estadio explotó en aplausos. No había sido perfecto, pero había dado todo lo que tenía.
Bajé del escenario, y mi mirada se dirigió a las gradas. Allí estaban ellos: mi familia, Timothée, todos sonriendo y aplaudiendo. Ver sus rostros llenos de orgullo me llenó de alegría.
—¡Lo hiciste increíble! —Jade me dio un fuerte abrazo, y Simone y Suni se unieron rápidamente.
—Eso fue solo el comienzo —dije con una sonrisa llena de determinación. Aún quedaba mucho por hacer. Las pruebas individuales estaban por comenzar, y sabía que no podía relajarme. Todo aún estaba por decidirse.
Cada vez me sentía más cansada,
pero no podía evitar mirar las gradas, ver a Timothée aplaudiendo y vitoreando con entusiasmo. Y fue en ese momento en que comprendí que había encontrado mi razón para sonreír, mi verdadera felicidad.
—¿Lista para lo que sigue?— me pregunto el entrenador
—Más que eso
Las pruebas individuales estaban por comenzar, y el ambiente en el estadio era eléctrico.
—Recuerda, tranquila tú sabes toda la rutina y es casi perfecta, concéntrate y disfruta
—Lo haré
—Y cuida tus aterrizajes, no quiero que te lastimes ese pie de dos millones de dólares
—Trataré— le conteste riendo
El equipo de gimnasia femenino de Estados Unidos había hecho un trabajo impresionante en la prueba en equipo, pero ahora era mi turno de brillar en la competencia individual. Mi cuerpo estaba agotado, pero mi mente seguía enfocada.El podio estaba cerca, la meta era clara. Cada ejercicio debía ser perfecto. No podría permitirme cometer errores.
—A continuación, la gimnasta de los Estados Unidos, Kate Jenner—dijo el presentador —Ganadora de los últimos juegos Olímpicos, ya la vimos en la prueba con su equipo y lo hizo de maravilla. Veamos cómo lo hace ahora.Las rondas de las pruebas individuales fueron intensas. Cada salto, cada giro, cada aterrizaje era un desafío. Mientras competía, mi mente no podía dejar de visualizar las caras de las personas que más amaba.
Y finalmente, cuando el jurado anunció los resultados, mi corazón se detuvo por un segundo. La voz del presentador resonó en todo el estadio.—Y en primer lugar, el equipo de Estados Unidos...
El sonido de los gritos y los aplausos se unió en una marea de euforia. El equipo había ganado la medalla de oro en la prueba en equipo, pero lo que vino después fue aún más sorprendente: había ganado también en la competencia individual.
Mis amigas me rodearon en un abrazo grupal. Simone, Jade y Suni celebraban a mi lado. El agotamiento ya no importaba. Habíamos logrado algo grande.
La emoción me embargó mientras miraba nuevamente hacia las gradas. Mi familia y Timothée estaban allí, vitoreando, con sonrisas de orgullo que me hicieron sentir que todo el esfuerzo había valido la pena.
Era el día que había soñado. Y lo había logrado.
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La última Jenner
Teen FictionJamás me había detenido a pensar lo maravillosa que ha sido mi vida, todo lo que he logrado, los lugares que he conocido, a las personas que he conocido, todo esto es gratificante Esta es mi historia