¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
No, no era normal. El chakra de ese niño no era como el de nadie más, y lo supe desde el momento en que lo vi entrar a la arena. Había algo en él que no podía ser ignorado, algo que incluso hizo que el ambiente se sintiera más pesado, como si todos estuviéramos siendo observados por algo más oscuro que un simple genin.
Pero tú... tú lo notaste antes que nadie. No fue solo en el combate con Rock Lee; fue en cada paso que daba, en la manera en que su mirada parecía buscar algo que no podía encontrar. Fue en el instante en que sus manos se alzaron para ejecutar ese ataque final. Lo vi en tus ojos: sabías que si no intervenías, algo terrible iba a pasar.
Guy estaba junto a ti, su postura rígida y sus manos apretadas en puños mientras observaba cómo la vida de su alumno pendía de un hilo. Y luego, cuando te adelantaste, cuando bloqueaste ese ataque con tu propia fuerza, fue como si algo en él se rompiera.
—Gracias, Jin. —Sus palabras estaban cargadas de emoción mientras te agradecía entre lágrimas, sosteniendo a Rock Lee en sus brazos—. No sé qué habría hecho si...
No terminó la frase. No podía. Lo único que hizo fue inclinar la cabeza hacia ti, en una muestra de gratitud que parecía tan fuera de lugar para alguien como él, siempre tan confiado y fuerte.
Te mantuviste en silencio, pero pude ver el leve temblor en tus manos mientras intentabas mantener la compostura. Más tarde, cuando todos comenzaron a dispersarse, me acerqué a ti. Estabas de pie junto a una de las columnas de la sala, mirando hacia el vacío, como si intentaras procesar todo lo que había pasado.
—¿Estás bien? —pregunté, deteniéndome a un par de pasos de distancia.
No me miraste al principio. Tu atención seguía fija en un punto invisible, pero finalmente hablaste.
—¿Cómo se supone que alguien esté bien después de esto? —Tu voz era baja, cargada de una mezcla de cansancio y algo más que no podía identificar.
—Hiciste lo correcto, Jin. Salvaste a Lee.
—¿Y eso qué cambia? —Te giraste hacia mí entonces, y en tus ojos vi algo que no había visto antes. No era miedo exactamente, pero había una vulnerabilidad que no esperaba.
No respondí. No porque no tuviera algo que decir, sino porque sabía que no estabas buscando palabras en ese momento. Solo esperaste en silencio, como si intentaras encontrar una forma de expresar lo que realmente sentías.
—Ese niño... Gaara. Hay algo en él que no puedo entender. Su chakra es... como un abismo, un lugar al que no quiero volver. Pero al mismo tiempo... —Te detuviste, sacudiendo la cabeza con frustración—. Al mismo tiempo, siento que lo entiendo.
—¿Entenderlo?
—Es como si todo en él gritara por ayuda, pero no sabe cómo pedirla. Y me pregunto... —Tu voz se quebró ligeramente—. Me pregunto si alguien alguna vez vio lo mismo en mí.
No supe qué decir. Solo me quedé allí, observándote mientras intentabas mantener el control. Pero en ese momento, supe que ya no eras la misma persona que había conocido años atrás. Habías cambiado, no solo por las batallas que habías librado, sino por todo lo que habías perdido en el camino.
Finalmente, di un paso más cerca, dejando que el silencio hablara por mí. No intenté tocarte ni consolarte, pero nuestra proximidad fue suficiente para que bajaras la guardia, aunque solo fuera un poco.
—Jin... no estás sola en esto. Lo sabes, ¿verdad?
No respondiste de inmediato, pero algo en tu postura se relajó. Y aunque no dijiste nada, sentí que mis palabras habían llegado a algún lugar dentro de ti, un lugar que no dejabas que nadie más viera.
—Me pasa lo mismo con tu alumno Sasuke. A veces siento que los niños han librado batallas difíciles por culpa de los problemas de los adultos. —Me miraste a los ojos y por un segundo creí haber visto a los ojos a Minato sensei.
—Es mejor que descanses, tienes un mes entero antes de la final.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.