ᴇʀᴀ ᴀʟɢᴏ ᴍÁꜱ ᴅᴇ ɴᴏꜱᴏᴛʀᴏꜱ
No recuerdo el motivo de porque esa tarde estabas en mi casa, ese día era la primera prueba de los exámenes chunin y estabas estresada por la avalancha de informes que le tenías que enviar al hokage.
Te miraba de reojo de vez en cuando, estabas cansada eso lo podía notar a leguas. Tu cabello color sol no se encontraba trenzado, te lo habías soltado en el segundo que llegaste, caía como cascada por tu espalda. Supuse que lo habías dejado crecer mientras estabas lejos, pronto sería tan largo que tocaría tus rodillas. Recuerdo que cuando pensé en eso a mi cabeza vino la imagen de Kushina, su cabello era igual o más largo que el tuyo.
—El hokage no tiene otro ninja al cual ponerle hacer esto. —Te quejaste mientras estirabas tus brazos —En que piensas Kakashi, le has puesto atención a cualquier otra cosa que al libro que estás leyendo.
Cerré el libro entre mis manos y lo dejé sobre la mesa, pero no respondí de inmediato. Mi mirada se desvió hacia ti otra vez, observándote mientras te inclinabas sobre los papeles que parecían devorarte. Tus hombros estaban tensos, tus ojos ligeramente cansados. Era raro verte así, vulnerable de una forma tan humana.
—Estaba pensando en cómo el Hokage parece disfrutar atormentándote —respondí al final, intentando aligerar el ambiente con una broma.
Soltaste una risa suave, pero tu expresión rápidamente volvió a endurecerse mientras tomabas otro informe de la pila. —Atormentarme es quedarse corto. Esto es una forma de castigo por no haber estado en la aldea todos estos años.
Mi pecho se tensó al escuchar eso. Aunque intentaste sonar casual, había una nota de amargura en tu voz que no pasé por alto. Sabía que, en el fondo, sentías que tu ausencia te había alejado de algo importante, que de alguna manera debías "compensar" el tiempo perdido. Pero no era algo que fueras a admitir fácilmente.
—No creo que sea un castigo, Jin —dije en voz baja, apoyando los codos sobre mis rodillas mientras te miraba con seriedad—. Has hecho más por esta aldea de lo que muchos ninjas han logrado en toda su vida. Esto no es algo que debas cargar como una deuda.
—Quizá tengas razón —susurraste, pero no parecía que realmente lo creyeras. Seguiste escribiendo, aunque tus movimientos parecían más lentos, como si la conversación estuviera desgastándote más que los informes.
El silencio llenó la habitación por unos momentos, roto solo por el sonido de la pluma sobre el papel. Quise decir algo más, algo que pudiera aliviar el peso que llevabas, pero no encontraba las palabras correctas. En cambio, me levanté y caminé hacia la cocina, dejando que el ruido de mis pasos hablara por mí.
Cuando regresé, llevé una taza de té en mis manos. La dejé a tu lado, sin decir nada, y vi cómo te detuviste por un instante. Levantaste la mirada hacia mí, y por primera vez en toda la tarde, vi algo que no era agotamiento en tus ojos.
—Gracias, Kakashi —dijiste, tomando la taza con ambas manos. Tu voz era tan suave que casi no la escuché, pero en ese momento supe que habías entendido lo que quería decirte sin palabras.
Me senté de nuevo, esta vez sin tomar el libro. Dejé que el silencio volviera, aunque esta vez no se sintió incómodo. Te observé de nuevo, sin evitarlo, notando cómo la luz del atardecer entraba por la ventana y se reflejaba en tu cabello suelto, dándole un tono dorado que parecía casi irreal.
No pude evitar pensar en todo lo que habías pasado. Los años que estuviste lejos, las batallas que enfrentaste sola. Y ahora, aquí estabas, de vuelta en la aldea, pero parecía que aún no habías encontrado del todo tu lugar. Quería decirte que no estabas sola, que siempre habías sido parte de algo más grande, aunque no lo hubieras sentido así.
—¿Recuerdas el día que Minato sensei se convirtió en hokage?—pregunté, rompiendo el silencio.
Te detuviste, sorprendida por la pregunta. Luego sonreíste, una sonrisa pequeña pero sincera.
—Sí, claro que lo recuerdo. Ese día no solo me caí de un árbol si no que también me pegaron con un cucharón a mi y a mi hermano —Soltaste una pequeña risa, pero había un rastro de nostalgia en ella.
—Sabes que recuerdo yo, las horas que pasé buscándote—dije, y esta vez fuiste tú quien me miró fijamente.
El silencio volvió, pero algo había cambiado en el aire. Sentí que estábamos más cerca de algo que no podía describir, algo que siempre había estado entre nosotros pero que nunca habíamos dicho en voz alta.
—TontoKashi—dijiste de pronto, tu voz cargada de una tristeza tranquila—. Ese día te puse ese apodo. Las cosas han cambiado tanto, volver me hizo darme cuenta de eso...
Quise responder, pero en lugar de hablar, simplemente apoyé mi mano sobre la tuya, un gesto pequeño, pero cargado de todo lo que no podía expresar con palabras.
Te quedaste quieta, y por un instante pensé que te apartarías. Pero luego relajaste los hombros y dejaste que mi mano permaneciera allí.
—No importa dónde hayas estado, Jin. Siempre habrá un lugar para ti aquí... y conmigo.
—Te extrañe mucho Kakashi.
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My Electric Love; Kakashi Hatake
Fanfiction"É𝐥 𝐞𝐫𝐚 𝐥𝐚 𝐬𝐨𝐦𝐛𝐫𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐩𝐫𝐨𝐭𝐞𝐠í𝐚 𝐬𝐮 𝐥𝐮𝐳, 𝐲 𝐞𝐥𝐥𝐚, 𝐞𝐥 𝐝𝐞𝐬𝐭𝐞𝐥𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐢𝐥𝐮𝐦𝐢𝐧𝐚𝐛𝐚 𝐬𝐮 𝐨𝐬𝐜𝐮𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝." |INICIO: 5/05/2024| |Terminó:???| © │ Los personajes le pertenecen a Masashi Kishimoto, a excepc...