María
El aroma a café recién hecho y cuero fino impregna el aire de la oficina de Mauricio. Me acomodo en la silla de piel, sintiendo la tensión acumularse en mis hombros. Rafael, a mi lado, mantiene su mano firmemente entrelazada con la mía, su pulgar trazando círculos reconfortantes en mi piel.
Mauricio nos mira por encima de sus gafas de lectura, su expresión seria pero compasiva. Hay algo en su postura que me pone en alerta, como si estuviera a punto de darnos noticias que no nos van a gustar.
—Bueno —comienza, juntando las manos sobre su escritorio de caoba—, el abogado de Pablo ya se puso en contacto conmigo. Y debo decirles, las cosas no están en los mejores términos.
Siento cómo Rafael se tensa a mi lado, su agarre en mi mano volviéndose más fuerte.
—¿A qué te refieres exactamente? —pregunta Rafael, su voz teñida de preocupación y un dejo de ira.
Mauricio suelta un suspiro, quitándose las gafas y frotándose el puente de la nariz.
—Pablo está alegando que María fue quien lo buscaba e insistía en tener una relación con él.
Siento como si me hubieran dado un puñetazo en el estómago. Las palabras de Mauricio resuenan en mis oídos, casi irreales.
—¿Qué? —logro articular, mi voz apenas un susurro—. Eso es ridículo.
Rafael se levanta de golpe, su rostro contorsionado por la ira.
—¡Eso es una puta mentira! —exclama, comenzando a pasearse por la oficina como un león enjaulado.
Mauricio levanta una mano, intentando calmar la situación.
—Lo sé, lo sé. Pero necesitaba que estuvieran al tanto de su estrategia —continúa, su tono profesional pero con un deje de empatía—. Pablo admite que es él quien aparece en el video, pero alega que fue por persuasión tuya, María.
Siento que me falta el aire. ¿Cómo puede Pablo ser tan cínico? ¿Tan manipulador? Las lágrimas amenazan con brotar, pero las contengo. No le daré esa satisfacción, aunque no esté presente.
—Hijo de puta... —comienzo, mi voz temblando ligeramente—. Eso es completamente falso. Yo nunca... Era él el que me insistía... tengo pruebas y testigos
Rafael vuelve a mi lado, tomando mi mano entre las suyas.
—También tendrá que aclarar quien es la estúpida que se hizo pasar por mi —veo a Mauricio con determinación —... me queda claro que si aceptó ser él, quiere decir que va a tratar de demostrar que soy yo la mujer, para cubrirla a ella.
Mauricio asiente, su expresión seria.
—Exactamente... de hecho, de eso quería también hablarles — se toma su tiempo para organizar sus palabras —los tatuajes de la chica son muy característicos, el de detrás de su oreja en particular. —me mira directamente — ¿tus amigos tecnológicos crees que puedan averiguar algo en redes sociales?
Recuerdo a mis amigos, todos coincidieron en que podrían averiguar más de ella pero dándoles más tiempo. Estoy segura que algo pueden hacer. Son unos chingones.
—Hoy mismo hablo con ellos. Algo podrán hacer —Rafael me mira intrigado. Nos los conoce a ellos y sobre todo, no conoce porque de mi relación tan estrecha con ellos.
Mauricio continua serio, hasta preocupado y eso es lo que me pone alerta. Regularmente su expresión en confiada, sin embargo, hoy no lo noto así.
—Necesitamos prepararnos a fondo. En unos días recibiremos la notificación de la audiencia correspondiente, y tenemos que estar listos para desmontar cada una de sus mentiras.
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Más Allá del Juego ... Las reglas cambian
RomanceMás allá del juego - Las reglas cambian María pensó que había encontrado su final feliz con Rafael, pero el destino tiene otros planes. En esta apasionante secuela de Más allá del juego, nuestros protagonistas se enfrentan a nuevos desafíos que pond...