9.

176 14 1
                                    

Damián Vitale.

Esto se ha salido de control. Voy para el edificio y más te vale llevar tu culo, Damián —antes de poder decirle algo me cuelga.

— ¿Qué mierdas ha pasado? —Murmuro y Leone deja de contar el dinero para mirarme.

—Desde el momento uno en que Marco te vio con ella todo se hizo aún más desastroso —niega con la cabeza— desde la primera vez que te acercaste a ella te lo dije.

—Sí, sí, me lo dijiste, tío —me pongo de pie— voy a ver que quiere Marquito, a lo mejor y la pobre de Marena está muy enferma. Oye, yo cubriría todos los gastos; no quiero que muera. Me gusta.

Sonríe y devuelve su mirada al dinero.

—A lo mejor y es otra cosa.

— ¿Cómo qué?

—Mejor ve y descúbrelo tú mismo, niño.

—Es lo que hare.

.

.

La chica mimada y adolescente vecina del pent-house debajo del mío me da una sonrisa coqueta. Es la hija del matrimonio fallido de un abogado y una escritora; al menos es lo que me conto hace dos semanas que se atrevió a hablarme.

Le doy un guiño e introduzco el código para llegar a mi casa. Mierda, si no tuviera esto bien podría coquetear un rato con la chica esta simplemente por diversión, pero me encuentro también preocupado por la salud de Marena.

Entro a mi casa y tras dudar por medio segundo me dirijo a la sala justo donde se encuentra sentada, casi retraída en si misma Marena. Marquito no se ve por ningún lado así que me acerco a ella.

— ¿Estas bien, bellezza? —Inquiero y estoy a nada de tocarla cuando el pesado de mi hermano carraspea.

—Dudo que te den ganas de tocarla después de lo que te voy a decir, considerando que fue de esa manera por la cual terminaron metidos en todo este desastre.

Confundido miro a Marco.

— ¿Qué tiene? ¿Es una enfermedad? —Abro mis ojos mientras comienzo a sentirme estresado— mierda, ¿Una enfermedad venérea?

Todo menos eso... si ella tiene eso yo estoy jodido.

Marco comienza a reírse. No es su risa de verdad, es una risa seca, fría y fingida.

—Está embarazada.

Miro a Marena que ha cubierto su rostro con sus manos. Embarazada... mierda, primero la esposa de Matteo, Stella y ahora Marena. El próximo año estará habitado de putos niños.

—Mierda Marena, ¿Qué vas a hacer?

—Considerando que es tuyo, ¿Qué van a hacer los dos? —Se mete Marco y me empuja lejos de Marena— te lo he dicho a ti antes, pero mi otra opción era solamente llamar a Matteo y que él se encargara de ustedes dos. Sabes lo que va a pasar.

Lo empujo.

—Mierda, no. No me voy a casar con ella. Sé que tienes rabia porque no acepte casarme con aquella chica, pero por venganza no puedes hacerme esto —paso una mano por mi cabello y pateo la puta maseta que mi madre me regalo— ¡Puta mierda! Tienes que ayudarme a hacer algo... no sé, ¿Y si ese bebe ni siquiera es mío? Ella estuvo saliendo con el imbécil de Reduzzi...

— ¿Cómo te atreves a decir esa mierda, Damián? —soy empujado desde mi espalda. Rápido me volteo justo cuando Marena se deja venir contra mí— ¡Sabes que solo me he acostado contigo en toda mi vida! ¡Es tuyo!

DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora