Marena Vitale
Es una niña.
Me siento abrumada por la noticia, pero feliz de que ella este viva. Esta aquí... no me la quitaron. Trato de abrir mis ojos, pero no lo consigo. Siento y escucho todo, pero no consigo abrir mis ojos; probablemente inyectaron algún sedante, pero me siento desesperada.
Quiero ver a mi bebe aunque no sé si se me permita porque si recuerdo bien Damián dijo que ella está en incubadora, pero supongo que me permitirán aunque sea verla de lejos.
Gimo y mi garganta lo reciente antes de sentir mi piel erizarse por el toque de una mano fría.
—No se preocupe en un momento esto pasara. Es por el sedante que se le aplico —dice una voz suave. Trato de mantener la calma mientras espero que este entumecimiento pase.
Pienso en cómo será la bebe, a quien se parecerá de los dos antes de poder comenzar a tener control sobre mi cuerpo. Mis parpados pesan cuando consigo comenzar a abrirlos y la luz me ciega por un breve momento y los vuelvo a cerrar.
— ¿Pue... —se me corta la voz por lo reseco.
—Calma, voy a ayudarla a beber un poco de agua —no le respondo demasiado desorientada y siento un vaso mi labios y muy lentamente comienzo a beber. Se siente muy bien el agua y mi garganta se siente más ligera— ¿Se siente mejor?
Aclaro mi garganta levemente.
—S-sí, gracias —mi voz aun suena ronca, pero al menos ya no duele tanto. Tallo mi rostro y miro a la mujer, pero me percato de que no es un hospital— Y-yo... estoy confundida.
Ella sonríe y me doy cuenta que no tiene puesto uniforme.
—Me imagino, pero en un momento eso se aclarara, señora.
Tomo mi cabeza entre mis manos demasiado lenta como para decir algo. La mujer dice algo más antes de salir, pero no le entiendo, pero a los pocos minutos la puerta se vuelve a abrir.
— ¿Tu? —Espeto y comienzo a respirar con fuerza— ¿Dónde está Damián? ¿Y mi bebe? ¿Qué les hiciste? —Grito lo último.
—Yo no les hice nada —eleva sus manos inocentemente, pero no le creo. Este... hijo de puta...
— ¿Dónde están?
Suspira.
—La última vez que comprobé Damián y su hermano gemelo estaban bien. Magullados, pero bien...
— ¿Magullados? —jadeo.
—No importa —le resta importancia con un encogimiento de hombros— tu hija sigue en la incubadora; ella es una pequeña muy fuerte. Está saliendo adelante a pesar de sus problemas con los pulmones es probable que en pocas semanas la den de alta...
— ¡Quiero estar con ella!
—Es imposible, Marena.
Lo miro impactada. El miedo, la desesperación y sobretodo el dolor me abruman y empiezan a poner mis ojos llorosos; no sé qué hacer.
—Tengo que estar con mi hija —susurro y él aleja su mirada de mí antes de darme la espalda.
—Si te vas te asesinaran.
— ¿De qué hablas? —No dice nada— ¿¡Dime de que hablas!?
—No creo que sea el momento adecuado —murmura y me enfrenta— apenas han pasado ocho días desde que estas aquí, la hinchazón ha desaparecido, pero sigues débil. Llamare a Anika para que te de algún calmante y descanses.

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Demonio
General FictionA nadie le importo. Paso desapercibida, más bien, ignorada por toda la organización italiana por el simple hecho de que la mitad de mi sangre es rusa. La mayoría de chicas de la organización a mi edad ya se encuentran comprometidas o casadas, pero y...