16.

918 58 6
                                    

Entrecierro los ojos observando a Damián que entra a la casa solo dándome un asentamiento antes de largarse a su estudio. Imbécil, ni siquiera hemos vuelto hablar bien desde aquella discusión y tampoco hemos estado durmiendo juntos desde hace dos semanas.

Vuelvo a la vista a la revista de ropa que miro para ayudar a la distancia a Nella con los vestidos de damas de honor, me lo ha pedido porque soy la embarazada y me ha permitido escoger el que yo crea me hará sentir cómoda con mi pequeña barriguita.

— ¿Qué? —Inquiero al ver a Damián salir y sentarse en el sillón que está a un lado de mí— si estás buscando tu ropa está en el cuarto de lavado.

—No es eso —rueda la ojos y pasa su mano por su barbilla. Después de casi un mes decidió afeitarse y se ve mil veces mejor— no hemos podido hablar bien y tengo curiosidad sobre que es el bebe.

Dejo la revista y lo miro.

—No lo sé.

— ¿Por qué?

—He decidido que sea sorpresa —respondo. No es del todo mentira, pero tampoco me daban muchas ganas de saberlo cuando a Damián parece que no le importa demasiado y prefiero vivir la experiencia como un misterio que se resolverá para julio.

Frunce el ceño.

—Pero yo si quiero saber...

—Entonces acompáñame a un control y que sea la doctora quien te lo diga a ti.

—No tengo tiempo, Marena —talla su rostro— si supieras lo jodido que estar a cargo de todo aquí.

—Entonces nos enteraremos hasta julio —sentencio y le sonrió— entiendo que estés ocupado, de verdad. Quizá es un poco extraño para mí porque mi papa jamás lo estuvo tanto... excepto ahora, según Adela.

—Si... a tu papá le está yendo bien, ¿Has hablado con él?

—Mi papá está enojado conmigo Damián... no me habla —empujo hasta el fondo el dolor que me causa esto y tomo de nuevo la revista.

—Tu padre se está comportando como un cabron.

—Cuando nazca el bebe espero me perdone.

—No tiene nada que perdonarte —se pone de pie— él hizo lo mismo con una forastera y lo peor: con una chica rusa. Y de cualquier manera, nuestro matrimonio subió muchísimo a tu papa. Que te agradezca y deje de ser pendejo.

Lo miro enojada.

—A mi papá no lo vas a insultar, ¿Entiendes? Ultima vez que dices algo así de mi padre.

—Te hace sentir mal —señala.

—Es mi padre, él puede hacerme sentir mal si quiere...

Rueda los ojos.

—Nadie tiene derecho a tal cosa.

—Ultima vez que lo insultas, Damián...

—Sí, sí, lo que sea —masculla— la mañana saldré de viaje a Filadelfia por tres días. Te llevara, pero será un viaje meramente de negocios y te sentirás incomoda.

—Está bien —suspiro.

Más tiempo sola aquí. Al paso que voy me pasara lo que Stella me dijo: me volveré en una compradora compulsiva. Aunque he conseguido que la esposa de uno de los capitanes se junte conmigo... quizá se debe a que ella tiene solo dos años más que yo y es recién casada también.

—Trata de salir y no quedarte aquí, ¿Si?

—Sí, Damián, saldré a tomar aire y sol —Le respondo con dureza. Me está haciendo enojar.

DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora