Jackalope - El bosque de las sombras

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El viento soplaba suave pero frío, acariciando las hojas de los árboles con una melodía que parecía salir de las profundidades del bosque. Izuku Midoriya siempre había sido un joven curioso, dispuesto a aventurarse en lugares donde otros no se atrevían a pisar. Sin embargo, este bosque en particular tenía una reputación que incluso él no podía ignorar: el Bosque de las Sombras.

Se decía que una criatura legendaria habitaba entre los árboles antiguos y oscuros. Los aldeanos hablaban de un ser con cuernos de ciervo, el cuerpo de un conejo gigante y habilidades sobrenaturales: el Jackalope. Aquellos que lo capturaran podrían pedir un deseo, cualquier cosa que su corazón deseara, pero encontrarlo era una hazaña reservada para los héroes más valientes... o para los tontos, según algunos.

Izuku era de los primeros. Aunque no tenía un Quirk como la mayoría de las personas, eso no lo detenía. Había escuchado tantas historias sobre el Jackalope que decidió embarcarse en su propia búsqueda. Tenía un propósito, un deseo ardiente en su corazón, y estaba convencido de que esa criatura mítica podría hacerlo realidad.

Mientras caminaba por los senderos serpenteantes, el bosque se hacía más denso. Las ramas parecían entrelazarse sobre su cabeza, formando una especie de cúpula natural que bloqueaba la luz del sol. El aire se volvía pesado, como si algo invisible vigilara cada uno de sus pasos. La sensación de que no estaba solo era innegable.

"Debí haber planeado esto mejor", pensó Izuku mientras avanzaba, sosteniendo un pequeño mapa que había dibujado basándose en relatos vagos y antiguos escritos. Sabía que encontrar al Jackalope no sería fácil, pero no estaba dispuesto a rendirse. Si lograba capturarlo, podría pedir un deseo... y, para él, ese deseo era simple pero imposible sin ayuda mágica: quería poder.

Poder para protegerse. Poder para ser algo más que un simple chico sin habilidades. Sabía que su sueño de ser un héroe era ridiculizado por muchos, pero si conseguía el favor del Jackalope, todo cambiaría.

La niebla comenzaba a levantarse cuando Izuku llegó a un claro pequeño. La quietud en el aire era casi asfixiante, como si el mismo bosque estuviera conteniendo la respiración. Se sentó en una roca, tomando un respiro mientras se ajustaba la mochila. No tenía idea de cuánto tiempo tardaría en encontrar alguna pista de la criatura, pero estaba preparado para pasar la noche si era necesario.

De repente, un ruido rompió el silencio.

Las hojas crujieron a sus espaldas y, al volverse, vio una figura oscura que emergía del borde del claro. La figura era alta y musculosa, vestida con una capa negra que se movía ligeramente con el viento. Izuku sintió que su corazón se aceleraba al reconocer los rasgos del intruso.

Katsuki Bakugou. El cazador más famoso y arrogante de toda la región.

— ¿Qué demonios haces aquí, nerd? —preguntó Katsuki, su voz baja pero llena de desprecio. Sus ojos rojos brillaban con furia contenida, claramente molesto por encontrar a Izuku en su camino.

Izuku se levantó de inmediato, sintiendo una oleada de nerviosismo recorrer su cuerpo. Bakugou no solo era conocido por su temperamento explosivo, sino también por su habilidad para capturar criaturas mágicas. Si alguien iba a encontrar al Jackalope, sería él. Izuku había esperado que su misión permaneciera en secreto, pero ahora que Bakugou estaba aquí, las cosas se complicarían.

— Yo... vine a buscar al Jackalope —admitió Izuku, sabiendo que no podía mentirle a Bakugou. El cazador lo vería a través de sus palabras.

Katsuki bufó, cruzando los brazos sobre su pecho mientras lo observaba de arriba a abajo. Su expresión se endureció, y una sonrisa arrogante apareció en su rostro.

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