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El sol comenzaba a ocultarse en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos naranjas y púrpuras. Era el Día de Muertos, una de las tradiciones más hermosas de México, y el ambiente estaba lleno de alegría, recuerdos y amor. Las calles estaban adornadas de colores, papel picado y ofrendas llenas de flores, comida y fotos de los que ya no estaban.

Te preparabas para la celebración con una mezcla de emoción y nostalgia. Este año, decidiste invitar a Checo Pérez, tu novio y piloto de Fórmula 1, para que viviera esta tradición contigo. Sabías que, aunque había crecido en México, había muchas cosas que quería enseñarle sobre esta festividad.

—¿Estás listo para experimentar el Día de Muertos? —preguntaste, mientras terminabas de colocar los últimos toques en la ofrenda familiar en tu casa.

Checo apareció en la puerta, vestido de manera casual pero con una gran sonrisa. Traía una bolsa con pan de muerto, que había comprado en una panadería local, un regalo simbólico para compartir contigo.

—¡Claro! He estado esperando esto. —Su mirada era de entusiasmo, y sentías que su energía te llenaba de alegría.

—Perfecto. Primero, vamos a hacer un recorrido por las ofrendas del barrio. Quiero que veas cómo celebramos a nuestros seres queridos —dijiste, mientras salían de casa, el aire fresco de la tarde llenando tus pulmones.

A medida que caminaban, Checo se maravillaba de los colores y la decoración. Las familias estaban reunidas, recordando y honrando a aquellos que habían partido. Los aromas de las comidas tradicionales se mezclaban en el aire: tamales, mole y, por supuesto, el dulce pan de muerto.

—Esto es increíble. Nunca había visto algo así —dijo Checo, mirando a su alrededor con admiración.

—Es un momento para celebrar la vida y recordar a quienes amamos —explicaste—. La muerte no es algo triste; es una parte de la vida. Aquí, creemos que nuestros seres queridos regresan para visitarnos.

Pronto llegaron a una de las ofrendas más grandes del barrio, donde las familias compartían historias y risas. La música sonaba, y el ambiente era cálido y acogedor.

—Mira, ahí hay un altar para un músico famoso. —Señalaste a una mesa decorada con fotos y objetos que recordaban a un artista querido.

Checo se acercó, observando detenidamente la ofrenda.

—Es una forma hermosa de honrar su legado. Me gusta la idea de mantener vivos sus recuerdos —dijo, tomando tu mano con suavidad.

Pasaron varias horas recorriendo las calles, disfrutando de la compañía de amigos y familiares, y compartiendo risas. Checo incluso se unió a algunos niños que jugaban a hacer calaveras de papel, riendo mientras trataban de seguir el ritmo de las canciones que sonaban por todas partes.

Al caer la noche, decidieron regresar a tu casa para encender las velas de la ofrenda familiar. Te detuviste un momento en la puerta, sintiendo la emoción de compartir esta tradición con él.

—Ahora que hemos recorrido el barrio, quiero mostrarte cómo hacemos nuestra ofrenda. Es un momento íntimo, y estoy feliz de compartirlo contigo —dijiste, mirándolo a los ojos.

Checo sonrió y asintió, sintiendo la importancia del momento. Juntos, comenzaron a encender las velas y a colocar los objetos en el altar: fotos de tus seres queridos, flores de cempasúchil, y una pequeña porción de comida para que los espíritus pudieran disfrutar.

—Esto es hermoso —comentó Checo, admirando la dedicación que habías puesto en la ofrenda—. Siento que hay una gran conexión con el pasado aquí.

—Así es. Esta es nuestra forma de recordar que siempre estarán con nosotros —respondiste, sintiendo que la emoción te llenaba.

Cuando terminaron, se sentaron juntos en el suelo, mirando la ofrenda iluminada por las velas. La luz era suave y cálida, creando un ambiente mágico.

—¿Te gustaría compartir algún recuerdo de alguien especial para ti? —preguntaste, sintiendo que era el momento perfecto para abrirse.

Checo pensó por un momento, y luego comenzó a hablar.

—Mi abuelo fue muy importante para mí. Siempre me enseñó sobre la vida y el valor del trabajo duro. Lo extraño mucho, especialmente cuando estoy en la pista —confesó, su voz era suave y reflexiva.

—Eso es hermoso. Estoy segura de que él estaría muy orgulloso de ti —le dijiste, apretando su mano con cariño.

La conversación fluyó, y ambos compartieron historias, riendo y recordando momentos significativos. La conexión entre ustedes se profundizaba a medida que hablaban sobre sus seres queridos.

—Gracias por dejarme ser parte de esto —dijo Checo, mirándote con ternura—. Me hace sentir más cerca de ti y de tu cultura.

—Gracias a ti por estar aquí. Significa mucho para mí compartirlo contigo —respondiste, sintiendo que cada palabra era sincera.

Finalmente, decidieron salir al patio y contemplar el cielo estrellado. La noche era clara, y las estrellas brillaban intensamente. Checo se quedó en silencio por un momento, como si estuviera perdido en sus pensamientos.

—Sabes, creo que esto es algo que siempre recordaré. El Día de Muertos es un recordatorio de que nuestros seres queridos siempre están con nosotros, y me encanta que lo estés compartiendo conmigo —dijo, acercándose a ti y envolviéndote en sus brazos.

—Siempre estarán con nosotros, y siempre los recordaremos con amor —susurraste, sintiendo su calor y la seguridad de su abrazo.

En ese instante, ambos entendieron la belleza de la vida, de los recuerdos y del amor. Era un momento lleno de significados, una celebración de la vida y la conexión que compartían.

La noche avanzó, y entre risas, historias y el brillo de las estrellas, supieron que este Día de Muertos sería uno de los más especiales que habían vivido, juntos.

...

Ya falta menos para que se termine la temporada, no quiero que se vayan algunos pilotos. Espero que les haya gustado, no olviden dejar su voto y su comentario, nos vemos mañana :)

-Awadelemon

One Shots - Fórmula 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora