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La carrera en Spa-Francorchamps era conocida por ser una de las más desafiantes del calendario de Fórmula 1. Las curvas rápidas y los cambios climáticos impredecibles habían convertido el circuito en un campo de batalla tanto para pilotos como para equipos. Pero nadie esperaba lo que estaba a punto de suceder.

Tú estabas en el paddock, siguiendo la carrera desde las pantallas del hospitality de Mercedes. Cada vez que el coche de George Russell aparecía en pantalla, tu corazón latía un poco más rápido. Estabas acostumbrada a los riesgos del deporte, pero el clima lluvioso y la tensión en la pista esa tarde hacían que todo se sintiera más peligroso.

De repente, todo cambió.

En la transmisión, los comentaristas levantaron la voz:

—¡Atención! Hay un accidente en Eau Rouge. Parece que el coche de George Russell ha perdido el control.

El mundo pareció detenerse. La imagen mostraba su monoplaza girando a gran velocidad antes de estrellarse contra las barreras. El impacto fue brutal, y el silencio que siguió en el paddock fue ensordecedor.

Tu corazón se aceleró mientras buscabas a alguien, a cualquiera, que pudiera darte información. Toto Wolff salió del garaje con el rostro tenso, hablando por radio con el equipo médico. Sabías que no podías hacer nada más que esperar, pero la ansiedad te estaba consumiendo.

Finalmente, una actualización llegó a través de los altavoces:

—George Russell está consciente. Los equipos médicos lo están atendiendo.

Soltaste un suspiro, aunque tus manos seguían temblando. No era suficiente saber que estaba consciente; necesitabas verlo con tus propios ojos, asegurarte de que estaba bien.

Horas después, cuando te permitieron verlo en la clínica del circuito, encontraste a George sentado en la camilla, con algunos vendajes y moretones visibles en su rostro. Su mirada se iluminó al verte entrar.

—¿Qué haces aquí? —preguntó con una sonrisa débil, aunque el cansancio era evidente en su voz.

—¿Qué hago aquí? —repetiste, acercándote rápidamente a él—. George, casi me da un infarto viendo eso. ¿Cómo puedes estar tan tranquilo?

—Estoy bien. Solo fue un susto grande. —Intentó calmarte, pero cuando vio tus ojos llenos de lágrimas, su expresión cambió. Te tomó la mano con suavidad—. Lo siento. No quería asustarte.

—No es algo que puedas controlar, George. Pero verte ahí, en ese estado... —Tu voz se quebró, y sentiste cómo las lágrimas comenzaban a caer—. No quiero imaginarme un mundo donde tú no estés.

George te atrajo hacia él, ignorando el dolor en su cuerpo. Te abrazó con fuerza, sus manos acariciando tu espalda en un intento de consolarte.

—Hey, estoy aquí. No voy a ningún lado, ¿vale? Esto es parte del trabajo, pero prometo que seré más cuidadoso. —Su voz era firme, pero llena de ternura.

Te apartaste solo lo suficiente para mirarlo a los ojos.

—Prométeme que no harás tonterías en la pista, George. No puedes jugar con tu vida así.

—Lo prometo. —Su mirada estaba llena de sinceridad—. Pero también tienes que prometerme algo.

—¿Qué cosa?

—Prométeme que siempre estarás aquí para recordarme por qué vale la pena todo esto. —Una pequeña sonrisa apareció en su rostro, y sentiste cómo tu corazón se ablandaba.

—Siempre estaré aquí, George. Pero no porque necesites un recordatorio, sino porque te amo y no quiero perderte.

Él te besó suavemente, y por un momento, todo el ruido del mundo exterior desapareció. Aunque el accidente había sido aterrador, te recordó lo frágil y valiosa que era la vida, y cuánto significaban el uno para el otro.

Esa noche, mientras se recuperaba en el hotel, te quedaste a su lado, vigilando que estuviera cómodo. George se burló de ti por ser tan protectora, pero tú solo reíste y le dijiste:

—Alguien tiene que cuidar del campeón más imprudente del mundo.

Y él respondió, con una sonrisa pícara:

—Entonces estoy en buenas manos.

...

Buenas!!! Me desaparecí, pero aquí está la actualización de hoy. Espero que les haya gustado el one shot de hoy, no olviden dejar su voto y su comentario. Nos vemos el Lunes :)

-Awadelemon

One Shots - Fórmula 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora