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Maratón 4/?

Estabas sentada en una de las bancas de la entrada del paddock, con los pensamientos dando vueltas mientras esperabas a Charles Leclerc. Sabías que el día sería difícil para él; era el aniversario de la partida de Jules Bianchi, su mentor y amigo, quien había dejado una marca importante en su vida y en su carrera. Lo habías visto tratar de mantener una fachada tranquila, pero sabías que por dentro, este día era uno de los más dolorosos para él.

Charles se acercó con paso lento, su mirada fija en el suelo y sus hombros ligeramente caídos, como si llevara el peso del mundo sobre ellos. Cuando te vio, esbozó una leve sonrisa, pero sabías que era un intento de parecer fuerte. Te pusiste de pie y lo abrazaste, dándole el espacio para que se relajara.

—Gracias por estar aquí —susurró Charles, rodeándote con sus brazos mientras hundía el rostro en tu hombro.

—No tienes que agradecerme, Charles. Sabes que siempre estaré contigo —murmuraste, acariciándole la espalda para calmarlo.

Se mantuvo en silencio, simplemente disfrutando del consuelo de tu abrazo, como si eso fuera lo único que necesitara para soportar la tormenta emocional que lo perseguía. Cuando se apartó, sus ojos estaban ligeramente enrojecidos, pero mantenía la calma.

—A veces me pregunto cómo sería todo si él estuviera aquí. Siempre me apoyó, siempre creyó en mí. —Charles se llevó una mano al cabello, nervioso, como si buscara distraerse.

—Y sigue creyendo en ti, Charles. Lo sé. Esté donde esté, sabe que estás haciendo lo mejor y que estás cumpliendo sus sueños y los tuyos. Él estaría muy orgulloso de ti —le dijiste, intentando transmitirle el amor y la fuerza que Jules había dejado en su vida.

Charles asintió, sus ojos volviendo a encontrarse con los tuyos. Parecía que tus palabras le daban algo de consuelo, aunque aún notabas el dolor en su expresión. Te tomó de la mano y juntos comenzaron a caminar por el paddock en silencio, cada paso un recordatorio de los momentos que él y Jules habían compartido y de cómo esa amistad había moldeado a Charles como persona y piloto.

—Isa, hay veces que siento que no soy lo suficientemente fuerte para esto. —dijo de repente, rompiendo el silencio—. Sé que él querría que siguiera adelante, pero hay días en los que siento que me falta algo, ¿entiendes?

Te detuviste y lo miraste con ternura, y tomaste sus manos.

—Charles, eres una de las personas más fuertes que conozco. Nadie puede entender realmente por lo que pasaste, pero yo estoy aquí, y siempre estaré aquí para ti. No tienes que hacerlo solo. Puedes dejar que alguien más te ayude a llevar el peso, aunque sea un poco.

Él cerró los ojos, respirando hondo. Tu presencia parecía aliviar su dolor, aunque fuera solo un poco.

—A veces solo necesito recordar que está bien sentir todo esto. No me gusta demostrarlo, pero me duele. Y al mismo tiempo, siento que tengo que ser fuerte, porque eso es lo que él habría querido.

—No tienes que ser fuerte todo el tiempo, Charles. También es importante que te permitas sentir y recordar, incluso si duele. Porque él siempre estará en tus recuerdos, en todo lo que haces en la pista y fuera de ella.

Él asintió, pareciendo comprender que estaba bien permitirse sentir ese dolor, esa nostalgia. El tiempo parecía detenerse mientras permanecían juntos, sus manos entrelazadas en un silencioso apoyo mutuo. Luego, levantó la mirada hacia el cielo, sus ojos llenos de determinación.

—Quiero que esté orgulloso. Todo lo que hago, todo lo que he logrado, es también para él. Y sé que contigo a mi lado, puedo lograrlo.

Te acercaste y besaste suavemente su mejilla, dejando que entendiera que estabas ahí en cada paso de su camino.

—Siempre estaré contigo, Charles. En cada victoria, en cada derrota. Y sé que Jules también estará, de una manera u otra.

...

-Awadelemon

One Shots - Fórmula 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora