El turno nocturno había terminado, y Gala se encontraba en su pequeño departamento, sumida en sus pensamientos. Frente a ella, sobre la mesa, reposaban los informes de pacientes que debía revisar al día siguiente, pero su mente seguía atrapada en el quirófano. El hecho de que Karime le hubiera dado el crédito por una jugada tan arriesgada, por algo tan vital, la había dejado con una extraña mezcla de orgullo y nervios. Aquella doctora, tan distante y autoritaria, había sido capaz de reconocer sus habilidades.
Gala había sido consciente de su propio nerviosismo durante la operación. La presión de estar a la altura, de no defraudar, había sido palpable. Pero también había algo más, algo que la desconcertaba: Karime Pindter la había observado. Y no era solo su habilidad en el quirófano lo que la doctora guapa había reconocido, sino una determinación que Gala sentía dentro de sí, algo más profundo que la mera técnica. Quizás eso fue lo que le dio la oportunidad.
Se recostó en su sillón, mirando al techo. La imagen de la doctora había quedado grabada en su mente. Siempre tan imponente, tan distante, pero al mismo tiempo tan humana en esos pequeños gestos que, aunque fugaces, mostraban que detrás de la cirujana segura, había una persona con un propósito mucho mayor. Pero, ¿podría llegar a entenderla realmente? La admiración se mezclaba con una creciente sensación de misterio. No era el tipo de persona que dejaba ver demasiados detalles sobre sí misma, y eso solo hacía que Gala se sintiera más atraída por desentrañar esa figura tan enigmática.
Con un suspiro, Gala dejó los informes a un lado y se levantó. Sabía que necesitaba dormir, pero sus pensamientos no la dejaban tranquila. Cerró los ojos y, en su mente, la imagen de la Dra. Pindter se fundió con su propio rostro, una mezcla de duda y admiración que se intercalaba con el sueño.
Al día siguiente, el hospital estaba más ajetreado que de costumbre. Se respiraba una tensión palpable, como si todo estuviera al borde de algo importante. Gala se encontró con Karime justo cuando ambas entraban en el área de urgencias, las tensiones profesionales se sintieron al instante. Un caso complicado había llegado a la sala de emergencias: una paciente que había estado en observación por complicaciones derivadas de un embarazo múltiple. La mujer, en su tercer trimestre, había sido ingresada con hemorragias y estaba en riesgo de perder a uno de los gemelos. La situación era crítica
—La situación es complicada. Necesitamos tomar decisiones rápidas y frías. —Karime miró a la residente con una seriedad que dejaba claro que no había lugar para dudas—. Vamos a adelantar el parto, pero no debemos apresurarnos. Cada minuto cuenta, pero también debemos ser precisas.
Gala observó con atención mientras el equipo comenzaba a preparar a la paciente. La Dra. Pindter tomaba el control de la situación con la misma autoridad que siempre la había caracterizado. Sus gestos eran rápidos y firmes, pero también medidos, como si todo estuviera calculado. Gala, por su parte, sentía una urgencia en su interior. Sabía que la paciente corría peligro, pero algo más dentro de ella la impulsaba a no solo seguir los protocolos, sino a buscar un enfoque alternativo, uno que le diera más oportunidad a la paciente, sugiriendo estabilizar primero a la paciente antes de realizar cualquier intervención. La atmósfera entre las dos se cargó de tensión. Karime, sin levantar la voz, rechazó la propuesta con firmeza.
Karime frunció el ceño y la miró de reojo, casi con algo de desaprobación, había algo en su mirada que Gala no pudo interpretar. Siempre tan controlada, tan implacable.
—Dra. Montes, este es el tipo de decisión que debemos tomar con calma, pero sin sentimentalismos. No podemos dejar que nuestras emociones influyan en la medicina. —El tono de Karime no era cruel, pero tenía una dureza que hizo que Gala sintiera un nudo en el estómago.
¿Por qué Karime Pindter siempre hablaba como si estuviera hablando desde una posición de superioridad? No era que no respetara a la cirujana, lo hacía, pero no podía evitar sentir que su enfoque más "emocional" podría ser igualmente válido.

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Anatomy Of Two | Garime
Fanfiction"La anatomía de dos personas se revela no solo en sus cuerpos, sino en los silencios, las miradas y las emociones que comparten."