Capítulo 29

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Se despertó muy despacio.

- hey princesa- dijo con voz dormida

- hola bello durmiente.

- que hacias?- estrujó sus ojos y se acomodó quedando semi sentado.

- yo? Ehh... nada

- jum! Sesupone que te crea?- me estaba poniendo nerviosa creo que sabía mis intenciones.- haré un esfuerzo

- pues...supongo que si.- termino de sentarse, se quedo viendome muy directo. Yo voltié a mirarlo.

Acababa de caer a un abismo de sentimientos. Me quedé atrapada en su mirada. Intentaba cambiar la mirada pero realmente no encontraba de que forma escaparme de su intensa mirada.

- sabes algo? Me habló sin quitar la mirada de la mía.

- que

- Te amo!

Era lo unico que me faltaba. De repente un día estaba en un lugar sin saber que lo estaría, sintiendo cosas que no pensaba sentir, con una persona a la que no pensaba conocer. Lo miro, me dejo llevar por su bríllo conquistando mi alma con su sonrisa de niño, pintando sentimientos en mi corazón. Miles de sensaciones llegan a mi, lujuria, deceo y pación. No miento en este instante se me cruzó
la idea de entregarme a cuerpo y alma, de probar sus formas y sus aroma del desenfreno, aunque por más que lo decee este deseo no lo puedo cumplir. Al menos no ahora. Siento su cuerpo recostado del mio, dejandonos llevar por lo que ambos sabemos que sentimos. El calido y placentero beso llega a su fin. Nuestras respiraciones aun estaban bastante normales. Lo miro, sus ojos reflejaban lo mismo que yo sentía. Tenía ganas de más. Pero creo que el doctor me pidió mucho descanso.

No sabía como terminar este incomodo silencio que abarcaba en el area. Despues de una escena tan viajera estaba yo en el mismo lugar en donde todo avía comenzado. Tenía las esperanzas de terminar entre sus brazos. Pero algo muy dentro de mi me lo impedía. Villalobos tenía razón. Para ser feliz necesitaba terminar de sacar mi pasado al aire. Mario era el unico que podía ayudarme. Decidí una vez más actuar por impulso. Me arrimé a sus brazos como una niña pequeña.

- Mario...no se te ocurra irte, te necesito más que nunca aquí. Junto a mi, puede que no me entiendas pero te necesito. Y mucho- lo abrazé muy fuerte. El me respondio

- princesa aquí estoy, para entenderte y acompañarte.

Desafortunadamente el timbre fue el interrumptor de nuestra clíche conversación.

- soy yo!- gritó Villalobos desde afuera.

Ni Mario ni yo nos inmutamos en movernos.

- entra parce está abierto- contestó Mario.

Villalobos nos busco hasta que nos encontró. Su cara me dio risa. Abrió los ojos como platos.

- que está pasando aquí?

- nada, nos despertamos ahora mismo nos avíamos quedado dormidos.- dije

- aja si pero y ustedes?- señalo nuestro brazo?

- nada todo chevere.

Villalobos comenzó a reirse. Mario y yo nos separamos. Invité a Villalobos a pasar y que se sentara en una esquina de la cama. Pero antes nos saludo. Esto era algo muy extraño. Pero creo que lo podía asimilar. Villalobos al parecer avía salido con mucha hambre del trabajo. A nosotros ya se nos avía pasado la pizza. Al menos yo ya tenía hambre. Villalobos salió a buscar comida porque en mi refri no avía ni carne dañada. Entonces si despues pasamos al comedor a comer(valga la redundancia de nuevo xD). Ya era de noche así que le dije a los chicos que podían irse. No me gustaba mucho la idea de quedarme sola pero ya devía acostumbrarme de nuevo.

Eras todo lo que queríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora