Todo cambió. Libro #2

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Llamaron a los padres de Abdiel y a los de Gibrán. Como era de esperarse suspendieron a Abdiel por haberle encajado el compás a Gibrán. Lo único bueno fue que Axel, Alexis, Laura, Alejandro y yo le dijimos a la directora que Gibrán se la pasa molestando a Abdiel y, aunque no fue la manera correcta, la reacción de Abdiel se debió a lo harto que ya estaba de las agresiones físicas y verbales de Gibrán, y por esto Gibrán también fue suspendido.

Con la suspensión de Abdiel se nos vino otro problema: “¿ahora quién haría el papel de Abdiel en la obra de teatro?”. Entonces Laura, Alejandro, Alexis y yo fuimos temprano a la casa de Abdiel para hablar sobre ese problema.

—¡Eres un imbécil, Abdiel! —le dice Alejandro mientras camina por la habitación de Abdiel, la cual es muy grande—. ¿Cómo se te ocurrió hacer tal estupidez? —se detiene para verlo.

—Ya les dije por milésima vez que no pensé en ese momento, solo ya estaba enfadado de Gibrán —responde sentado desde la silla de su escritorio.

—Todos estamos enfadados de Gibrán y no por eso tratamos de matarlo con un compás.

Abdiel solo rueda los ojos.

—¡Alejandro, basta! —dice Laura, levantándose de la silla en la que estaba—. No tiene más sentido seguirle reclamando a Abdiel, lo hecho hecho está y ya no lo podemos cambiar. Ahora lo que necesitamos es una solución.

—Les tengo una solución —habla Abdiel—, saquen a la abuela y ya.

—¡No seas idiota! —dice molesto—. No podemos sacar a la abuela porque ella es la razón por la que “fresita” va al bosque y al final tiene participación importante y cómica.

—¿Y entonces tú qué sugieres, Alejandro? —pregunta Laura.

—Yo sugiero que metamos a Melina en el papel de Abdiel.

—Melina ni siquiera se sabe los diálogos del personaje de Abdiel —opino.

—No, pero se los puede aprender.

—La obra es hoy, Alejandro —comenta Alexis.

—Ya sé, pero los diálogos de la abuela no son tan largos y la clase de español es después de receso, ella podría aprenderlos entre las demás clases y en receso.

—Podría funcionar —asiente Laura.

—¿Y si no? —pregunta Alexis.

—Pues es la única opción que tenemos —le responde Alejandro.

—Pues estaría bien —dice Abdiel—. Nomas falta que ella acepte.

—Tiene qué aceptar, también es su equipo —digo.

—Pero no es lo que le tocó hacer —dice Alejandro.

—Lo que le “tocó” hacer es igual a hacer nada, así que esto es lo mínimo que ella podría hacer por el equipo, en vez de solo recibir una calificación alta por hacer nada.

—Lo que le tocó hacer también es importante.

—¡Ay! —ruedo los ojos—. Sí pues sí.

—Dejen de pelear. Hagamos eso y ya está —dice Laura.

Todos estamos de acuerdo.

Realmente yo no quiero a Melina en nuestro equipo, no porque me caiga mal, sino porque ella no comenzó esto con nosotros, ella no ayudó en la obra porque, aunque en su mayoría fue escrita por Alejandro, todos los demás dimos nuestras opiniones y hasta escribimos algunas escenas y diálogos, Melina ni siquiera ha ayudado con la escenografía y no ha estado en los ensayos. Se me hace injusto que haga el papel de Abdiel.