Martin no había pegado ojo en toda la noche. Mucho menos después de haber escuchado el plan que tenía pensado Almudena. Había dado mil vueltas en la cama hasta que se dio por vencido. Empapado en sudor acabó destapado completamente. Su nerviosismo iba a impedirle descansar algo. Desistió y pasó el resto de horas navegando por Tik Tok.
Tampoco fue raro que pasase todo el viaje de vuelta en tren dormido sobre el hombro de su padre. La despedida con sus abuelos y primos fue igual de dolorosa que siempre. No quería irse. Sabía que toda su vida estaba en la capital pero parte de su corazón se quedaba en País Vasco cada vez que se iba de allí. Durmió tan profundo que no vio los cientos de mensajes que la rubia le mandó ni tampoco cómo sonaba el teléfono, siendo cogido por su padre.
Cerca de las 11:30h Martin llegó junto a su padre a la estación de tren. Se asustó cuando sintió el suave movimiento de su padre en su hombro.
-¿Qué pasó?- se asustó - ¿dónde estoy?
-Hemos llegado cielo -habló dulcemente.
-Mierda, mierda, mierda... no he avisado a Almudena, me va a matar - dijo buscando su teléfono por todas partes.
-No te preocupes, llamó por teléfono y contesté yo. La expliqué que te habías dormido y avisé de la hora estimada de llegada, supongo que esté fuera esperándote - dijo con una sonrisa su padre.
-Vale, menos mal - respondió de forma breve llevándose una mano al pecho - ¿Qué tal estoy? ¿Presentable? - añadió dando vueltas sobre sí mismo.
Llevaba puesto unos pantalones vaqueros grises anchos junto a un jersey azul, el frío en la capital era notorio y no quería resfriarse. Sus deportivas favoritas culminaban el outfit junto a su abrigo marrón y la bufanda anudada al cuello.
-Estás bien hijo, como siempre - rodó los ojos cogiendo las maletas - me llevo tu maleta a casa ¿vale? Acuérdate de pasar antes de volver con tu madre. Pásalo bien y suerte - añadió.
Su padre no sabía lo que había pasado y una vez más, había sabido decirle las palabras correctas en el momento exacto. No tenía ni idea de lo que había pasado y había sabido leerle.
-Adiós aita, luego te llamo - dijo abrazándole.
-No te preocupes, tú cuídate y disfruta con tus amigos - respondió correspondiéndole el abrazo.
Salieron de la estación por puertas distintas. Martin no tardó en descubrir a la rubia. Estaba mirando el teléfono junto al panel de información. Llevaba puesto una falda vaquera y un jersey fucsia que resaltaba su rostro. Su pelo largo rubio estaba recogido en una trenza de espiga.
-Ay Martin, por fin ¡qué bien! - se tiró a abrazarle -menos mal que no se ha retrasado el tren.
-Hola Almu - le correspondió el abrazo.
-¿Cómo estás? - preguntó la rubia separándose un poco para analizar su cara.
-Bueno - contestó con las manos en los bolsillos - espero que después de tu idea todo salga bien - dijo con una mueca en la boca.
-¡Qué sí bobo! - expresó dándole un golpecito en el hombro con una sonrisa- ¡ya verás como todo sale rodado!
Los dos caminaron hasta el domicilio del maño a paso acelerado. Porque sí, a Denna no se le había ocurrido una idea mejor que llamar a la puerta hasta que alguien decidiera abrirles. Si Juanjo les ignoraba apagando su teléfono no iba a poder ignorarles en persona si los dos se presentaban en su domicilio. No tenía fallos en su lógica. Otra cosa es que estuviera en casa justo cuando ellos llegasen o que le abriesen la puerta. Eso sería problema de la Almudena y el Martin del futuro.
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CONTRA LAS CUERDAS
FanfictionJuanjo y Martin cruzan caminos en el último curso en el Conservatorio, compartiendo agrupación de cámara. Pronto empiezan las discusiones entre ambos ¿Serán capaces de dejar atrás su ego y trabajar en equipo dejando a un lado sus diferencias?