Juanjo y Martin llevaban un rato abrazados en la cama del maño. Estaban en silencio porque las palabras sobraban en ese momento, estaban disfrutando de la compañía mutua después de esos dos largos días de incertidumbre.
Juanjo tenía los ojos cerrados mientras se deshacía en caricias del vasco. En ese instante, Martin estaba haciendo un camino de besos desde sus hombros y cuello hasta llegar a la comisura de sus labios, sin llegar a besarle finalmente, ganándose las quejas desesperadas del maño.
Martin tenía abrazado a Juanjo por el abdomen fuertemente, como si tuviera miedo de que el momento no fuera real y en cualquier instante fuera a despertarse de un sueño demasiado dulce. Si le preguntasen hace dos días jamás diría que iba a estar en casa de Juanjo, abrazado a él en su cama.
-¿Te apetece que vayamos a mi casa ya? - preguntó Martin en un susurro cesando los besos.
-Vale - respondió Juanjo dando un último beso en la frente del vasco e incorporándose de la cama, yendo al armario para buscar un par de deportivas.
Juanjo se enfundó en su abrigo marrón característico y ambos salieron del cuarto para poner rumbo a la casa del padre de Martin.
-Mamá, me marcho con Martin, no vendré para comer - chilló desde la entrada de su casa.
Su madre no tardó en hacer acto de presencia en el recibidor secándose las manos con un paño de cocina y un delantal puesto. Tenía el ceño fruncido como si la decisión de Juanjo de irse no fuera correcta.
-Pero hijo, ¿has terminado de estudiar? - preguntó dudosa - ya sabes que papá...
-Sí, lo sé - cortó Juanjo - pero estoy un poco saturado y me vendrá bien despejarme - pidió con un puchero en los labios - llevo muchos días estudiando.
Ángela suspiró y miró a su hijo con cara de pena.
-Vale, vale -acabó cediendo- pero no vengas muy tarde, que la que tiene que aguantar a tu padre si no soy yo...
-Gracias mamá - respondió dejando un beso sobre su mejilla - adiós.
Eran cerca de las 14:00 de la tarde cuando Martin y Juanjo llegaron al piso del padre del vasco. Ambos habían ido contándose cómo habían pasado las Navidades. Martin había escuchado atentamente a Juanjo mientras jugaba con sus dedos entrelazados.
-... Y mi hermana hizo un show de baile en mitad del salón de casa de mi abuela y casi se cae - rió Juanjo - mi abuela aplaudía pero fue un desastre - volvió a reír.
-¿Te lo has pasado bien entonces? - preguntó.
-A ver... estaba sobrepensando lo de las pruebas del superior todo el tiempo, pero no quería que nadie se diera cuenta y tuve que fingir que estaba bien para que mis padres o mis tíos preguntasen que me pasaba. No quería dar explicaciones - dijo con la voz un poco rota.
Martin paró en secó justo delante del portal y rodeó el cuello del maño con sus brazos atrayéndolo para, por fin, atrapar sus labios en un beso tierno cargado de significado.
-Mmmm... - murmuró Juanjo aún con los ojos cerrados saboreando los labios de Martin - ¿me lo he ganado ya entonces? - preguntó divertido.
-Puede ser - dijo dándole un golpecito en el culo - venga vamos, ya estamos en mi casa.
Ambos se pusieron cómodos en el domicilio de Martin. Su padre hacía tiempo que se había ido a trabajar. Había algunas sobras en la nevera con la que el maño preparó una tortilla de patatas y una ensalada de macarrones. Martin, mientras tanto, fue poniendo la mesa y comieron juntos entre risas jugueteando con sus piernas entrelazadas por debajo de la mesa.
ESTÁS LEYENDO
CONTRA LAS CUERDAS
FanficJuanjo y Martin cruzan caminos en el último curso en el Conservatorio, compartiendo agrupación de cámara. Pronto empiezan las discusiones entre ambos ¿Serán capaces de dejar atrás su ego y trabajar en equipo dejando a un lado sus diferencias?