Capítulo 6. ¿nos vamos de concurso?

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-¿Hacemos una tregua? - pidió Juanjo.

Martin se encontró con los ojos miel de Juanjo que le suplicaban perdón. Un escalofrío recorrió toda su columna vertebral. Apartó la mirada rápidamente, ¿cómo una mirada podía haberle transmitido tanto? Eliminó todos esos pensamientos que se acumulaban en su mente sin cesar y negó con la cabeza.

-Pero si nos odiamos, Juanjo - contestó Martin.

Juanjo le miró frunciendo el ceño.

-Yo no te odio, Martin - contraatacó - ¿por qué piensas eso?

-Todos lo hacéis - confesó- pero no pasa nada - continuó- somos como el perro y el gato, acabaremos discutiendo otra vez seguro. Somos muy diferentes, no nos soportamos. Es normal, no podemos llevarnos bien con todo el mundo... Pero tienes razón, por el bien del grupo deberíamos rebajar la tensión o Denna nos matará -añadió dándole un golpecito en el hombro que logró sacar una sonrisa a Juanjo - voy a mandar un mensaje por el grupo para que venga.

-Pero nada de metrónomos eh - corrigió Juanjo.

Martin rodó los ojos mientras tecleaba concentrado.

-Vaaaaaaaleeee - incidió levantando las manos en señal de paz.

Juanjo se permitió analizar a Martin desde la banqueta del piano por unos segundos. Estaba cabizbajo y miraba su muñeca fijamente. Sus palabras le habían descuadrado todo su esquema mental. No podía entrarle en la cabeza como alguien podía creer que todos le odiaban. Juró que en ese instante escuchó como su corazón se partía en mil pedacitos. No lo confesaría pero, aunque ese chico con bigote le sacara su peor genio, quería protegerle para siempre.

El resto del ensayo, para sorpresa de la rubia, sucedió sin problemas. Denna no sabía qué había pasado pero estaba flipando. Movía la cabeza de un lado a otro para analizar a los dos chicos en busca de respuestas. Pero no fue capaz de encontrarlas. Los dos se habían concentrado en tocar juntos, todos sus sentidos estaban puestos en la partitura, sin despegar la vista de la misma ni compartir miradas. Habían empezado a escucharse y aunque la interpretación no era perfecta, había sido todo un avance.

Una hora más tarde, dieron por finalizado el ensayo y Juanjo esperó a que ambos chicos recogiesen sus instrumentos en las respectivas fundas mientras repasaba los mensajes pendientes de sus redes sociales. Bajaron las escaleras en un cómodo silencio que era interrumpido por datos que la rubia iba dando, mientras Juanjo y Martin iban dos pasos por detrás escuchándole hablar.

La tensión entre ambos era palpable. Como si compartieran un secreto que ninguno de los dos podía pronunciar. Y aunque no lo hubieran confesado en alto, ambos estaban sintiendo lo mismo.

-Y bueno que, Martin... ¿te vienes con nosotros a tomar algo al bar? - preguntó Denna.

Juanjo lo miró por primera vez desde que se habían quedado a solas, buscando algún gesto que dijera que venía con ellos a tomar algo. En sus adentros una fuerza que no conocía le estaba suplicando que su respuesta fuera afirmativa. Lo necesitaba. Necesitaba saber quién era el verdadero Martin y no la coraza que llevaba puesta encima.

-Pues... es que esta semana la paso con mi padre y creo que ya ha venido a buscarme en coche - explicó- ¿otro día quizá?

-Vale no pasa nada amore - dijo Denna despidiéndose con un beso en la mejilla.

Juanjo se desinfló con la respuesta pero trató de mantenerse entero. Frenó en seco, haciendo que Martin también parase a mirarle. Quedaron un par de segundos en silencio, mirándose a los ojos sin decir nada.

-Bueno, nos vemos - concluyó Juanjo levantando la cabeza en un gesto de despedida.

-Si si ...- respondió nervioso el vasco - hasta el miércoles Juanjo.

CONTRA LAS CUERDASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora