El día que encontramos la Copa

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Luego de la ceremonia de las manadas, Félix me dijo que sabía que buscábamos la Copa. No me sorprendía, al parecer este chico sabía todo lo que pasaba.

-¿Saben dónde está?-me preguntó mientras yo esperaba a Clary en la entrada.

-Sabemos cómo saber. Tenemos una amiga que sabe dónde está-respondí y bostecé, la ceremonia duró más de lo que esperaba.

-Bueno, deben apurarse. Los Nigrum están en algo grande. Vi llegar cajas llenas de armamento nuevo. En especial espadas y escudos. No mucho moderno.

-Bueno, es porque resucitarán ejércitos antiguos. No creo que sepan como las pistolas funcionen. Mañana veré que puedo hacer. Para conseguir la ubicación necesito a Adam, es el único que puede invocar a nuestro contacto.

-¿Invocar? ¿Es un fantasma?

-Solo una chica que vive más de lo que debería.

-¿Listo para irnos?-preguntó Clary saliendo de la cueva.

Asentí.

-Nos vemos, Félix-le dije despidiéndome, y seguí a Clary.

Estuve a punto de quedarme dormido en el auto. Si Clary no hubiera subido la radio a todo volumen, ella hubiera tenido que cargarme a casa porque me cuesta mucho despertarme.

Me despedí de Clary y me dirigí a la puerta. De pronto vi a una chica rubia sentada en la entrada. Al principio creí que era Mary, pero el rubio era más oscuro.

-¿Summer?-pregunté.

Ella levantó su cabeza.

-Oh, eh... No, no debería estar aquí-dijo tocándose la camiseta.

-¿Qué pasa? Es muy tarde, ¿estás bien?-pregunté acercándome.

-No, eh, no sé porque vine...-dijo y comenzó a dirigirse a la acera.

-Summer-la llamé y volteó.- ¿Qué pasa?

Ella se acercó mirando el suelo.

-Ethan terminó conmigo-dijo en voz baja.

El tarado en realidad lo hizo. Creí que solo era una pequeña fase.

-Oh, Summer, lo lamento.

Juntos nos sentamos en un banco en mi jardín delantero.

-Lo fui a sorprender, ¿sabes? Le lleve su chocolate americano favorito, cuando abrió la puerta su sonrisa desvaneció y dijo que teníamos que hablar-dijo sin mirarme.

Soy un idiota. No tengo ni la menor idea como consolar a una chica con el corazón roto. ¿Abrazarla? ¿Decirle lo lamento? ¿QUÉ HAGO?

-Summer, no te lo mereces. Créeme que encontrarás a un chico mucho mejor que él-por suerte he visto películas románticas. Gracias Mary.

-Gracias, Jack-nos quedamos en silencio, y luego por primera vez en la noche, me miro a los ojos.-Ahora debo irme, tenías razón es tarde-luego, de la nada, me dio un beso en la mejilla y se fue rápidamente.

Entré a mi casa. Por suerte, mi mamá sabía que iba a salir, o no puedo imaginarme con que objeto me golpearía ahora.

-¿Por qué llegas tarde?-alguien preguntó cuándo entre a mi cuarto.

Era yo. Literalmente, otro yo me estaba hablando. Al principio me asusté, pero luego entendí.

-¡Mary!-exclamé susurrando.- ¿Qué estás haciendo?

Ella rio calladamente y volvió a ser la rubia que tengo como hermana.

-Estaba probando. Hace mucho que no lo hago. Tan... estimulante-dijo sonriendo.

Como Morí (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora