Capitulo 12: Catarsis

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Estaba en casa de Thea, estábamos terminando la investigación después de varias horas de trabajo, muchos cafés y bastante sueño, ya estábamos escribiendo las últimas líneas por suerte porque ya me quería ir a mi casa, en ese momento se me cruzó por la mente que no había visto al hermano de Thea, de hecho tenía ya un par de semanas sin verlo cosa que era bastante extraña porque aunque no fuera mi amigo, al parecer solíamos encontrarnos en todas partes. ¿Estaría bien...? Pregunté en mi mente mientras mis ojos se desviaban del trabajo, claro que está bien, y a ti ¿Qué te importa si está bien? Me dije a mi misma, seguro ha estado ocupado, además no tienes que verlo cada vez que vienes acá _______, comencé a pelear en mi imaginación conmigo misma.

-¡Listo!-. Gritó con entusiasmo Thea asustándome un poco y sacándome de mi diálogo interno.

-Si...¡Al fin!-. Le dije como si hubiera estado prestando atención los últimos 5 minutos a lo que estábamos haciendo.

-Pondré esto a imprimir e ire por un par de sodas ¿Puedes buscar los papeles, la impresora está en la oficina cruzando el pasillo-. Me dijo ella señalando una habitación mientras ambas salíamos de la biblioteca y ella se iba bajando las escaleras para ir a la cocina, mientras yo me dirigía en dirección contraria por el otro lado del pasillo. Abrí la puerta de la habitación que me había señalado Thea con mucho cuidado, pero estaba completamente vacía.

Había un elegante escritorio, un estante con muchos libros, fotos familiares, modelos a escala de barcos y cosas así, no me detuve mucho en admirar el lugar porque la impresora parpadeaba y emitía un sonido, me acerque y vi como las 120 páginas del trabajo al fin salía por ahí, era increíble pensar que ya habíamos terminado. En ese momento alguien entró a la habitación, era Oliver que al parecer estaba bastante sorprendido de verme, pude ver en su rostro una expresión de shock. Quizás esta era su oficina y yo estaba irrumpiendo aquí...

-Solo estoy esperando a que el trabajo se imprima-. Dije excusándome y después pensé que sonaba bastante estúpida, pero a él pareció no importarle.

-No hay problema-. Dijo cortante sin siquiera mirarme a los ojos mientras se dirigía al escritorio, buscando un par de carpetas que tomó y comenzó a revisar, sin dirigirme más la palabra sin siquiera voltear a mirarme. No es que era su mejor amiga en el mundo pero esta actitud 'fría' y 'cortante' no era demasiado común.

-y...¿Cómo estas?-. Le pregunte a él que me miro de mala manera.

-Bien gracias,-. Me dijo otra vez cortando por completo la conversación, como si mi simple presencia en ese espacio le molestara. Volvió su mirada a los documentos un...¿Bien y tu? ¿Cómo esta todo _______? No habría estado de más, pensé, pero tampoco volvía a hablarle porque a decir verdad me molestó un tanto su actitud, yo no le había hecho nada malo como para que actuara de esa manera.

Un par de minutos después, la maquina ya había terminado de imprimir todo así que tomé los papeles y me disponía a ir de vuelta a la biblioteca cuando en el pasillo se escucharon un par de personas y entonces las ví...

Ahí estaba la madre de Oliver, sabía que era Moira Queen porque antes la había visto en las noticias junto a su hijo, pero ella no fue la que me hizo quedarme paralizada, fue la mujer junto a ella...

Una rubia de ojos un tanto grisáceos, de unos 50 y tantos años de edad, vestía ropa elegante como siempre y tenía esa mirada...esa mirada que hacía que la respiración se me paralizara. Era ella...mi madrastra, Elizabeth Thompson.

El simple hecho de escuchar ese nombre me revolvía el estómago, tenía demasiados años sin verla y el tan solo hecho de que estuviera ahí hizo que todo a mi alrededor pareciera desvanecerse. Sentí como las manos comenzaban a temblarme y a mi mente venían imágenes de ese lugar, de paredes blancas, gritos en mi cabeza, casi podía escuchar sus gritos, su voz criticándome y acusándome hasta no poder más, mi respiración se iba cerrando, todo en cuestión de segundos, hasta que ya podía escuchar los latidos de mi corazón dentro de mi cabeza. Tienes que huir...me dije a mi misma, no podía verme, ellas no se habían percatado de que yo estaba ahí, no pensé dos veces en entrar de vuelta a la oficina para ocultarme, pero al apenas cerrar la puerta, mis piernas me fallaron...

Save me From The DarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora