Capitulo 38: Mi nuevo guardaespaldas (2)

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-¿Se conocen?-. Preguntó mi padre al vernos tan afectivos.

-Si...-. Le dije mirando de manera divertida al chico que estaba junto a mí, porque había retomado su posición seria, delante de mi padre. –Olvida lo que dije... está bien tener un guardaespaldas, o lo que seas...-. Mencioné mirando a Roy y dándole un leve empujón –Andando Harper-. Ordené caminando mientras salía de la sala, dejando a mi padre completamente confundido. Roy me siguió hasta el auto negro que estaba en la entrada. Ambos entramos en la camioneta y me quedé mirando a Roy.

-Me vas a explicar que sucede ¿no?-. Pregunté acomodándome en el silla mientras él rodaba los ojos.

-Pensaba en ganar algo de dinero...-. Me dijo mientras encendía el auto –Y vi en el periódico que necesitaban un guardaespaldas, no sabía que era para cuidarte a ti...ni que vivías en este lugar-. Agregó mirando con la boca abierta la mansión.

-No vivo aquí... solo estaré un tiempo y luego cuando consiga un departamento, me largo de éste lugar-. Le expliqué –Así que no te acostumbres demasiado a tu nuevo trabajo-. Le dije señalando toda su ropa elegante.

-¿A dónde la llevo Srta. Thompson?-. Me preguntó con un acento bastante gracioso, queriendo hacerse el elegante.

-Al centro de la ciudad, calle 18 Sr. Harper-. Agregué riendo mientras me colocaba el cinturón de seguridad y ambos nos íbamos.

***

-¿Me puedes decir que hacemos en un lugar de arquería?-. Preguntó Roy bajando del auto y mirando el letrero del lugar, no había contado con que tendría que venir con un 'guardaespaldas' y menos que sería mi amigo, esto era demasiado complicado de explicar.

-Nada... quédate afuera-. Le ordené mirándolo severamente.

-Me pagan por seguirte, no me quedaré afuera-. Insistió él abriendo la puerta del lugar para que yo entrara y rodé los ojos, porque no quería que estuviera presente.

-Buenos días ¿puedo ayudarla en algo?-. Preguntó un señor mayor, con gafas que salía de la tras tienda, miré a Roy de mala manera y ni modo, suspiré y me quité el collar.

-Buenos días...esperaba que usted pudiera ayudarme con esto...-. Le expliqué al señor pasándole la punta de flecha, pude ver la mirada de Roy completamente sorprendido y un tanto preocupado.

-Que... que es eso-. Preguntó con un pequeño temblor en la voz.

-Una flecha hecha a mano...-. Indicó el señor observando el objeto con cuidado –Me parece que está elaborada con una piedra con alta concentración de mica, un mineral presente en el mar...-. Agregó tocando la textura del objeto y acercándola a sus ojos.

-¿Me puede decir de dónde proviene?-. Pregunté y el encargado me miró y lo pensó un momento.

-Podría estudiar su composición y decir de dónde provienen los minerales presentes en la roca... pero no sería seguro que viniera de ese lugar. Los minerales son comprados y vendidos en todas partes...-. Me explicó, pero realmente solo quería algo lo que fuera que pudiera averiguar de la piedra.

-Está bien... solo quiero saber un poco más de ese objeto-. Le dije un tanto desesperada porque me diera la pista de lo que fuera.

-Regrese mañana en la mañana, veré que puedo averiguar-. Me dijo el señor.

.....

-¿Se puede saber que fue eso?-. Preguntó Roy como inevitablemente lo iba a hacer, apenas salimos de la tienda.

-Nada-. Negué abriendo la puerta del auto para evadirlo, pero el también entró y siguió insistiendo.

-¿De dónde sacaste esa...'flecha' cosa...?-. Preguntó y lo miré de mala manera.

-Lo encontré...y quería saber de donde provenía-. Le mentí para que guardara silencio, aunque él no pareció muy convencido con la idea, solo me miró de reojo y no hizo más preguntas.

***

Miraba distraída por la ventanilla del auto mientras una canción de Rita Ora sonaba en la radio, estaba pensando en el objeto que le hombre con la capucha me había dado, había pensado en eso los últimos tres días, creo que debía despejar mi mente un rato, no lo había visto desde entonces, lo que me preocupaba un poco...pero también me molestaba. Sentía que de mi parte era egoísta querer pasar mas tiempo con él porque entendía que tenía una vida bastante complicada cargando con todos los problemas de Starling City, pero por otro lado, el hombre era un completo extraño para mí, jamás habíamos tenido una conversación de más de 20 minutos, no sabía quién era, que le gustaba o que no... si tenía familia, a parte del hecho de que apareciera en mi casa a mitad de la noche, lo cual era bastante espeluznante.

-¡Hey!-. Gritó Roy casi dándome un paro cardiaco y haciendo que me sobresaltara mientras el corazón casi e me venía a la boca.

-¡¿Por qué demonios me asustas así?!-. Le grité golpeándole el brazo con mi bolso mientras el conducía.

-No me prestabas atención...-. Explico como si fuera una buena excusa para haberme asustado, lo miré de mala manera y me crucé de brazos –No te molestes...-. Inquirió el chico de ojos claros con una sonrisa amplia mientras me daba un empujoncito –Te preguntaba que si tenías hambre-. Repitió y me di cuenta que habíamos estado conduciendo durante unos minutos sin rumbo aparente, al menos ninguno que yo supiera, pero Roy estaba aparcando en alguna calle transitada del centro.

-Si... bastante de hecho-. Le dije mientras él apagaba el auto y se bajaba para abrirme la puerta antes de que yo lo hiciera –No tienes que ser caballeroso solo porque eres mi guardaespaldas Harper-. Le dije y el sonrió de una manera un tanto tierna y creo que incluso tímida, si es que Roy podría sentir timidez en algún momento.

-No lo hago por eso...-. Mencionó evitando el contacto visual conmigo. Me extraño un tanto su comentario pero no dije nada –Te encantará este lugar-. Mencionó rápidamente antes de que yo pudiera hablar, mientras entrabamos a un lugar de hamburguesas, después de tres días de comidas refinadas, ensaladas y demás, podría matar por una buena hamburguesa con papas.

-Oh por dios... muero por una hamburguesa-. Le dije entrando casi corriendo al lugar, vi que una chica morena saludaba a lo lejos.

-Cuñada de Dig-. Me explicó Roy antes de que preguntara.

Ambos ordenamos la comida, él invitó de hecho y nos sentamos a almorzar y a hablar de cualquier cosa que se nos pasara por la mente.

-No entiendo cómo terminaste siendo mi guardaespaldas-. Le dije y él se encogió de hombros. –No tienes que usar uniforme si no quieres-. Le advertí mientras tomaba un sorbo de la soda.

-Tu padre insiste... y además nadie se presentó para el cargo-. Me explicó y lo miré con el ceño fruncido –Todo el mundo pensó que al ser la hija de Thompson, se referían a tu hermana Melissa...que he escuchado que es casi el demonio en persona-. Me dijo haciéndome reír.

-Hermanastra por cierto-. Le corregí, tomando más de mi bebida pero en ese momento estuve a segundos de escupirla por completo cuando vi que había alguien dirigiéndose hacia nosotros.

-Que...sorpresa, encontrarlos aquí-. Dijo él mirando específicamente a Roy.

-Oliver... es raro encontrarte a ti aquí-. Le respondí ya que no sabía que el Sr Queen se la pasara paseando por el centro.

-Me gusta venir aquí...- Explicó –Lamento interrumpir... 'esto', que ropa tan elegante Roy-. Se disculpó señalándonos dando a entender que era una especie de cita o algo así.

-Oh no... solo almorzamos, por cierto, Harper es mi nuevo guardaespaldas-. Le expliqué y su expresión de sorpresa, confusión y algo de enojo fue completamente inexplicable.


Save me From The DarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora